Inicio / Romántica / Muerte al rey Agustín XII / CAPITULO I: LA INJUSTICIA.
Muerte al rey Agustín XII
Muerte al rey Agustín XII
Por: YolvirVF
CAPITULO I: LA INJUSTICIA.

CAPITULO I

Era primavera del año 1920 en Bélgica, los árboles se adornaban de nuevas hojas verdes y de hermosas flores todas con sus diferentes colores, el sol que hacía te secaba la garganta pero además te aportaba mucha vitamina D… y ahí me encontraba yo.

Anett Deschamps, hija del soldado Robert Deschamps y la criada Clarissa Deschamps, crecí en la soledad de una pequeña casa un poco deteriorada por la poca entrada de dinero que tenían mis padres, pero con grandes aires de amor, mi familia era pequeña pero muy amorosa, yo soy una niña muy inteligente, desde pequeña me gustaba leer grandes libros y por ello mis padres siempre me daban lo que yo quería con mucho esfuerzo pero me exigían que estudiara mucho para ser alguien importante, hasta que un día sucedido lo que menos esperaba… lo cual trajo que toda mi vida se pusiera patas arriba.

Pero adivinen qué, mi espíritu es el de una persona valiente, soy una líder y quiero venganza, quiero hacerle entender a la persona que me sacudió mi vida que aún sigo de pie y que me vengare de el o ella cuésteme lo que me cueste, y ahora que trabajo en el palacio creo que ha llegado el momento de poner un alto a las injusticias de mi pasado y hacer justicia por mi propio nombre.

*

CAPITULO I: JURO VENGANZA

Esta historia comienza en época de primavera en Bélgica, Con una chica clase media que vivía en una casita de las más humildes de Bélgica en el año 1920 cerca de los alrededores del palacio de Bruselas. Donde se rumorea por las calles que próximamente habría una fiesta en conmemoración al tercer año de gobierno del rey Agustín XII, los pueblerinos se encontraban tan felices, es que todo el pueblo amaba al rey Agustín XII, se escuchaban por las calles Miles de susurros y todos referidos al gran día. – ¡Que genial, nuestro nuevo rey está de aniversario, espero y dure muchos años! – ¡El rey Agustín XII es un rey tan considerado, ha hecho tanto por nosotros como ningún otro rey que haya pasado antes! –

Se encontraba Anett como todas las mañanas se la pasaba pegada a la ventana viendo y escuchando a la gente pasar por los frentes de su hogar, de repente escucho unos paso rápidos que se acercaban a la doncella y cuando volteo era su padre Robert Deschamps el cual tenía una cara de emoción y con su hermosa sonrisa que iluminaba toda la habitación me decía:

¡Hoy es la gran fiesta hija mía! Me encantaría llevarte conmigo, pero el peligro nos asecha, no podría exponerte a ningún peligro. – cargo a su hija con una emoción y felicidad esto debido a que hoy si Dios lo quería iba a ascender de cargó, esto aún ni Clarissa ni Anett lo sabía –

¿Cuál peligro papá? – Le pregunto soltando carcajadas mientras su padre le daba vueltas en el aire –

Robert baja a la niña, harás que le den ganas de vomitar. – Le dijo Clarissa mientras acomodaba la mesa para servir la comida –

Ningún peligro mi niña, hoy será un grandioso día. – La bajo y se arrodillo para decirle – ¿Te parece si hoy hacemos una gran reunión? Tengo una gran noticia que anunciarles pero eso lo haremos en la noche ¿Les parece? – miro a Clarissa la cuál tenía una sonrisa en su rostro y con su cabeza acertó lo que Robert propuso –

¡Perfecto hoy haremos una fiesta nosotros tres aquí! Ahora esperemos la comida mi niña.

Los tres comieron mientras echaban algunos chistes y disfrutaban en la mesa; al dejar de comer Robert se alistaba para salir a trabajar como todos los días, Clarissa con sus manos sobó toda la espalda de Robert y le dijo – ¿Qué es lo que nos dirás en la noche? Tengo curiosidad. –Robert se volteo con una sonrisa y le dio un beso a su esposa y llevando un dedo hasta sus labios les dijo — Es un secreto, no diré nada solo espera hasta la noche, pero mira aquí tienes un dinero, sal al mercado y compra todo para la noche, quiero que hoy la pasemos genial. — beso nuevamente a Clarissa y le dijo que se iba, luego se despidió de su hija y salió.

Al rato de salir el soldado Robert, Clarissa se dirige hasta donde Anett la cuál se encontraba jugando con algunas cosas; está le dio un mini susto a lo que Anett salto y al ver a su madre soltó una risa muy tierna e inocente y le abrazó, Clarissa se alejo y le dijo:

Mi niña ¿Te parece que salgamos a comprar al mercado las cosas de la fiesta? ¡¿Quieres?!

