Las dos horas pasaron impresionantemente rápido para Neithan. Èliàn dormía cuando él salió de la habitación. En realidad no había podido hablar con ella porque había estado dormida desde que entrara. Lin la había hecho dormir para que no despertara mientras Neithan iba a la sombra a buscar el antídoto.
Neithan y Oiluj ya se encontraban en la nave. Era un poco parecida a la de ellos, salvo que esta no tenía habitaciones, se cernía únicamente al salón de los controles.- Bien. – Dijo Lin desde la pantalla. – Todo está preparado. En unos minutos la nave tendrá contacto con el cinturón de asteroides. Neithan. La nave se detendrá antes de llegar a los cinco metros de distancia. Tendrás acceso durante sólo cinco minutos. En ese tiempo deberás desactivarlo para que puedan pasar.- Bien. – Dijo Neithan qu- ¿Qué? – Neithan colocó la caja sobre el mesón del centro y fue hacia Oiluj. - ¿Qué no se encontraba en otro planeta?- Si, al menos fue lo que dijo Lin. – Dijo Oiluj. Se miraron unos segundos. – Salgamos de aquí antes de que lleguen más siebras. - Neithan asintió, tomó la caja de cristal y comenzaron a correr rumbo a la salida, justo por donde entraron.En cuanto salieron por la puerta, comenzaron a caminar de regreso hacia el punto de encuentro, pero fueron interceptados nuevamente. Neithan sostuvo la caja de cristal con un brazo y con el otro sacó el arma y comenzó a dispar a los siebras. Oiluj se adelantó y encontró el círculo plateado. - Lo encontré Neithan. – Dijo. Neithan iba hacia él y tropezó. La caja se le resbaló de las manos. Oiluj la sostuvo a tiempo y pisó el círculo plateado desapareciendo. Neithan se volvió y miró a Alan. Sintió un inmenso dolor en el pecho. Alan se agachó y le quitó la piedra verde que le había puesto Lin
Alan corría por los pacillos del castillo. No estaba asustado, pero si asombrado. Llegó al pacillo principal y se dirigió al salón del trono. Abrió la puerta con brusquedad y encontró a Mordana inclinada ante una bota roja que Salía de una bruma negra más oscura que la propia oscuridad. - Lo siento mi señora. – Alan se inclinó junto a Mordana. - ¿Por qué entras de esa forma? – Preguntó La Emperatriz sin inmutarse. Alan respiraba agitadamente. - ¿Qué sucedió con Neithan?- No son buenas noticias. La bota desapareció en la oscuridad y unos segundos después La Emperatriz comenzó a bajar las escaleras. - Sabes que odio las malas noticias. ¿A caso me equivoqué al enviarte? – Alan no respondió. - ¿Qué sucedió?- El plan estaba marchando a la perfección. Neith
Èliàn abrió los ojos. Se encontraba en una habitación blanca y luminosa. Detrás de ella había una ventana por donde entraba la luz del sol. Estuvo mirando el techo durante unos segundos y luego bajó la mirada. Frente a ella se encontraba una mujer de cabello rubio y muy largo con una tiara en la cabeza.– Dijo sonriéndole. - La miró unos segundos y luego miró su pie vendado.¿Donde estoy? – Preguntó.En Noha. – Respondió la muchacha. – En la luz. Fuiste envenenada por Alan. Neithan te trajo aquí y buscó el antídoto para ti. – Èliàn la miró unos segundos.¿Dónde está Neithan? – Preguntó. La muchacha le sonrió y miró hacia la derecha. Èliàn volvió la mirada y vio a Neithan acostado en una cama junto a ella. dorm&iac
Los tres días habían pasado y Èliàn, Neithan y Oiluj se disponían a salir de Noha, pero antes de eso, se comunicaron con Àhlian. Debía estar muy preocupada porque ella fue la que les comunicó a Neithan y Oiluj del envenenamiento de Èliàn. - Me alegro de que estés bien. – Dijo Àhlian mientras le sonreía a su sobrina. – Fue una ventaja que pudieran llegar allá. - Es una ventaja que pudieras comunicarte con nosotros. – Dijo Lin entrando en la sala de control. - De no ser por ti ellos no hubiera podido venir. – Àhlian estaba asombrada. – Aún no comprendo cómo pudiste romper con todas las barreras que te impedían comunicarte con nosotros. – Lin le sonrió.- Hacía mucho tiempo que no te veía. - ¿Ustedes se conocen? – Preguntó Neithan. - Si. – Dijo Lin.
