Maisie se sobresaltó y su expresión se volvió malhumorada.

Las palabras de Stephen sorprendieron a Kennedy, quien miró a Maisie incluso al empleado que seguía de pie frente a la puerta preguntándose qué hacer.

“Zee, siempre he sentido pena por ti por los asuntos de tu madre, así que siempre quise que heredaras la Joyería Vaenna. Pero parece que lo que hiciste hace seis años aún no fue suficiente, y ahora te estás involucrando con el Señor Goldmann. ¿Tú sabes tan siquiera deletrear la palabra vergüenza? ¡El Señor Goldmann es el novio de tu hermana mayor Willie!”.

Stephen estaba completamente decepcionado de ella. Incluso había sido testigo de lo que estaban haciendo los dos en la oficina el otro día, así que, ¿cómo podía creer que su hija era inocente?

Ante la acusación de su padre, Maisie apretó las manos con fuerza. “¿Me estás dando un sermón sobre la vergüenza? Entonces, ¿por qué no le dijiste a Leila que es una puta desvergonzada cuando se subió a tu cama?”.

"¡Cállate!", gritó