SOFÍA Si bien tuve la intención de irme a un cuarto sola para ahogarme en la tristeza obtenida por su rechazo, la idea fue rápidamente dejada a un lado cuando sentí que su mano se enrollaba en mi muñeca justo cuando me levantaba de la cama. –¿Dónde vas? – escuche su voz ronca obligándome a voltear en su dirección cuando tiró ligeramente de mi brazo. A pesar de no haber sido un forcejeo fuerte, fue lo suficiente para desestabilizarme debido a todo lo que me abruma logrando que caiga apoyada con una rodilla en la cama y el brazo ligeramente estirado en su dirección. –A otro cuarto – respondo con la poca seguridad que me queda al ver sus ojos miel. –¿Por qué? – levanta aun más su torso de la cama quedando prácticamente sentado aún sin soltarme. –¿Enserio lo preguntas? –Sí, quiero que lo digas ¿Por qué te vas? Mi ceño se frunce e intento zafarme de su agarre, pero me lo impide. –Me rechazaste. –¿Lo hice? – encorva una ceja –. ¿O pensaste que lo hice? –Tú… –No recuerdo en ningún
ERICDeslizo la yema de mis dedos por su pierna desnuda, sintiendo como mi tacto logra erizarla y su respiración dejo de ser pausada, dando paso a un más superficial.–¿Alguna vez alguien te ha tocado? – pregunto llevando mis labios hacia su oído.Lentamente trazo un camino hasta la curvatura de su trasero tocando superficialmente su piel, para que aquel tacto logré que desee más. Que me pida más.–Mh… – delineo con mi boca la curva de su oreja –. ¿Lo han hecho?–N-no.Una pequeña sonrisa tira de mi boca, mi otra mano no se ha apartado de su sedoso cabello, siendo incapaz de dejar de tocarlo y sentirlo deslizarse entre mis dedos.–¿Y tú? – vuelvo a preguntan arrastrando mi boca tras su oído rozando con mis labios su piel encaminándome hacia su cuello –. ¿Tú te has tocado alguna vez?La sola idea de imaginarla dándose placer a ella misma me endurece, más de lo que ya me encuentro tras los besos que me dio anteriormente, en cómo se restregaba contra mi cuerpo, como sus deliciosas curvas
SOFÍAPestañeo varias veces intentando adaptarme a la luz, mi mente poco a poco sale de la nebulosa debido al sueño y rápidamente capto el cuerpo que se encuentra pegado a mi espalda. El calor que emana contra el mío, en como unos fuertes brazos tienen atrapada mi cintura y una pierna entrelazada con las mías.Abro completamente mis ojos e instantáneamente los recuerdos de anoche llegan a mi memoria logrando acumular la sangre en mis mejillas.Tuve mi primer orgasmo.Y fue realmente maravilloso.Ahora puedo entender a lo que se referían mis compañeras de universidad cuando contaban sus anécdotas. Sé que aún me falta mucho más por experimentar y estoy feliz de estar cediéndole eso a Eric.Con Tomás jamás me sentí segura, sentía que el siempre quería tener el control sobre todo respecto a mí, por lo tanto, siempre que intentaba llegar a algo más colocaba excusas para zafarme de eso. El poco tiempo que estuvimos juntos, específicamente 6 meses, los cuales cinco fueron horribles, jamás de
SOFÍAFruncí el ceño ante las palabras escritas en aquel mensaje, ¿Qué significaba?Elevé mi vista para ver hacia ventana aún con el celular en la mano, el sonido de la ducha lleno el silencio de la habitación y abrí mis ojos más de la cuenta para volver a ver la pantalla con las manos temblorosas.Solo hay una persona que podría enviarme algo así, solo uno que sabe lo que envuelve mi vida ahora y que sabe lo que es realmente Eric.Tomás.Mi respiración instantáneamente se volvió inestable, mi corazón latía con mas fuerza y por más que intenté calmarme para no alertar al hombre que se encontraba a pocos metros no pude. Mis manos comenzaron a temblar sin poder controlarlas, sin poder evitarlo todos los pensamientos y emociones me abrumaron de un segundo a otro. Mi visión se volvió ligeramente borrosa haciéndome retroceder un paso y antes de poder hacer otro unos brazos me envolvieron pegándome a su pecho.–¿Qué sucede? – me volteo con cuidado dejándome frente a él –. ¿Por qué hueles a
