Mi futuro esposo

Estoy en shock, sudo frío, no sé si escuche mal, pasan mil cosas por mi mente, no sé cómo reaccionar, mi corazón está a mil. Siento calor, siento que me duelen las piernas, los brazos, el estómago; siento que podría vomitar en cualquier momento.

Mi abuelo se acerca y me pregunta si me pasa algo.

Ni siquiera puedo responder. «Se suponía que hoy seria un dia normal, un domingo donde descansaría, vería algunos papeles de la oficina, comería algo de vez en cuando, domiría, un-di-a-nor-mal. ¡Pero no!, resulta que yo y mis hermanos tenemos desde hace 18 años un matrimonio arreglado. ¿Que es esto?, ¿el medioevo?»

Alexander sacándome de mis pensamientos, grita enfurecido: —¿ESTÁN LOCOS?, ¡NO ME PIENSO CASAR!. Si creen que voy a pagar su m*****a deuda, conmigo no cuenten. Yo no soy un objeto que pueden cambiar y utilizar en forma de pago como se les da la gana.

Mía: —Yo tampoco quiero participar, tengo una vida social. ¿que dirán mis amigos?, tengo 20 años. No puedo casarme ahora, en la plena flor de mi juventud...

Los miro a todos sorprendida, aún no me recupero del shock. Enfurecida comento: —¡Esto es una locura!, y no pienso ser parte de ella. No pueden obli…

—¡CALLENSE YA! —grita papá

—Estoy harto de sus niñerías. Es cierto que tenemos una deuda que pagar, y siempre me opuse, nunca quise que mis hijos fueran tratados como mercancías, pero cada día que pasa veo en lo que han convertido sus vidas, y por eso yo mismo llame a Francis para hacer efectivo el pago.

—¿Efectivo el pago?, ¿te estás escuchando cuando hablas papá?

—¡Cállate Linda!. ¿Que no ves?, a todos tres les hace falta sentar cabeza. ¡Es cierto!, en principio mi papá tomo una decisión, no crean que solo pensando en obtener un préstamo, también en expandirnos, llegar a los países que aún no hemos llegado, como Inglaterra, dónde los Optimus manejan muy bien el mercado. Que nuestro reconocimiento sea global en todos los sentidos, pero ahora es por ustedes mismos. ¿Que no se dan cuenta?, tu Mía, eres malcriada y solamente piensas en cosas materiales, te crees la gran cosa por ser una Winstor; no has hecho nada con tu vida, no estudias, no trabajas. Literalmente mi hija menor es un parásito más en esta sociedad, viviendo del trabajo de su hermana mayor y su padre.

Mía, llorando, le dice: —¡Papá!, ¿por qué me tratas así?

—Dime qué he dicho, que no sea cierto, tienes 20 años y lo más inteligente que has hecho en la vida es aprender a comprar por internet.

Alexander: —jajajajaja, eso no tiene discusión

—¿Y tú Alexander?, ¿de que te ríes?, si mi hijo, Mi único hijo varón, es inteligente, buen mozo, pero mujeriego. Vives de escándalo en escándalo, no hay un día que pueda estar tranquilo sabiendo que contigo cualquier cosa puede pasar. A qué hija de magnate has ofendido. Mi relacionista público está harto, ya no sabe ni que inventar para cada nueva aventura amorosa que tienes.Crees que no me doy cuenta de que siempre atrasas el semestre, o cambias de carrera con el fin de no tener que terminar, por qué sabes que el día que lo hagas deberás trabajar y sentar cabeza. Porque debes tener una estabilidad social, además de la económica.

Luego papá se dirige a mí. Me mira y me dice: —¿Y tú Linda?, mi hermosa y bella hija Linda, mi mayor orgullo. Independiente, capaz, ¡tan talentosa!. Cualquier macho alfa del mundo de los negocios daría lo que fuera por tener tu inteligencia, pero tan sola, mi pobre hija, cada día más sola, amargada, con pocos amigos. Mi hija mayor en 24 años de vida, tan exitosa en los negocios, pero nunca ha sabido lo que es el amor. Estás perdiendo tu Juventud, se te está yendo entre las manos.

