Quizá no era la mejor forma de acercarse a la plenitud, un mundo donde había todo tipo de entradas a las tragedias, pero también existían aquellos que evitaban que eso pasara más allá de un mal recuerdo.Braulio solía decirles que una caída de un Crown siempre llegaría, pero lograría levantarse a tiempo de que la segunda llegara a derribarlos. Eso, Joseph y Keyla lo tenían presente todo el tiempo y no descuidaron ni un solo segundo lo que tanto deseaban mantener con ellos. Joseph aún no podía creer lo que tenía en sus brazos, en una sala de hospital donde sabía que su esposa estaba segura, se atrevió a salir para ir con él y poder verlo de nuevo. No le costó mucho que la enfermera lo dejara cargar al bebé de solo una hora de haber nacido, quien tenía la cabeza pegada al pecho de su padre, quien estaba convencido que estaba escuchando un terrible ruido allí adentro. Y es que no fue fácil para él, el tener que atender un parto, pero con indicaciones que le dieron por teléfono pudo no
El viento movió las cortinas de la cabaña, con el sol atravesando la telas que se ordenaron y una brisa fresca que entró al ser abierta las ventanas. Joseph se levantó, caminando por la habitación con solo un pantalón encima y la camisa abierta, mientras buscó la loción corporal para usar. Dejándola de lado cuando vió aparecer a Keyla por la puerta del baño, ya lista con un vestido suelto de la cintura hasta los pies.y su cabello medianamente amarrado.Tenían media hora de haber decidido salir de ese lugar, pero al parecer las intenciones de Joseph por quedarse habían regresado. La figura de su esposa lo sumió en un hechizo que no quería que lo soltara. __ No veo tan necesario eso de ir a desayunar a un lugar lejos de aquí. - le dijo el mafioso adueñándose de su cintura. __ Pues yo si lo veo necesario. - dejó que la cargara y besara, pero no se dejaría convencer de algo que deseaba hacer. - Hemos estado aquí por dos días, quiero salir a ver lo que hay cerca. Además ni está tan lej
El tiempo no fue detenido, las respuestas que algunos pidieron no fueron las que querían, pero lo aceptaron porque la fuerza solo era usada para otras situaciones. Ese era un pensamiento que Marcelo tuvo en su mente durante mucho. Pues aunque era conocido en su familia como el más fuerte de todos, este en algunos instantes no se sintió así. Miró lo que tenía frente a él y sonrió al ver a la pequeña Adelina, quien correteó a su adorada rottweiler. Desde que le dijo como mantener ese equilibrio entre ser su defensora y su amiga, esta no se despegó de quién consideró una muy buena compañía. Ella era cuidada por Anthony, quien logró que Sirio le hiciera caso al quedarse quieto y comer cuando él le diera la orden. __ Se parece mucho a su padre. - comentó hacia Aarón. Este se giró dejando su periódico a un lado y asintió al ver a los niños quienes eran un reflejo exacto de Leonardo en su niñez, incluso la capacidad de volver loco a su progenitor, quien bajó apresurado a buscar su teléfon
"Tengo miedo" Las palabras que se repitieron en la mente de Marcelo, escuchadas aquél día en su última conversación. Él intentó abrirse por primera vez a algo, pero ni siquiera lo dejaron iniciar cuando le dijeron tal frase para evitar que algo la detuviera.Él lo entendió, más que nadie comprendió a qué se debía tal temor, pues la persona que las dijo vivió escapando durante años y no era fácil dejar de pensar que podría perder la paz que vivía o confiar de nuevo en alguien. Fue traicionada varias veces, ya no era la chica que veía todo como inocente, ahora era una mujer que tuvo que poner un muro para no volver a salir lastimada.Pero no sabía que una bestia exasperada podría tirarla en cualquier momento. Este también lo tenía claro, pero era de métodos más radicales y aún podía controlarlos, aunque era conocedor que solo un destelló podría acabar con todo.Marcelo se despertó esa mañana como en un día común y corriente. Ya sé había acostumbrado a su vida nuevamente, aunque las pesa
