Su respiración desaforada, sus límites siendo destrozados y el sabor de los besos desmedidos de Gálata hicieron que Marcelo arrancara su piel de pacífico para volver a ese instinto de adueñarse de cada centímetro de su cuerpo. Sus dientes rastrillaron la piel de su hombro, mientras desgarró la tela que quedó en sus manos para abrir mucho más las piernas que la bioquímica sintió a punto de derretirse. Dos dedos se deslizaron en su interior y su gemido tensó cada músculo de Marcelo, quien estaba con el dolor en la erección que estaba por acabar con él. Sus labios bajaron de su boca a su cuello en donde saboreó la piel que marcó, llegando a los senos que liberó del sostén que por poco rompió también. Gálata perdió la razón cuando este no pudo detener sus rodillas cuando se doblaron, besando la parte interna de sus muslos, calentando con su aliento su centro, arrastrándola hasta el borde de la mesa del escritorio. __ No hagas...La oración de la bioquímica quedó sin terminar cuando M
Gálata percibió un cuerpo bajo el suyo en cuanto despertó. Sintió los músculos definidos y aquellas líneas que resaltaron en la piel cuando deslizó sus manos solo le instaron a abrir los ojos. Lo primero que vio fue la piel entintada en varias zonas, con figuras que ella detalló y palpó. Escuchó el corazón apacible de Marcelo y sonrió al verlo tan tranquilo con un brazo bajo su cuello y la otra en su cintura. La barba ligera, imperceptible de lejos decoró su barbilla, las pestañas gruesas y cada una de las facciones que lo hacían ver como un sujeto totalmente ajeno a la paz. Pero en ese preciso instante, denotó toda la calma que él jamás conoció. La especialista acarició su barbilla y descendió lentamente por su cuello donde habían marcas que ahora tenía una tonalidad blanca, pero se notaba que eran de cortes hechos con precisión. Tres en total, como garras afiladas que pudieron haberlo matado. Bajó un poco más y en sus hombros pudo ver más cicatrices disparejas, de tamaños disti
Las puertas del avión fueron abiertas, de este descendiendo la mujer vestida de blanco, con la elegancia que la caracterizaba siempre, portando una gabardina oscura sobre sus hombros, la cual fue recibida por Cray quien le sonrió al volver a verla. Esta devolvió el gesto, caminando a la par de su guardian quien cuidó de que no se mojara por la lluvia, yendo al auto que esperaba por ella y el hombre que salió minutos después, el cual ni reparó a quien lo recibió con el paraguas. Su semana de vacaciones se había terminado, ella no pudo haberla pasado mejor y él no tenía humor para regresar al trabajo cuando veía a su mujer frente a él. Pero tenía una campaña que iniciar y de eso dependían muchas cosas. Ambos tenían claro eso, por lo que cuando sus responsabilidades los recibieron no pudieron salvarse de ello. Gálata apenas pudo despedirse de Marcelo y abrazar a su hijo, cuando una persona destinada para dejarle claro sus obligaciones la abordó. __ Hay una lista enorme de medios que
Los entrevistadores elegidos para ese día estaban acomodados en sus respectivos lugares, mientras Gálata trató de ser directa con respuestas resumidas, pero muy claras ante lo que estos querían saber sobre la candidatura de su esposo, quien estaba a su lado, oyendo la forma de expresarse de su mujer. Que supiera moverse ante los medios, aún con los nervios que se veía claro que tenía, le dió más puntos a su favor. Quien la viera creería que estaba acostumbrada a ello, pero no era así. En realidad fue siempre todo lo contrario. Se volvió hacia su esposo y le sonrió, con ello mostrando la confianza y sentimientos que tenía hacia a él ante los medios que no dudaron en capturar dicha imagen. Las entrevistas fue transmitida por distintos sitios y muchos pudieron ver a la bioquímica que usó simpatía a su favor para convencer sutilmente de brindar su apoyo a su esposo. A la vez que Marcelo daba el discurso que sabía se iba a complementar a la perfección de lo que necesitaban.Terminaron