Lo miro. —No soy una anciana padre, y aunque así fuera, y puedo entender tus razones, eso no te da derecho a elegir con quién casarnos, y menos por pagar una deuda.

—Pues es una lástima que lo tomes así. Todos ustedes. La decisión está tomada

Mía: —No, yo no me pienso casar. ¿quien sabe que viejo asqueroso y feo me quiere como esposa?. ¡Eso jamás!

—¿En verdad?, ¿tienes tan mal concepto de mí?, que piensas que te casaré con un viejo. Escuchen bien todos. Se van a casar los tres. Van a cumplir la promesa por el pago de la deuda, tienen un año para confirmar si ese matrimonio funcionaria, si se enamoran, Si tienen un futuro juntos. Si al cabo de un año de casados no se sienten conformes, podrán divorciarse, no habrá objeción, ese es el trato. ¡Ah!, y para que sepan, se casarían con los nietos del señor Francis Optimus. Fernando Optimus, el menor, tiene 22 años, es estudiante de ingeniería mecatrónica, y es el prometido de Mía. Es guapo e inteligente. Ojalá y puedas aprender algo de él, por qué ese pobre hombre se está llevando la peor parte

Mía: —¡Papáaaaaaaa! —Se queja haciendo pucheros

—Por otra parte, tu prometida Alexander (se dirige hacia Alex rodeándolo por la espalda) es sofisticada, bella y de un carácter un poco fuerte. ¡Justo lo que necesitas!. Su nombre es Samanta, tiene 21 años y creo que la has visto, tuvieron un altercado el año pasado en el club.

Alexander abre los ojos de par en par, dice fuerte y desconcertado: —No, No. ¡Esto es un castigooo!

Papá no le presta atención y se dirige a mí. Me levanta la cara y me da un beso en la mejilla. Me dice: —Espero me perdones, pero lo hago por tu bien. No quiero que mi hija sea una solitaria desdichada. —Eso hirió mi ego, debo reconocerlo, pero no por lo que dijo, sino porque era verdad.

—¿Quién es? —Le pregunto

Papá me mira sorprendido. —Hija tu qui...

—¡No te equivoques!, es solo que dijiste que era uno de los nietos del señor Francis y hasta donde yo sé, quedan Roberto el mayor, quien ya está casado y tiene una familia consolidada, y Ethan, quien hace años salió del país, nunca regreso y ya debió hacer su vida.Teniendo eso claro, parece que no queda nadie, así que lo siento por mis hermanos.

—ajajjajja Linda, siempre tan astuta, pero me encanta que sepas, que averigües. Efectivamente, lo que acabas de decir es cierto, por eso Ethan regresara pronto, (abro mis ojos de par en par, y maldigo para mis adentros) él es tu prometido, ¡tu futuro esposo!

—Es un tipo que jamás he visto en la vida. Mis hermanos por lo menos saben con quién se van a casar, pero ese imbécil es un desconocido para mí.

—Linda modera tu vocabulario. Ese imbécil, es igual o más inteligente que tú. Es un haz en los negocios, le dicen el lobo blanco, por qué solo le falta vivir en Wall Street. Donde pone el ojo pone la bala

—¿Y si es feo? —Remilgo —¿Y si me trata mal?

—¡No lo es! —dice papá con mucha seguridad

—Acaso, ¿lo conoces?, que estás tan seguro

—¡Así es! (me quedo estupefacta), tenía que conocer quien sería el hombre que se llevaría mi mayor tesoro, y debo decir que estoy complacido. Tu futuro esposo es un hombre excepcional.

Al parecer papá lo tenía todo bien calculado.

«¡Diablos Linda!, preparate para la guerra»

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