Maisie miró a Willow y sonrió. “En vez de pedirle dinero a ella, ¿por qué no me lo piden a mí? Es solo dinero".

Los hombres dudaron.

La expresión de Willow cambió. "¡No confíen en ella!".

“Willow, ¿por qué te resistes si ya tienes problemas?”. Maisie se acercó a su oído y se burló. "Cuando acabe contigo, ya no habrá forma de que puedan obtener dinero de tu parte".

En ese momento, los dos guardias fueron empujados. Unos cuantos guardaespaldas vestidos de negro entraron con armas, y cuando ellos intentaron huir, los derribaron al suelo y los sujetaron.

Nolan entró lentamente por la puerta como un ángel caído del cielo. El aura que emitía helaba toda la zona. Su frialdad disminuyó un poco cuando se dio cuenta de que Maisie era la que retenía a los rehenes.

"¡Nolan, sálvame! Maisie está loca, ¡quiere matarme!", gritó Willow en cuanto vio a Nolan.

Nolan no la miró, ni la reconoció. En cambio, miró a los guardaespaldas. Los hombres caminaron hacia Maisie y alejaron a Willow de ella