Por Rocío
Entré a la casa de mis padres y ellos ya estaban durmiendo, por lo que luego de tomar un vaso de agua y cepillarme los dientes, me acosté, tapándome con una manta liviana, pero aún sentía que mi piel ardía.
¿Será que de verdad llegaremos a algo con Ramiro?
Tengo que dejar de lado ese pensamiento casi absurdo, de creer que porque es sumamente atractivo, sólo quiere diversión, hay hombres normales que no se toman nada en serio.
Ramiro no es un niño y supongo que jamás se burlaría de una mujer sólo para divertirse.
Al final no me enteré cuál es su profesión, habla correctamente y es culto.
Esa es una pieza clave para mí.
No podría estar con un hombre que a cierta edad sigue hablando con las palabras que usan los adolescentes y de verdad que hay muchos así.
No estoy diciendo que pretendo un licenciado, sólo quiero un hombre que sepa que si tiene 30 años, aunque es muy joven, se maneje como la edad que tiene.
Por fin me dormí, lo hice soñando con unos besos maravillosos.
Acompañé a mi padre hasta la clínica de la ciudad, no había muchas más, sólo una sala de primeros auxilios, que fue creciendo y se transformó en un hospital, aunque no tiene alta complejidad, para algo más importante estaba la clínica adonde íbamos en ese momento y si no el hospital de la ciudad vecina.
Estábamos en el hall central, cuando veo venir a Karen con Matías en sus brazos.
Cuando miré bien, estaba acompañada por Ramiro.
Se acercaron cuando me vieron.
-¿Qué sucedió?
Le pregunto antes de saludar.
-Matías, tiene un broncoespasmo .
-¿Tiene fiebre?¿Ya viste al médico?
-Sí.
-¿Te mandó puff? ¿Corticoides? ¿Nebulizaciones?
Comencé con preguntas de rutina, tengo la médica incorporada.
Fue cuando vi una sonrisa maravillosa puesta en mi cara, no pude evitar sonrojarme.
-Hola don Julio.
Lo saluda Karen.
-Hola, querida.
Dice mi padre y le da un beso a Matías.
-Le presento a mi cuñado.
-Un gusto.
Le dice Ramiro y luego se acerca a mí y me da un beso que quedó a medio camino entre la mejilla y mi boca, no podía besarme en la boca delante de mi padre.
No había hablado de Ramiro en casa, no correspondía un beso.
Mi padre no se dio cuenta, pero la sonrisa de mi amiga, me dijo que ella vio perfectamente la acción de su cuñado.
-Ramiro…
-Perdón, te tengo cerca y estoy trastornado.
Dijo en mi oído, mi padre no lo escuchó, pero se dio cuenta de cierta cercanía, por otro lado yo debía estar súper ruborizada.
-Sí, amiga, quedate tranquila, ya sabés que en cuanto hay un poco de humedad, Mati hace picos de broncoespasmos.
-La próxima vez que viajes a Buenos Aires, Gabriel lo va a revisar personalmente.
Le indico con un tono preocupado.
-¿Gabriel?
Me pregunta Ramiro.
-Mi jefe.
Le contesté.
En ese momento se acercó Bautista, el dueño de esa clínica, que a su vez era el padre de Sandro, un amigo nuestro.
Pueblo chico, infierno grande, dicen, no sé si es así, pero nos conocemos todos, eso es seguro.
Saluda a mi padre y luego se dirige a nosotras.
-Me parece increíble cómo pasaron los años, pero juro que las sigo viendo cuando jugaban con Sandro.
Mi padre asiente.
Se acerca un médico y le comunica que hubo un accidente en el que estaba involucrado un micro que venía de otro país, iban a llegar una docena de heridos de distinta gravedad.
-Están faltando médicos.
Dice con cara de preocupación.
Al instante me miró.
-Ro, tengo que pedirte un inmenso favor.
-Sí, decime, Bautista.
