—Sí, es lo mejor. Ya sabes cómo es él. Ella conocía mejor que nunca a ese hombre que siempre era un poco gruñón y demandante con su trabajo, tenía esa forma de ser que podía ser pesada para muchas personas, pero no podía hacer nada. Era su jefe, aunque pronto ya dejaría de serlo, de alguna forma podría sentirse tranquila, ya que se iba a soltar de esas cadenas que la hacían sentir un poco estresada. —Por eso, ahora ya debe estar pensando en echarme, lo que no sabe él, es que hoy a poner la renuncia. —No lo creo, creo que ahora que sepa que ya no estarás en la compañía, se va a poner un poco molesto, pero eso luego se le va a pasar. Tendrá que buscar a alguien tan buena como tú, porque has hecho un buen trabajo todos estos años, eh. Siempre me parece algo impecable lo que haces, a pesar de que siempre te podía exigir más. Sabe que eres una buena empleada, eh —señaló y ella sonrió. Eso era cierto, siempre se había esforzado en dar lo mejor de sí, en la cafetería. Además, había sopor
Valentina se había quedado sorprendida al ver a Maximiliano allí. No sé lo esperaba. Verlo de forma repentina allí, le había acelerado el corazón como siempre pasaba, cada vez, era algo que no podía evitar. La verdad es que Maximiliano había ido a casa de Valentina para darle el brazalete pero detrás de todo eso había una razón mucho más fuerte que todavía no tenía un nombre claro para él, pero que vivía en su interior y lo hacía sentir un poco extraño. Allí se encontraba, después de laborar, incluso con pendientes por hacer. Pero eso ahora pasaba a segundo plano. —Hola. ¿Estás bien? Perdona que me aparezca así, te he traído algo importante, aquí tienes tu brazalete. También me gustaría saber cómo sigue tu hermano Mario —le expresó y ella asintió, parecía una tonta. —Yo... Debes tener tanto por hacer. —Hoy terminé un poco más temprano. —Vale. En este momento Mario está en la sala, hace poco tiempo terminamos de hacer una tarea —le explicó. Valentina no podía explicar algo que est
Quizás esa era la oportunidad que tanto estaba esperando en su vida para poder conseguir eso que tanto quería y dejar de ver tantas malas rachas, Ahora mismo pensaba en lo bien que le iría y todo lo que podría entregar a Mario, quién se merecía hasta el cielo, y su madre a quién extrañaba demasiado también habría colocado en primer lugar a su hijo. Ella lo estaba haciendo en su lugar. Después de algunos minutos, Maximiliano estaba en la sala y se acercó para saludar a Mario, quién parecía estar inmerso en una maqueta muy bonita sobre las plantas, incluso sin preguntar sabía que el hermano de Valentina era un chico muy inteligente. Para su sorpresa Mario cuando lo vio le dio un abrazo cómo se le conociera de toda la vida e incluso se sintió como el tipo de saludo que se dan un par de amigos. Además de listo era un chico muy agradecido y eso le agradó bastante a Maximiliano. —¿Cómo te sientes, Mario? Ya me dijo tu hermana que estás mejor. ¿No es así? —le dijo. El pequeño chico no se
Aún así se tomó el tiempo adecuado para poder intentar volver a su normalidad que perdí a cada vez que lo tenía a pocos centímetros. Afortunadamente lo logró, y ella podía sentir que respiraba con mucha más tranquilidad. Luego de eso se dirigió a la nevera y sirvió un vaso de agua para Maximiliano, se tomó el tiempo para beber un poco ella, aquel en líquido cristalino. En este momento se acordó de su madre porque sabía que con ella podría hablar sobre esos temas y muchas cosas más, pero desafortunadamente ya su mamá no estaba viva y tenía que lidiar con eso. Valentina inspiró profundamente. Era tiempo de volver a la sala. ... De manera que después de tener el agua en el vaso, hizo acto de presencia nuevamente en la sala y le tendió el agua a Maximiliano quién lo tomo, dándole una sonrisa también que a ella la puso nerviosa. —Muchas gracias. Valentina volvió a sentarse después de todo, la conversación que ambos tenían, no había terminado. —Vale. —Sé que de seguro este asu
