La primera vez fue en el café cuando ella no tenía su billetera, la segunda vez estaba discutiendo con alguien sobre el precio de arreglar un coche, la tercera vez quedaron atrapados bajo la lluvia mientras paseaban, y la cuarta vez se cayó de las escaleras y él tuvo que llevarla en brazos...

Naomi se sintió aún más avergonzada porque él tenía razón.

Él extendió su mano hacia ella y Naomi se quedó inmóvil antes de mirar a Francisco.

Francisco la miró. "¿Esperas que te lleve de vuelta en brazos?".

Ella estaba nerviosa. "No, claro que no”. Se agarró a su codo y se levantó lentamente, pero el dolor de su tobillo la hizo respirar agitadamente.

Francisco miró su pie derecho. "¿Te torciste el tobillo?".

Ella asintió.

Francisco la ayudó a caminar hasta un árbol para que pudiera sentarse y se arrodilló para quitarle el zapato del pie derecho.

Naomi extendió la mano. "Deja que lo haga yo".

“¿Importa si lo hago yo?”. Francisco también le quitó el calcetín y la miró. “Da igual”.

Naomi