A Lara le dolía el cuero cabelludo al mirar el rostro exasperado y los ojos enrojecidos frente a ella. “Mataste a mi padre, ¿crees que te dejaría salirte con la tuya? No puedo permitir que te escapes, Ken Pruitt. ¡Alguien como tú debe ir al infierno!”.

"Si yo voy al infierno, ¿dónde terminarás tú?". Ken se acercó a ella con una expresión despectiva. "Tú fuiste quien provocó que los Reese cayeran hasta este punto. ¿Realmente crees que Nollace te ayudaría de forma voluntaria? Solo te está utilizando. No olvides que si yo no te hubiera desfigurado, ya habrías caído en manos de Donald y estarías rogando por morir".

Lara le escupió.

Ken giró la cara, sus mejillas se hincharon y luego la abofeteó con la parte de atrás de su mano.

El cuerpo de ella se inclinó, y pudo ver cómo le salía sangre por la comisura de los labios. Pero se rio histéricamente. "Al menos puedo ver tu verdadera cara. Aunque cayera en manos de Donald, sigo pensando que sería mejor que estar a tu lado".

Ken la agarró p