A Maisie no le importaba que Francisco la viera así. Sonrió y caminó hacia él, miró a Wynona, que estaba escondida detrás de él, y dijo: "Es verdad. Así soy yo. No dejaría escapar fácilmente a alguien que intentara lastimarme".

“Francisco, escucha…”. Wynona le tiró del brazo y pareció dolida.

Cuando Francisco volvió a la realidad, apartó el brazo de Wynona, miró a Maisie y dijo: "Pequeña diosa, tú... hiciste eso porque Wynona te amenazó…”.

¿Verdad?

“¿Parezco como si me hubieran amenazado?”. Los ojos de Maisie eran fríos y no tenía expresión. “Wynona me atacó por tu culpa. Ya tomé lo que necesitaba de ella. Si no se comporta, publicaré esta grabación".

Francisco miró a Maisie y sintió que no la conocía. Quizás para empezar, nunca la conoció lo suficiente.

Parecía que desde ese día, Francisco nunca hablaba con ella, ni siquiera cuando se encontraban en la cafetería.

Raven quería encontrarse con Francisco, pero él ya nunca se les acercaba. Ella sintió curiosidad. "Maisie, ¿qué le