"Pero no te dejé confiar en tu instinto. ¿Por qué confías en mí si no me conoces lo suficiente y nunca hice nada para hacerte confiar en mí?".

Elaine respiró profundamente. "¿Te estás abriendo a mí?".

Ian la miró. "Aún no es demasiado tarde".

Elaine hizo una pausa porque no sabía lo que podía aprender de él, así que dudó. "¿Responderías sin importar lo que te pregunte?".

Ian se quedó en silencio por un momento. "Depende".

"Si solo estás jugando conmigo, entonces me voy". Ella también tenía mal carácter. Elaine dejó la taza y se levantó para irse.

Ian la agarró por el brazo, lo que la hizo tropezar y caer entre sus brazos, paralizada.

Ian le rodeó la cintura con el brazo y ella pudo sentir el calor entre ellos.

Ella presionó sus palmas sobre su pecho y comenzó a sentir más calor a través de sus manos. Ella no podía mirarlo a los ojos.

Ian tragó saliva y también se quedó inmóvil.

Elaine lo miró. Tenía dos botones desabrochados, eran finales de otoño y el aire acondicionado est