Alvin Müller permaneció de pie, con sus dos guardaespaldas cuidando de él en el centro de comando, donde todos parecían estar muy apurados en sus tareas. Miró los afiches donde la cara que vio en las noticias el día anterior, por mera casualidad, junto a la persona que fue a buscar ese día. Parecía tener mucho apoyo, pero quién fuera no le iba a impedir que obtuviera lo que quería. Era conocido por siempre salir ganando en lo que fuera y esa vez no sería la excepción. __ Puede pasar. La señora Crown lo espera. - dijo la mujer que lo atendió. Este rió ante el apellido, preguntándose donde había quedado el Zurbriggen, si era el apellido que tanto presumían las mujeres de esa familia. Siguió a la mujer y entró a la oficina espaciosa que había en el fondo del pasillo. Avanzó hasta ver a Gálata sentada atrás del escritorio, con la mirada perdida y un aspecto más profesional. Más madura y con esa belleza que resaltó en su familia, no muy distinta una de otra, pero ahora solo existía en e
Para Gálata ver al hombre que una vez fue la única esperanza y este en lugar de ayudarla, la lanzó a la calle, le dio mucho más duro de lo que esperó. Pero aún con lo que estaba hecho un lío dentro de su mente supo que tenía que hacer algo para evitar la escena que de seguro en la cabeza de Marcelo se había dado muchas veces. Pues este tenía esa mirada que les dio a aquellos sujetos que los atacaron meses atrás, la misma que siempre usaba cuando ese algo se activaba. __ Sé que eres el esposo de Gálata, pero este es un asunto que solo nos compete a ella y a mí. - retomó su valor. - Soy el padre de...__ No eres una mierd4 y no pienso repetir mi consejo. - hizo énfasis en lo último.__ Gálata, por favor. Sé coherente, ese niño es mi hijo, merezco conocerlo y que me conozca. __ No mereces nada. - sentenció la bioquímica con la misma determinación. __ ¿Tanto te cuesta entenderlo? Me estaba amenazando de muerte, ya me habían quitado a tu hermana y parte de mí...¡También actué para sobr
Las presentación de Marcelo se vieron plagadas de aquellos que creyeron que entre las opciones, él era el mejor. Los presentes vitorearon su nombre y aplaudieron su manera de desenvolverse en el escenario, la elegancia que nunca perdió y las miradas que lanzaba en dirección de su esposa, quien no disimuló el nerviosismo que eso le causaba. Se convirtieron en la sensación del momento y con solo una semana movilizándose de un lugar a otro, su nombre ya era más conocido que el de los Bari y Argenis, quienes vieron demasiado peligro en él. Las encuestas lo acompañaban y el ánimo de cada persona que lo veía de plagaba de las sonrisas genuinas de Gálata y como se integraba al grupo de mujeres que la admiraban por su sencillez, aún cuando todos creyeron que era alguien altanero. Johan veía en la televisión a Marcelo y su madre, siendo esos canales los que siempre le servían de distracción cuando se quedaba con Cray o algunos de los otros dos Daemons, siendo los únicos que estaban en comba
Nada podía dañar la coraza de un hombre con el temple de acero de un Crown, salvo cuando tocaban esa parte que se habían tocar por la persona que los volvió frágiles. Y en ese instante, si le hubieran prestado atención a Marcelo se hubiesen dado cuenta de la forma en que cambió su semblante por uno que debería dar miedo al ver a su Diosa tendida en sus brazos, sin mover un solo dedo. __ Déjame revisarla. - pidió el hombre, pero el candidato se negó, pegando su cabeza a su mejilla. __ ¿Por qué no despierta? - preguntó Cray bajando el rifle para ver a su amiga en los brazos de su marido sin abrir los ojos. - ¿Por qué no ha despertado? __ Quizá la dosis que le di es muy poco para la que le inyectaron a ella. - mencionó el sujeto. - Tal vez, no lo veamos, pero...Marcelo dejó de escuchar y le volvió a hablar a la mujer que no tenía pulso, mientras el suyo estaba a nada de hacerlo colapsar. La colocó sobre una camilla, oyendo al tipo con bata que conseguiría un resucitador, mientras él