Los tres estuvieron de acuerdo en llevar la información a Àhlian. Ellos no podrían hacer nada con el chip, y como la organización tenía la tecnología requerida para seguir revisando la información decidieron ir a Armond. Lin y Àhlian estuvieron de acuerdo en investigar el origen de la información de Ìhan y el resto de lo que faltaba. Lo que una descubriera se lo diría a la otra y viceversa, y, por supuesto, ambas se lo comunicarían a Èliàn y Neithan. Por otra parte, la luz vigilaba el cinturón de asteroides de la sombra, para evitar que algún somn se aventurara a reparar el sistema Sonlorts.- Pero el virus que implanté es poderoso, destruyó todos los transistores. No podrán recuperarse. – Dijo Neithan a Lin cuando ella les informó lo que estaban haciendo. En ese momento los tres se encontraban en Armond y Lin les hablaba desde Noha. - Lo se. – Dijo Lin sin dejar de sonreír. – No nos preocupa que reparen el sistema, sino que implante otro. La Emperatriz es capaz de hacer
Habían pasado varios días desde que Oiluj y Àhlian se dirigieran a la vía láctea y Èliàn y Neithan a la galaxia Neutra. Ninguno tuvo noticias del otro durante ese tiempo. Èliàn mantenía constante comunicación con Lin, quien le hablaba del zafiro negro. Y durante todo ese tiempo, el navegador no emitió ninguna señal incluso cuando llegaron a la galaxia neutra,- Es extraño. – Dijo Èliàn. – No hay respuesta. ¿No deberíamos encontrar la reliquia ya?- ¿Cuál crees que sea? – Preguntó Neithan. - No lo se. – Dijo la muchacha recostándose de la silla. – Oiluj dijo que las que aparecieron en el radar eran el zafiro rojo y el cetro. - Quien haya buscado el cetro se encuentra en una emboscada. – Dijo Neithan. - Es cierto, el cetro está en manos de La Emperatriz. Só
- Es la reliquia. – Dijo Neithan levantándose de la silla. - Vayan por ella, después les explicaré los descubrimientos de las reliquias. – Lin les sonrió y desapareció.- ¿Dónde está la reliquia? – Preguntó Èliàn mientras revisaba el libro que tenía sobre la silla. - En… - Neithan se interrumpió.- ¿En dónde? – La muchacha lo miró, pero como no respondió se acercó a ver la pantalla y se sorprendió. - ¿En Drake?- En Drake. – Susurró Neithan.La pantalla mostraba un planeta color plata cerca de uno que estaba dividido por la mitad. - Pues, vayamos. – Dijo Neithan, a pesar de que no dejaba de asombrarse. Miró a Elián y ella asintió.Drake parecía un desierto gris, no había plantas, no había luz porque el cielo esta
Èliàn bajó las escaleras con mucha cautela. El lugar estaba completamente oscuro, así que sacó un shipher y lo golpeó contra la pared para encenderlo. Las escaleras eran muy angostas, por lo que se apoyaba en la pared con una mano para evitar caerse mientras que en la otra llevaba el arma. La escalera llegaba a un descanso pequeño para luego continuar el descenso hacia la derecha. Levantó el shipher para alumbrar un poco más el camino. Había llegado al calabozo del castillo, el pasillo de piedra era largo y un poco más ancho que la escalera y a los lados estaban las celdas, algunas abiertas y otras sin entrada. Caminando con cautela y sin bajar el arma Èliàn siguió por el pasillo hacia una puerta que se vislumbraba al final. La abrió con la mano donde tenía el shipher y se encontró con otro pasillo igual de ancho que el anterior, pero sin celdas y con una única salida al final. Èliàn no se movió por un momento, parecía reflexionar, sentía que ya había visto ese pasillo.