"No te preocupes. No quiero desperdiciarlo", dijo Elaine.

Ian entró en la oficina e inmediatamente se quitó la chaqueta y la corbata, ya que no le gustaba andar tan formal.

Elaine entró detrás de él con su café y levantó la mirada para presenciar la escena. La camisa blanca y delgada le apretaba el pecho, de modo que se podían ver fácilmente los contornos de su cuerpo mientras inhalaba y exhalaba.

Ella diría que Ian era el hombre más musculoso que conocía.

Como era de esperar de un hombre que fue agente encubierto durante años, graduado en la academia de policía y entrenado en el ejército durante muchos años.

La última vez que se cruzó accidentalmente con él fue cuando se estaba cambiando de ropa. Se veía musculoso, pero para nada exagerado. Las curvaturas y líneas de sus músculos se veían muy firmes y duras como las uñas.

Cuando trabajaba en su oficina, a menudo escuchaba a sus compañeras hablar de los músculos abdominales de los hombres. A la mayoría de las mujeres les encantab