Claro que sí mamá. – volvió a sonreírle y le abrazó nuevamente, Clarissa le cargó y le dijo – Okey vamos a cambiarte para que salgamos.

Salieron a vestirse para ir a comprar al estar listas emprendieron su viaje hasta el mercado local el cual se encontraba algo cercano al palacio de Bruselas, al llegar a el mercado Anett  su hija se encontraba sorprendida, era un lugar tan concurrido, nunca había visto tantas personas juntas, todos se veían muy alegres y recordó el ¿Por qué sucedía esto? Y imaginó la cara de felicidad que tenía su padre en la mañana. Comenzamos a caminar hasta dirigirnos a una frutería un poco pequeña pero económica, Clarissa saco su cartera y empezó a pedirles al vendedor. – Necesito algunas fruta y verduras además de carnes y un poco de vino para mi esposo, hoy celebraremos que nuestro rey Agustín XII ya lleva 3 años siendo rey. – el vendedor sin más comenzó a buscar las cosas que Clarissa me había pedido, en ese momento pensó sobre lo que le dijo su esposo a ella y se pregunto ¿Por qué este día es tan importante según mi esposo?. Al paso del rato se acercaron a 2 chicas de dieciocho a veinte años de edad Clarissa y Anett  escucharon unos murmullos de estás chicas que decían:

Me encantaría estar una noche con el rey, amaría que este me hiciera suya… solo pensar en todos los lujos que tendría —Suspiró una mujer joven de no más de veinte años mientras miraba a la chica que la acompañaba—. Si tan solo eso sucediera pero es tan imposible como ver un cerdo volar.

Anett Deschamps al escuchar esto miro a estás pueblerinas y bajó la mirada, con enojo masculló a su madre.

¡Que tontas son algunas piensan que por estar con alguien de dinero, esta persona se enamorara de ellas y les darán todas sus riquezas! Que pensamiento tan pobre.

A lo que su mamá Clarissa le respondió igual de avergonzada que ella.

Ignora esos comentarios y mientras tanto tú, sigue estudiando, eso es lo principal recuerda que mientras tú padre le sirva al rey y yo trabajé allá te costearemos todo lo que tú necesites hija mía así que por los momentos no pienses en esas tonterías.

Pasado un rato aún se encontraban mi madre  Clarissa y yo Anett en el mercado cercano al palacio a punto de terminar de comprar las cosas para la fiesta de mi padre, el lugar se encontraba lleno de pueblerinos que al igual que mi mamá y yo, estaban haciendo su trabajo o simplemente comprando cosas para su hogar, Clarissa ya había comprado todo para la cena de la noche, solo le faltaba comprar algunas bebidas o vino para que la noche fuese genial… cuando de repente se escucha el galopeo de caballos, esto no era muy común en Bruselas, se podría escuchar uno o dos caballos, pero se escuchaba como si fuese una tropa de soldados que se avecinaban hasta donde nos encontrábamos… todos se encontraban sorprendidos por tal sonido y comenzó el pánico, todos mirábamos de lado a lado hasta que se ve la  llegada al pueblo varios soldados todos vestidos de negros y además con sus caballos y sin tener alguna marca que los identificaba como soldados del palacio, más que 2 soldados, estos si tenían una insignia del rey Agustín XII. En ese momento el pánico y el miedo de los pueblerinos bajo pensando que eran soldados de la tropa francesa, hasta que el líder de estos fuertemente grito el cual decía “— ¡Ataquen!” todos los soldados comenzaron a galopar en sus caballos hasta donde se encontraban los pueblerinos incluidas Clarissa y Anett, en ese momento todos supimos que no se trataba de nada bueno más que de invasores extranjeros, los gritos de personas desesperadas comenzaron a sonar y muchas caras de susto y pánico se empezaron a avecinar, ya que estos llegaron cortando cabezas a inocentes que se encontraban en el mercado del pueblo, Clarissa al ver la cantidad de soldados que se aproximaban en caballos le agarró a Anett del brazo y está llorando le decía “ Mamá ¿Qué ocurre? “ a lo que Clarissa respondió “ No hay tiempo para explicarte” y comenzó a correr en busca de algún refugio, esa tarde hubo muchos muertos tanto inocentes como de soldados.

