‘Pero ahora, como un hombre con estudios, me estoy enfrentando a una sentencia, a lo grande. Qué irónico’.

“No es necesario que te vuelvas loco pensando. No hay forma de que te lo diga”. Hector lo miró, sonrió y agregó: “Puedes intentar adivinar su nombre cuando estés ahí dentro. Después de todo, algún día en el futuro te darán la libertad, así que tal vez lo descubras más adelante en tu vida".

Liam parecía agotado. Sus labios estaban tan secos y pegados que ni siquiera podía pronunciar una palabra. Hector terminó la visita de diez minutos en menos de lo que canta un gallo.

En cuanto salió de la comisaría, recibió una llamada de Linda.

Cuando Hector regresó a su apartamento, Linda estaba abajo impidiéndole el paso.

En el momento en que Hector llegó a la entrada, ella corrió y lo abofeteó.

Hector, quien recibió una bofetada, giró la cabeza hacia el otro lado debido al impacto. No dijo nada mientras Linda lo agarraba por el dobladillo del cuello con enojo. “No soportas verme feliz,