“Sandy está muerta”. Tanner se acercó a Pearl con emociones encontradas surgiendo desde el fondo de sus ojos. "Entonces, ¿qué tal si te quedas a mi lado en su nombre a partir de ahora?".

Los hombros de Pearl temblaban y las lágrimas corrían por sus mejillas. "¿Qué hice para merecer esto?".

“De hecho, no hiciste nada. Puedes culpar el hecho de que ahora estamos atados el uno al otro”. Tanner la agarró por el cuello y la acercó a él, con los ojos enrojecidos. “Todo hubiera sido mejor si no hubieras aparecido en mi vida. Sin ti, Sandy y yo no habríamos terminado así, y ella tampoco habría elegido terminar con su vida”.

Mirando la lágrima que rodaba por el rabillo de su ojo, Tanner la empujó y se alejó de ella. “Aunque esto no es lo correcto, solo podemos seguir adelante, ya que ya tomamos la decisión equivocada al principio. Pearl Santiago, si no quieres que le envié estas fotos a tus padres, tendrás que quedarte a mi lado obedientemente hasta que me compenses al niño que perdimos”.

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