Sin embargo, esta bestia era tan alta como ella cuando se paraba sobre sus patas traseras, resultó ser bastante aterrador.

"¡Ah!".

Colton, que acababa de llegar al jardín trasero, escuchó su grito y corrió. Luego fue testigo de cómo Barra de Oro empujaba a Freyja al suelo.

Ella cerró los ojos asustada, pero parecía que le agradaba a Barra de Oro y él empezó a lamerle la cara.

Colton se llevó la mano a la frente. "¡Barra de Oro!".

Barra de Oro escuchó que alguien lo llamaba y se giró hacia Colton. Al instante siguiente, se sentó, luciendo inocente.

Colton ayudó a Freyja a levantarse y le limpió la cara con una servilleta mientras le advertía. "Barra de Oro, no puedes besarla".

Freyja se quedó atónita.

Barra de Oro lanzó un aullido bajo en señal de protesta.

Freyja empujó a Colton, se levantó, se quitó la suciedad de la ropa y parecía incómoda. "Pensé que me iba a morder".

Ella tenía la impresión de que los perros grandes eran feroces.

Colton acarició la cabeza de Barra de Oro