Daisie terminó de cenar y recorrió la mansión. Al recordar algo, le preguntó a los sirvientes la dirección de la habitación de Nollace y caminó hacia ella.

Ella abrió la puerta y vio que las luces estaban encendidas, pero él no estaba a la vista.

Su habitación era espaciosa y tenía un tono grisáceo y un estilo nórdico. Había un tabique con tallas que separaba la habitación y el estudio. El estudio estaba limpio y ordenado, y en las estanterías solo había libros.

Daisie quería mirar disimuladamente a su alrededor, pero repentinamente una persona se acercó y le susurró en su oreja. "¿Qué miras?".

Daisie se sobresaltó y se dio la vuelta. La punta de su nariz le rozó la mejilla, pero él seguía agachado. Levantó las cejas. "¿Te gusta mi habitación?".

"Yo... yo solo estaba mirando".

Ella miró hacia otro lado y murmuró: "Es mi primera vez aquí".

No esperaba que él apareciera de la nada.

Nollace soltó una risa. "¿Sigues celosa de que Lisa entró en mi habitación?".

Antes de que ella p