Ha pasado más de 100 años desde que no voy a mi mundo que no sé qué cambios ha habido, cada que llevo un alma al cielo no voy más allá de la recepción, me pregunto una y otra vez si todo sigue igual a cuando me fui oh ha cambiado.

Tanto mi mundo como el mundo mortal los cambios siempre pasan.

Al terminar de cortarme el cabello separo un mechón de todo mi cabello y el resto lo quemo, Rían desde la cama me ve con mucha atención, no despegaba su mirada de mí en ningún momento.

El cabello de un ángel es muy especial y valioso, con él se puede hacer muchas cosas que la verdad en manos equivocadas puede ser el caos total.

Junto mis palmas de la mano con el mechón de cabello, una luz dorada sobre sale por pequeñas aberturas de mis dedos, al separar mi mano una pulsera blanca con destellos lilas como mis ojos se ha transformado mi cabello.

-Eso ¿para qué es? –alzo la mirada ah Rían.

-Para ir a ver a tu mamá tienes que tener esto –me acerco a él y le pongo la pulsera- necesitas esto para guiar