Siendo incapaz de poder hablar, Gálata se vio con el poco espacio que sintió se convirtió en prácticamente nada con un sujeto que fácil podría describir como un depredador del cual huir. __ Has huido desde siempre ¿Ahora también lo harás? - le preguntó Marcelo con los brazos cruzados. __ Sé lo que parece. Pero...__ Solo di la respuesta, Gálata. - avanzó hacia a ella, quien tenía la lengua adormecida y de no ser porque era una impresión fuerte hubiera creído que había un problema consigo. - Solo di si de nuevo saldrás corriendo. __ Deberías entender que mi método de...__ Bien. - respondió. Gálata iba a preguntar qué significaba ese "bien" pero este solo exhaló, levantó la mano para acariciarla como lo hizo algunas veces antes, pero no lo hizo al final. __ Tómate el tiempo que quieras. Es todo tuyo. - no rogar era la regla de un Crown y él ya había entendido que ella nunca estaría lista. Una vez más el jodido mundo le estaba diciendo que para él las segundas oportunidades no ex
Marcelo se vió distraído por lo que estaba viendo, pero en su mente Gálata tenía serios problemas para ser sincera con él. Esperó durante mucho tiempo y cuando al fin le dió una respuesta le dijo que no estaba preparada, ahora la veía feliz con alguien más y ni siquiera tuvo la amabilidad de decirle que esa era la razón principal.__ Lo que sea que creas que sabes...__ Entonces, dímelo tú. - la instó sin dejar de verla. - Ten el jodido valor una vez al menos de decirlo todo, Gálata. Es lo que necesito para acabar de convencerme.__ Es que no tienes que convencerte de nada. Solo lo que ya sabes. - quiso tocar su mejilla y este se alejó. Ya había sido muy invasivo y se estaba comportando muy fuera de su zona, no necesitaba eso para él, se trató de decir. - Marcelo, tú sabes que yo no...__ Lo sé. No debí venir. - se pasaba más tiempo en ese lugar no podría controlar sus impulsos y menos con ella en ese modo. El rojo contrastaba muy bien con su piel y no quería perder nada de lo que tal
__ Me estás lastimando. - le hizo saber Charlotte a Marcelo, este la soltó como auto reflejo. - Creí que te gustaba...__ ¿Me disculpas? - se alejó sin esperar respuesta, ya que toda su atención se la llevó la mujer de vestido oscuro que acababa de llegar. __ Sí, pero Marcelo...No le pudo decir que hablaran después al ver que este ya había tomado una gran distancia con ella. Pero se dió cuenta de algo, el hombre que ella esperaba que se quedara charlando de su pasado, iba directo a la mujer que estaba del brazo de Braulio. ¿Quien era ella? se preguntó. ¿Porqué si ex suegro la dejaba caminar a su lado si nunca le gustó dejarse tocar por nadie luego de la muerte de su esposa. Pero Marcelo ni siquiera se preguntó tal cosa. Solo detalló a la mujer de pómulos bien formados, ojos grandes y expresivos, cejas altas que enmarcaron su rostro y resaltaron mucho más el color celeste, con unos labios de grosor medio, rosados y con el cabello recogido, mientras caía por la espalda que dejó a la
Marcelo miró por el rabillo del ojo a Gálata, quien no dijo una sola palabra en todo el camino. Estaban a punto de llegar, pero ambos no tenían la intención de despedirse, aunque no había otra alternativa para los dos. __ No quería irme, pero lo necesitaba. - confesó cuando vio su casa frente al auto cuando este se detuvo. - Con todo lo que pasó con Adela...saber que Mauro tenía... necesitaba alejarme de todo esto. __ No te reclamo que necesitaras tu espacio, sino no ser clara. - le dijo Marcelo abriendo la puerta para abría la de ella. La bioquímica lo detuvo. - No lo necesito ahora, lo necesité antes. Ahora solo hay que seguir con el teatro que creó mi padre. Lo vio herido, supo que no era lo que quería, pero ya no había marcha atrás. Para Marcelo las cosas no funcionaban como con los otros miembros de su familia. Este tenía un ritmo el cual seguir, la prisa lo hizo caer en una fosa por muchos años y la paciencia lo volvió a levantar. Y en ese caso sintió que estaba pasando jus