-¿Podrás darnos una mano? ¿Estás haciendo guardias o sólo intensivas?
-Intensivas, pero suelo estar bastante tiempo en la guardia, descuidá, te ayudo, con mucho gusto.
-¿Puedo colaborar? Soy médico, cirujano y cardiólogo.
Dijo Ramiro, asombrándome muchísimo.
Karen sonríe por mi asombro.
-De verdad, anoche no tuvieron tiempo para hablar.
Dijo muy suelta de lengua.
Aunque estaba adivinando que sucedió algo, porque no tuvimos tiempo para hablar, por lo que no le pude contar nada.
Fue cuando mi padre miró a Ramiro y lo estudió con la mirada.
-Por supuesto, gracias.
Le contestó Bautista.
Decidimos que Karen llevara a mi padre, sólo se desviaba 6 cuadras, aunque Mati tenía tos, era poco el tiempo que ella perdía.
Ellos se fueron y a Ramiro y a mí, nos trajeron batas, guantes y barbijos.
-Ya sabía que eras perfecta.
-¿Soy perfecta porque soy médica?
-Por tener la misma vocación que yo.
Yo misma estaba pensando que era maravilloso compartir esa vocación.
No se lo pude decir, porque en ese instante comenzaron a llegar las ambulancias y todo fue un caos.
Bautista llegó a presentarnos como médicos, para que el personal de la clínica nos brinde el apoyo que necesitemos
Personalmente conocía a varios médicos y a algunas enfermeras.
No trabajamos con los mismos pacientes, aunque el sector de guardia era amplio y el espacio lo compartimos, había muchas mamparas separando las distintas camas, para que los pacientes no estén viendo lo que sucedía con otros enfermos.
Había otros consultorios que eran pequeños, donde estaban las personas que requerían cierta atención antes de determinar a qué sector se los deriva.
A los más graves se los llevaba a terapia intensiva o intermedia.
-Charo, necesito que…
-Pedile a otra enfermera, estoy ocupada.
Me contestó esa enfermera, había hecho con Karen y conmigo la escuela secundaria y realmente nunca nos llevamos muy bien.
Yo no soy problemática y siempre le dejé pasar sus tonterías, pero en ese instante no es una cuestión personal.
-Enfermera, no me entendió, el paciente necesita en forma urgente lo que le requerí.
Le dije muy seria.
Charo se puso roja de la indignación, pero no tardó en traerme los elementos que le pedí.
-¿Querés algo más? ¡Doctora!
-No en este momento, luego hablamos.
No fue una amenaza, simplemente le iba a aclarar que mientras se trabaja, los temas personales, tienen que dejarse de lado.
Pasadas unas 4 horas y después de haber atendido a varios pacientes, fui por un café, justo coincidí con Ramiro.
Charo se acercó inmediatamente.
-¿Necesita algo, doctor?
Le preguntó con coquetería.
Mi cara debe haberle dicho lo que callé, porque la sonrisa de ella, para con Ramiro, se acentuó.
-Sí.
-Digame.
-En realidad sólo necesitaba ver a mi novia.
Dice acercándose a mí y depositando un beso en mis labios.
Yo le sonreí a “ mi novio”, ignorando a Charo.
-Vení, vamos por un café.
Lo llevé de la mano hasta las máquinas que estaban en el pasillo transversal.
-Conocés bien este lugar.
Me dijo Ramiro.
-Sí, nunca trabajé acá, por suerte, porque creo que algunos me harían la vida imposible.
-¿A vos?, Bautista te tiene mucho aprecio, se nota.
-Sí, por supuesto, pero Charo, la enfermera que se acercó a vos recién, ni siquiera quería traerme lo que le pedía para un paciente.
Ramiro sonrió y me dijo que a él lo asistió muy bien.
-¡Por supuesto! ¡Le gustaste!
-Soy irresistible, lo sé.
Mi cara debe haber cambiado, es lo que me temo, porque más allá de la atracción que siento por él, supongo que debe tener a muchas Charos a su alrededor.
