Parecía que ya no había necesidad de que Maisie fuera misericordiosa.

En la mansión Vanderbilt...

Stephen vio los titulares del periódico y lo estrelló contra la mesa por pura ira. Leila, que le traía fruta, echó un vistazo al contenido del periódico y fingió estar sorprendida. “Steph, ¿por qué esta noticia habla de Zee? ¿Hay algún malentendido?”.

Stephen sabía que este artículo de noticias debía tener algo que ver con su madre y su cuñada. Su expresión se volvió malhumorada en un instante, y no respondió a las preguntas.

Willow bajó las escaleras y exclamó deliberadamente: “Papá, Maisie contrató deliberadamente a un abogado para engañar a la abuela y a la tía Yanis. Acabo de verlo en los periódicos”.

“Willie, no hagas afirmaciones tan atrevidas”. Leila fingió apoyar a Maisie.

“¿Cómo son afirmaciones atrevidas? Lo leí con mis propios ojos. Si ese es el caso, ¿Maisie no está engañando también a papá? Papá ya había accedido a transferirle sus acciones, pero aun así ella se confabul