Aún así se tomó el tiempo adecuado para poder intentar volver a su normalidad que perdí a cada vez que lo tenía a pocos centímetros. Afortunadamente lo logró, y ella podía sentir que respiraba con mucha más tranquilidad. Luego de eso se dirigió a la nevera y sirvió un vaso de agua para Maximiliano, se tomó el tiempo para beber un poco ella, aquel en líquido cristalino. En este momento se acordó de su madre porque sabía que con ella podría hablar sobre esos temas y muchas cosas más, pero desafortunadamente ya su mamá no estaba viva y tenía que lidiar con eso. Valentina inspiró profundamente. Era tiempo de volver a la sala. ... De manera que después de tener el agua en el vaso, hizo acto de presencia nuevamente en la sala y le tendió el agua a Maximiliano quién lo tomo, dándole una sonrisa también que a ella la puso nerviosa. —Muchas gracias. Valentina volvió a sentarse después de todo, la conversación que ambos tenían, no había terminado. —Vale. —Sé que de seguro e
—Yo admiro demasiado que a pesar de lo difícil que podía ser, que te hayas hecho cargo de tu hermano todo este tiempo, le has dado lo que necesita incluso cuando piensas que deberías darle más. Mario es un chico feliz e inteligente y eso deja mucho saber de ti. A este punto, he llegado a la conclusión de que eres una persona magnífica y mereces lo mejor en tu vida. Creo que la oportunidad que tienes a trabajar en la compañía hará de tu vida algo mucho mejor y no te preocupes porque nunca has ocupado un trabajo, así ya te dije que alguien se encargará de explicarte todo lo que necesitas y de esa manera podrá saber todo lo que debes hacer en la compañía —le dejó saber otra vez, recalcando el hecho de que no tenía de que preocuparse por su nueva experiencia y la compañía ya que alguien le explicaría todo lo que necesitaba saber para poder desempeñar muy bien su papel en el trabajo, eso dejó a valentina un poco más aliviada, realmente no quería hacer algo desagradable a sus ojos y mucho m
Valentina había sentido como su corazón latía un poco más rápido de lo normal cuando ella le dijo esas palabras porque de alguna manera era como si le estuviera expresando que ella era como una chica distinta y la estaba mirando también ya desde otra perspectiva, no sabía que era lo que quería conseguir con eso. Pero había logrado encontrar un punto débil de su parte y ponerle un poco más nerviosa de lo que ya estaba con su presencia allí al frente. Impresionante todo lo que hacía sentir con solo eso. —Gracias. Nunca antes me lo había mencionado alguien, yo me lo he repetido en los momentos más complicados. Pero tú eres la primera persona que me lo dice y de verdad que te lo agradezco mucho, porque tiene un efecto muy bueno en mí —admitió, el hombre estaba muy satisfecho con la respuesta que ya le estaba dando pero también le parecía increíble que fuera el único que le dijera eso. —Entonces te lo puedo decir a menudo, tú lo deberías haber y tenerlo siempre en cuenta, no lo olvides.
—De todas maneras estoy muy agradecida contigo por todas estas maravillosas oportunidades. Ahora que lo recuerdo podría darte el nombre del papá de Mario y así sabrías cómo empezar con las averiguaciones, pero de mi padre no sé absolutamente nada. —Vale. ¿Cuál es el nombre del papá de Mario? —Si no me equivoco es un italiano y se llama Luca Ferrari, es la persona con la que mamá tuvo una relación muy extraña y de ayer resultó ser Mario. Por eso el nombre también —añadió. De manera que el hombre no pudo evitar pensar en ese nombre, qué por alguna razón no dejaba de sonar en su cabeza, como si fuera algo grabado, la verdad es que anteriormente ya había escuchado ese nombre y a pesar de que era muy común, sabía que la cercanía con ese nombre y apellido italiano estaba estrechamente relacionado con la compañía. Entonces vino a la cabeza alguien cercano a él. Claro, hace poco había conversado con un hombre llamado Luca Ferrari, no solo una persona con el que hacía negocios también lo co