-No me interesa esa enfermera ni otra mujer, de verdad me gustás vos, tanto, que no puedo dominarme cuando te tengo cerca, ahora mismo muero por tomarte en mis brazos y…
-Doctor ¿Necesita algo más?
Insiste Charo, acercándose a nosotros e interrumpiendo nuestra conversación.
-No, gracias, salvo que Rocío necesite algo…
-No por ahora.
Le contesté, sin embargo Charo no se movía de nuestro lado.
Pretendiendo formar parte de nuestra conversación.
Yo estaba molesta, pero no quería decir nada.
Hasta que se me ocurrió hablar de un paciente que atendí, con los términos médicos más rebuscados que se me ocurrieron, aunque ella es enfermera y algo de medicina sabe.
Ramiro me contestó ignorando la presencia de Charo.
Luego me dijo que iba a reservar en el restaurante que habíamos quedado.
-Perfecto.
Le contesté.
-¿Hay algún bar dentro de esta clínica?
Preguntó, Ramiro.
-Sí, doctor, con gusto lo acompaño.
-No, gracias.
Le contestó.
Ella seguía sin moverse, hasta que me cansé y tomando la mano de Ramiro, le dije que lo acompañaba hasta el consultorio de Bautista.
-Es una infeliz.
Comenté, sin contenerme.
-¿Celosa?
Me preguntó cargándome.
-¿Tengo que estarlo?
-Por supuesto que no.
-Menos mal, porque es cuando pienso que tu atractivo juega en contra.
-Ya te dije que no es posible que eso suceda.
Llegamos hasta el consultorio de Bautista, justo se abrió la puerta, estaba saliendo otro médico, y él nos presentó, aunque de vista lo conocía, es que acompañé muchas veces a mi padre a esa clínica.
-No sabía que eras médica.
Yo le sonreí.
-Ramiro Alonso Brandsen, un gusto.
En ese instante los dos lo miraron.
-¿Es el titular de las clínicas Brandsen?
Le pregunta el médico que nos acaban de presentar.
-Sí, al parecer son más conocidas de lo que creía.
-Un gusto, es que yo hice pasantías allí.
-Espero que hayas tenido una buena experiencia.
-La mejor experiencia, doctor.
Luego pasamos al consultorio de Bautista y el médico se retiró.
-Los honorarios…
-Olvidate, Bautista.
-No, por favor.
-Te digo lo mismo que Rocío, contá conmigo para alguna emergencia, pero olvidate de los honorarios, no corresponde.
-Muchas gracias.
-Le doy una recorrida a los pacientes y con Rocío nos retiramos, si necesitás contactarnos, no lo dudes.
Dijo Ramiro, dando a entender que nosotros tenemos una relación, al menos que somos amigos.
Ellos intercambiaron sus números de teléfonos y luego, juntos, hicimos la recorrida, luego nos fuimos juntos.
-Vine con el auto de Karen.
-Estoy con el mío, no te preocupes.
No es la camioneta súper lujosa de él, pero siempre estuve orgullosa de mi bello auto.
