Yanis se levantó y tomó una foto del aspecto vergonzoso de Leila con su celular. "¡Solo espera, le enviaré tu apariencia barata a Stephen!".

Leila escuchó esto y pensó en las consecuencias que le esperaban, así que rápidamente se levantó y abrazó el muslo de Yanis. “¡Yanis, sé que es mi culpa! ¡Por favor, no querrás provocar que los dos hermanos se enfrenten por lo que hay entre nosotros, ¿verdad?”.

“Tú misma te lo buscaste. Cuando Stephen se entere de cómo una desvergonzada como tú sedujo a su hermano mayor, ¡veremos cómo mantienes tu estatus y posición en la familia!”.

Yanis no escuchó nada y estuvo a punto de enviar las fotos.

Leila se abalanzó sobre ella y trató de quitarle el celular en cuanto se levantó. El celular de Yanis cayó al suelo, cerca de la puerta, y ella cayó con Leila en sus brazos.

La cabeza de Yanis chocó contra una esquina de la mesa.

“Yanis, te lo ruego, te lo suplico. Esto no es mi culpa. Es...”. Leila descubrió que los ojos de Yanis parecían estar mirando