Capitulo 518
—Hermana…— Juan miró de reojo a Marta, cuyo aire había cambiado tanto, con una expresión sumamente compleja.

—¡Pierdrita, maldito! ¿Cómo es posible que nunca me dijeras que eras tú, Pierdrita? —exclamó Marta con enfado.

—En ese entonces, no me creías en nada de lo que decía. Además, ¡ya nos habíamos divorciado! Y, para colmo de males, en ese momento ni siquiera sabía que tú eras mi hermana, —contestó Juan, rascándose la cabeza con cierta incomodidad.

Al escuchar esto, Marta se ruborizó de inmediato. Era increíble, pero se había cumplido su viejo sueño de casarse con Juan, aunque después se hubieran finalmente divorciado.

—¿Cuánto tiempo llevan aquí? —preguntó Juan, cambiando de tema.

—Unos quince minutos, —respondió Celeste después de pensarlo por un momento.

—¿Y en todo este tiempo no han visto a alguien extraño? —continuó Juan.

—¿Alguien extraño? No, no hemos visto a nadie. ¿Por qué, Juan? —preguntó curiosa Celeste.

—No es nada.

Juan al instante lo negó, dejando la conversación. Al p
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