Me vestí bastante sexi, tanto que mis padres me miraron raro.-Tengo una cita.Les dije con una sonrisa que no pude evitar.-¿Con el médico que me presentaste esta mañana?Pregunta mi querido padre.-Sí, es el hermano de Facundo.-Me agradó.-Falta que yo lo conozca.Dijo, Teresa, mi madre.-¡No te asomes! Si todo va bien, ya vas a tener tiempo de conocerlo… no se preocupen si tardo.Les dije algo incómoda.No soy una niña y vivo sola en otro país, pero el estar conviviendo con mis padres, aunque sea de vacaciones, tenía cierto pudor al decirles que no volvía a dormir.En realidad no estaba segura si eso iba a suceder, pero tampoco me quería engañar.Posiblemente terminaría la noche en un hotel con Ramiro, nunca me sucedió algo así, tampoco esperaba un año para tener relaciones, pero definitivamente nunca hice lo que hice la noche anterior y mucho menos planeé acostarme con alguien en la segunda vez que lo veía…Aunque técnicamente sería la cuarta vez, si cuento que lo conocí ayer p
Por RamiroMe estoy volviendo loco de tanto desearla, sin embargo, sabiendo o intuyendo que lo que tengamos con Rocío no va a ser algo de paso, soy más paciente, más caballero, estoy disfrutando de su compañía y muriendo de ganas por besarla, pero me conozco y sé que si la beso como tengo ganas, no podría dejar de hacerlo aunque quisiera, es que mi excitación está creciendo y casi no la rocé.Cuando la vi en la puerta de su casa, tenía ganas de mandar al diablo la cena e ir directamente a un hotel, pero no era lógico, aunque tampoco es lógico lo que estoy sintiendo por ella.Es un huracán que envuelve mis sentidos.En el bar, tampoco me animé a besarla profundamente, porque tenía miedo de correrme con un beso.Ni siendo adolescente perdía el control de mi cuerpo como en este momento.Soy médico, se supone que tengo que controlar mis emociones y con sólo mirarla, mis sentidos están a flor de piel.Llegó el momento en que le pregunté si nos íbamos, no le dije adónde, pero era sabido.Ha
Por RocíoEncontré al hombre de mi vida.A pesar del miedo que me lleva a pensar que por su tremendo atractivo puede volar más rápido de lo esperado, siento que él está derribando todos mis prejuicios.No me siento una mujer fea, al contrario, sé que soy bella y tengo un cuerpo que muchos llamarían perfecto, al menos para lo que se considera hoy en día la perfección de un cuerpo..Tampoco soy de las que sólo se fijan en ese aspecto.No sé si es por ser médica o simplemente por haber pasado hace rato la adolescencia y haber madurado, pero el aspecto físico es sólo una parte a tener en cuenta para estar con alguien.Lo que me tomó por sorpresa es que aparte de ese atractivo casi salvaje que tiene Ramiro, es un tipo súper inteligente, culto, con los pies sobre la tierra, empático con los temas solidarios, divertido y… el mejor amante con el que me crucé en toda mi vida.No es que vaya por la vida enredándome con cada hombre con el me cruzo o con los que me parecen atractivos.Nada de eso
Por Rocío -Hola cielo.Dice mi madre cuando entré a su casa.-Hola mamá, ¿Cómo está papá?Salió a caminar un poco, en cuanto llegue, almorzamos.-Te ayudo.-Gracias… ¿Todo bien con Karen?Mi cara ardió en ese momento y mi madre se largó a reír.-¿Cómo te fue?Preguntó sin dejar de sonreír.-Bien…-Rocío, sos adulta, sos médica, vivís en otro país, no pongas excusas, por favor.-Tenés razón.Comencé por decir.-No pienses que aunque vivo sola, me voy por ahí con desconocidos.-¿No es el cuñado de Karen?Me pregunta confundida, mientras pone los platos y cubiertos en la mesa y yo me apresuro poner los vasos.-Sí, es el cuñado de Karen, pero no lo conocía… lo conocí en la playa y luego lo vi en la casa de Karen y ayer por la mañana en la clínica.-Es médico.Lo afirma, ya lo sabía.-Sí, cardiólogo y cirujano.-Por lo que vi anoche, es muy buen mozo.-Demasiado.-Lo decís como si eso fuera un defecto.-Es que muchas veces eso juega en contra, ya sabés como pienso.-Nena, esas son tonterí