El anochecer había caído sobre Bélgica, la noche era oscura y el frío te congelaba hasta los huesos, además se escuchaba los grillos y otros animales en el pueblo. Clarissa se encontraba desesperada, no había pegado un ojo en toda la noche y moviéndose de un lado a otro su angustia cada vez se hacía más y más grande puesto que ya eran las 12:00 AM y su esposo no aparecía, Robert Deschamps era un hombre muy trabajador soldado del rey pero ella también sabía que lo más tarde que pudiese llegar a su hogar era a las 8:00 PM, no salía a fiestas y mucho menos a lugares vulgares, por eso está se encontraba sin saber que hacer, tenía ganas de salir a buscarlo pero le aterraba imaginar encontrándose con estos asesinos de la tarde o simplemente encontrarlo muerto.

Se aproximaban las 4:00 AM, la noche era fría y solitaria, los sonidos de los grillos inundaban todo el pueblo; cuando de repente se escucha que tocan desesperadamente la puerta, Clarissa y Anett Deschamps las cuales no podían conciliar el sueño, se levantaron rápidamente de sus camas y corrieron hacia la puerta, al abrir la puerta cayó Robert Deschamps herido por múltiples cortaduras de espada y cuchillos, con muchos moretones en su rostro y sangrando su cuerpo, los ojos de Clarissa casi se desprendían de su cara y miles de lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y gritó — ¡Robert! al igual  su hija la cuál comenzó a gritar – ¡Papá, Papá! Mientras que sus ojos se comenzaron a llenar de agua y a soltar lagrimas. Ambas llorando arrastraron el cuerpo muy herido de su esposo el cual se encontraba desangrándose, Clarissa con todas sus fuerzas agarro el brazo de Robert y lo puso en su cuello para internarlo sentar y visto que no podía le pidió ayuda a su hija, ambas intentaron sentarlo pero su cuerpo se encontraba ya sin fuerzas y de una vez volvió a caer al suelo, al ver al pobre hombre tirado en el suelo ambas se arrodillaron a llorar. – ¿Qué hacemos decían ambas desesperadas? – Y envueltas en la oscuridad de la noche sus opciones eran muy pocas. –

Clarissa Deschamps

¡¿Amor que te ha sucedido?! ¡¿Quién te ha hecho está barbaridad?!

Mientras esté se encontraba en el piso Robert llevo sus manos hasta la cara de Clarissa le sonrió y le dijo que acercara su oído ya que su voz era muy débil, está cedió y se acerco a el y este susurrándole al oído le dijo – Te amo Clarissa, los años que he pasado contigo han sido los mejores. – Y sin decir más nada beso los labios de Clarissa de forma linda y dulce – al darle el beso a su amada acaricio sus hermosas mejillas y le dijo ya en sus últimos segundos de vida. – Cla…Clarissa cuida muy bien de mi niña, recuerda que fui un guerrero hasta el final, y te juró que no hice nada malo para buscarme esto aunque mal por mi en tener compañeros tan basuras y sobre todo mendigos del rey. – seguidamente soltó la cara de Clarissa y tomo la cara de su hija Anett limpio sus lágrimas y les dijo – Eres muy inteligente hija mía, demuéstrale al mundo de lo que eres capaz, se que eres muy inteligente, desde pequeña veía como agarraba los cuentos y los leías para ti solita, se lo madura que eres y por eso te pido que cuides muy bien de tu madre. – al finalizar de hablar su mano callo en el suelo, soltó una sonrisa por haber visto a su familia antes de morir, sus ojos se cerraron, su corazón dejo de latir, Clarissa agarro su mano llorando y viendo que este cerro sus ojos desesperadamente llevo sus dedos para tocar su pulso y no le encontraba, sin más sus lágrimas comenzaron a ser muchas más y abrazando a su hija le decía que todo iba a estar bien que su padre se había ido a un mejor lugar.

Anett se encontraba en shock siendo una niña de tan solo 13 años ver a su padre tirado en el suelo lleno de múltiples golpes además cortaduras y saber que había fallecido se preguntaba muchas cosas como el ¿Por qué? ¿Qué hizo de malo para merecer la muerte? Y recordó las palabras de su padre “te juró que no hice nada malo para buscarme esto aunque mal por mi en tener compañeros tan basuras y sobre todo mendigos del rey” así que decidió investigar porqué realmente fue que su amado padre había muerto, en su intuición ella estaba súper clara que esto había sido una injusticia y que nadie se haría responsable por ello, además no le cabía en la cabeza ni entendía el hecho de que los compañeros de su padre fueran tan mendigos del rey… Anett no podía evitar el hecho de llorar y aunque trataba de no hacerlo sus lágrimas corrían por su cara y no paraban de hacerlo, desde ese momento juro vénganse de la persona que asesino a su padre, para cobrar venganza y para darle un digno descanso en paz al alma de su padre.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo