El frío de esta época del año se hacía evidente y como no si estábamos a solo 2 días de noche buena

Lo que indicaba además que la recién iniciada temporada de asesinatos estaba a punto de acabar dejando al oscuro Dayton sumido en su dolor ,preso de 11 largos y angustiosos meses de desapariciones para volver a repetir el ciclo en el próximo diciembre

Para aumentar aún más mi buena fortuna, la ausencia del sr Grey había pasado a manos policiales , ahora su rostro inundaba las calles del pueblo con el titular de SE BUSCA en rojo y todos los protocolos de búsquedas activados. Por ende Mario ya no era nuestro nuevo profesor suplente ,si no tenía un contrato indefinido  con el instituto  y el muy bastardo era el encargado de cerrarnos el curso

_¿Por qué si ya lo había olvidado y superado todo el dolor se postraba frente a mi?_

_¿Por qué ahora?_

_Justo cuando comenzaba a descubrir estos sentimientos por Max, aunque no lo admitieran me atraía el misterio detrás de su fría y oscura mirada, me encantan esos hoyuelos que se formaban en sus mejillas cuando lanzaba sus falsas sonrisas y la electricidad que provoca en mi con el más mínimo roce_

— Controlate reina ,todos te están mirando — me recriminó mi conciencia haciéndome volver a la realidad

Me viste estaba perdida en una de las vacías paredes de la cafetería estábamos en la mesa de siempre con todos los chicos del equipo de fútbol como ya se había hecho costumbre

—admite que te gusta almorzar con ellos, es mejor que estar sola — sonreí

Mauro a mi derecha se reía ampliamente como un niño pequeño mientras planeaba con el resto del equipo de cumpleaños de su hermanito menor ,el cual sería en tan solo dos días . En cambio Max, a mi izquierda, mantenía su vista perdida en la hamburguesa con papas que hacía frente a él sin darle importancia alguna a nada de lo que su hermano decía y moviendo de un lado a otro con el tenedor su preciado de almuerzo

_son tan diferentes_

—aún me debes algo pequeña no creas que he olvidado lo de la cancha hace unos día — la voz de Mauro en apenas un susurro con cerca de mí me sobresaltó

—yo ee yo — dije entre tartamudeos haciéndolo sonreír y sintiendo esa sensación en la nuca clásica de cuando te observa

Me volteé encontrándome dos pares de ojos que me observaba fijamente y sin vergüenza alguna

Los de Max tenían duda, como si no entendiera algo de lo que estaba pasando, pero los que verdaderamente me sorprendieron fueron los de Natalia unas mesas más atrás del menor de los Rumbaun

La mirada de Natalia me lanzaba dagas había aire en sus ojos enojo

—no estoy entendiendo bien

_ni yo_

Puedo asegurar que era la primera vez que la rubia porrista notaba mi presencia en el instituto

Me quedé pasmada manteniéndole incómodo contacto visual fue un cielo seño y obteniendo como resultado que la vista de todos los chicos se dirigiera hacia ella

—oh oh, alguien está en graves problemas —la voz delantero del equipo rompió el silencio colocando una de sus manos en el hombro de Mauro y logrando por un momento que mi vista a cambiar de objetivo

—¿a ella qué le pasa?— le recriminé a Mauro cruzandome de brazos frente a mí

—eres mi ídola —hablo nuevamente delantero haciéndome fruncir el entrecejo —nadie puede aguantarle la mirada por tanto tiempo— añadió con una sonrisa pícara dibujada en su rostro

—el problema es...

—que está muy buena para dejarla pero no tanto para ser tu novia —Max interrumpió Mauro con un muy desaprobatorio tono

—cómo me conoces hermanito — sonrió mientras negaba con la cabeza

— y que culpa tengo yo de sus problemas ¿Quien se cree para mirarme así?

— eres la primera chica del instituto que se sienta en nuestra mesa y ya han pasado varios días es como un — dudo — hábito por así decirlo — añadió con esa voz ronca que me hacía prestarle toda mi atención aunque dijera cosas sin sentido

—pequeña no le hagas caso está algo loca —dijo Mauro restandole importancia y zanjando el tema para regresar a los preparativos del cumpleaños de Max

Pero algo muy dentro de mí me decía que el tema no había acabado ahí algo muy dentro de mí me decía que Natalia me traería problemas y sí que tenía razón...

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Caminaba por el desolado pasillo del instituto rumbo a mi taller de pintura como cada jueves

No tarte mucho en llegar y me encuentro ligeramente recostado la pared de frente del aula a Mauro distraído con su teléfono celular

—Hey —le dije para llamar su atención —así me gusta —añadí en un tono burlón apuntándolo de arriba a abajo

—Apúrate en entrar ,creo que ya comenzaron pequeña, aquí tu guardaespaldas te espera —me guiño un ojo para hacer una breve reverencia mientras yo dibujaba una divertida sonrisa en mi rostro adentrándome en el salón

Media hora más tarde la clase había concluido y me encontraba recogiendo mis cosas

—¿Cómo puedes traer tantas porquerías al instituto? ,con razón andas doblada todo el tiempo —la voz ronca de Max me sobresaltó un poco se escuchaba algo irritado

Así que lanzándole una mirada acusatoria terminé de recoger mis cosas y corrí tras él para reunirnos con Mauro quien aún nos esperaba en el pasillo y comenzamos a caminar juntos hasta el estacionamiento

—Oh chicos necesito regresar — añadí unos pasos traje yo mientras revolcaba mi bolso en busca de mi celular — creo que dejé mi móvil junto al caballete vayan encendiendo el coche yo voy y vino en menos de un minuto — dije mientras asentía con mi cabeza

—Segura que no quieres que te acompañemos pequeña

—No tranquilo, sí ,vayan caminando yo regreso enseguida

— No no te demores te esperamos frente a la puerta principal del instituto — ordenó Max mientras yo le he dado la espalda corriendo para regresar por el pasillo hasta el taller

La escuela parecida sacada de una película de terror ,la mayoría de las luces estaban apagadas y había un silencio perturbador. Llegué al salón y allí estaba junto al estuche de pinceles sucios y yacía mi móvil así que lo recogí y me dispuse a regresar con los chicos, pero había una figura parada en la puerta que me impedía el paso

— Tú y yo tenemos que hablar ¿no crees?

—mierda