ERIC–Iré a esperarlos al ascensor, ¿los traigo aquí? –escucho como pregunta Antonio.–Sí, por favor.–Muy bien.Vuelvo a centrar mi atención en mi chica mientras escucho la puerta abrir y cerrarse, puedo sentir que Sofía esta nerviosa y también puedo olerlo. Todo su cuerpo desprende el olor a nervios.–No te pongas nerviosa, no son tan malos.–¿Tan? – abre sus ojos con susto, una risa sale de mis labios mientras acorto la distancia y la atraigo a mi cuerpo abrazándola por la cintura –. ¿Qué haces? –intenta alejarme–. Llegaran en cualquier momento.Alzo una ceja intentando contener la risa ante su actitud, su mirada va hacia la puerta cada ciertos segundos y su intento por zafarse de mis brazos me divierte aún más.–Solo abrazo a mi mujer –respondo comenzando a besar su mejilla y esparciendo pequeños besos por su rostro –. Relájate, no sucederá nada.–¿Crees que me acepten?–¿Por qué no lo harían? –me alejo mirándola a la cara.–No lo sé… pues porque no soy como tú –baja su vista haci
SOFÍALos padres de Eric son realmente encantadores.Bueno, padre y madrastra.Me encanta la manera en que se miran, en como él la mira. Es como si no hubiera nada más aparte de ella, la mira con tanta adoración que me hace sonreír, el modo en que siempre intenta mantener algún contacto físico con ella, ya sea tomándola de la mano sobre la mesa o acariciando su brazo.Siempre quise experimentar un amor así y a pesar de que me costó verlo o notarlo, sé que tengo lo mismo con Eric, porque he notado que el también tiene esos gestos conmigo.Como ahora, que esta sentado a mi lado, pero lo suficientemente cerca para rozar nuestros brazos. Que su mano siempre busca la mía y si no esta a su alcance la instala en mi muslo o acaricia mi cabello.Y sé que es algo totalmente inconsciente, porque cuando lo hace muchas veces ni siquiera me está mirando o hablando conmigo, sino concentrado en otras personas, pero siempre me esta tocando de alguna manera.–Entonces… –la voz de Josefina hace que la m
ERIC–¿Que tanto sabes o leíste sobre nosotros? –pregunto aun masajeando sus pies.Su cabeza la mantiene apoyada en el respaldo del sillón mirando en mi dirección, su corazón late más rápido de lo normal, pero no al punto de tenerlo alterado. Se que se asusto cuando llegamos y le mencione que debíamos hablar.Su corazón siempre la delata en conjunto con el aroma de los nervios.–Uh… no mucho –responde quitando un mechón de pelo de su rostro–. El libro que leí no lo vi entero, solo preste atención a las primeras paginas y justo esas hojas hablaban sobre la marca, las parejas y el rechazo.–Que no diga la palabra rechazo –se queja Owen–. Me asusta.–Bien –asiento una vez moviendo mis manos hacia sus talones–. Te contare un poco sobre eso, ¿Te gustaría?Sus ojos inmediatamente se iluminaron como si hubiera recibido alguna especie de regalo que esperaba por mucho tiempo.–Me encantaría –exclamo con felicidad acomodándose más cerca de mí en el sillón–. Quiero saber todo sobre ustedes.Una
SOFÍA Feliz, así es como me encuentro en estos momentos Rodeada por los brazos de mi novio, con su respiración relajada contra mi nuca, el calor que nos envuelve, su aroma, todo. Desperté hace aproximadamente diez minutos, el reloj en la mesa indica que son las 6.50 a.m por lo que me quedan diez minutos más para disfrutar del calor de Eric antes que suene su alarma y deje la cama. Luego de la conversación de ayer, donde me explico gran parte de aquello que conlleva saber sobre su mundo simplemente vinimos a la habitación y nos acostamos. Nos acurrucamos y seguimos conversando de la vida, hasta que en algún momento me dormí. Me encantó saber todo aquello que mencionó, el que me haya dicho lo que su padre venía a decirle. Si bien me asusté, por el hecho de que fuera a dejarme o correrme a un lado, me impresioné con su respuesta. Me esperaría. También me contó que lo más seguro es que su madrasta comience a venir más seguido, bueno, en conjunto con su padre. Tanto para comenzar a c