Por Ramiro Le terminé confesando que me había enamorado de ella, así lo siento, sé que no hace ni 72 horas que la conozco, pero no se precisa mucho más para darme cuenta que nací para amarla, qué es la mujer de mi vida.Ella me confiesa que siento lo mismo que yo.Era el querer que estaba buscando, lo que anhelaba, eso que creía que faltaba en mi vida.A ese sentimiento profundo se le suma que cuando la cerca y hasta cuando pienso en ella, me hace volar a un mundo infinito, quiero tener miles de sueños con ella y hacerlos realidad.Con ella no preciso otra cosa, porque al mirarla desaparece el mundo y el placer que siento al observar, es tanto, que estoy envuelto en llamas.Luego de hacer el amor, vi la luz en la puerta, que significaba que ya estaba nuestro pedido.Pedí dos cafés y dos copas, con un exquisito licor de café con crema.Al tomar la bandeja, Rocío vio el pomo que contenía la crema- gel con efecto calor o estimulante.Siempre la encontré muy húmeda, pero ese gel era para
Por Rocío Quedé atrapada en los brazos de Ramiro, me encanta sentirlo cerca, estoy atada a su cuerpo y él está en mi corazón, en mi cuerpo, en cada poro de mi piel.Va creciendo un sentimiento tan profundo que me parece increíble que hace sólo unos pocos días que lo conozco.Luego de amarnos hasta la locura y con una plenitud total y aunque nos cueste despedirnos, me dejó en la puerta de mi casa.Almorcé con mis padres, que ya no me preguntaban por mi amiga Karen, ellos son inteligentes, por otro lado mi madre le debe haber contado a mi padre que estoy comenzando una relación con Ramiro.Me estaba por acostar para dormir la siesta, no lo solía hacer, en general me iba a la playa, pero estaba agotada, cuando suena mi celular, era Karen, para que nos encontremos en la playa.Supongo que quería saber que estaba sucediendo entre su cuñado y yo, apenas hablamos en estos días.Desistí de mi siesta y les dije a mis padres que me encontraba con mi amiga en la playa.Estoy llegando a nuestro
Por Ramiro.Sé que Charo me buscaba, pero no se me ocurre jugar a dos puntas.Tengo a mi lado la imagen perfecta del amor, no arruinaría lo que estoy comenzando con Rocío.Ni por Charo ni por nadie.Claro que me pareció descarada, nunca disimuló ese coqueteo extremo, pero era una mujer que no me importaba.Sé que mi cuñada es muy celosa y en un momento creí que las iba a agarrar de los pelos.Rocío es celosa, pero se controla mucho más que su amiga.Creo que tiene que ver con nuestra profesión, aunque yo a su lado soy un hombre mucho más temperamental.Hasta soy celoso y no pude evitar preguntarle por ese amor de adolescente, aunque me sentí incómodo al hacerlo.Entiendo que a Rocío le haya molestado el comportamiento de la que en algún momento fue su amiga, pero eran todos adolescentes.La que no parece haber superado esa situación es Charo, y por supuesto que tiene palabras y actitudes que no me gustan.Pero al instante me olvidé que esa mujer existía.Al volver a la carpa, ella ya
Por Ramiro No me considero un hombre egoísta, y por supuesto que la salud de mi sobrino era prioritaria, y estaba realmente preocupado, pero confiaba en que realmente fuera otro broncoespasmo, sin consecuencias graves.En cuanto al CORONAVIRUS, esperaba que fueran algunos pocos casos, aislados.Luego me quedé pensando en que ella le dijo a la Directora del jardín de infantes que era especialista en infecciones generales.-¿Sos especialista en infecciones generales?Le pregunté mientras cenábamos.-Bueno… No tanto, pero en la clínica en donde trabajo, siempre que puedo, estoy investigando en el laboratorio, que es uno de los más avanzados de América.Me dice sonriendo.-Aparte, aunque voy más lento en esa especialidad, sí estoy cursando materias de infectología.Lo dice muy orgullosa.-Es que Matías siempre hace picos de Broncoespasmo, y estaba terminando medicina general, cuando siendo muy pequeño, se estaba ahogando, ¿Te acordás Karen?Le pregunta a mi cuñada, quien asiente con la