Capítulo 40

Todos los servicios de emergencia fueron alertados del ataque, movilizándose con rapidez.

Ambulancias, bomberos, policías, incluso el ejército fue movilizado por el flujo de llamadas pidiendo auxilio, debido a heridas que ni siquiera podían ver, pero sí sentir.

Sara abrazó al perro, este se quejó, pero no lo soltó. Keyla se movió con el retumbar de su cabeza siendo atacada por el dolor que no se fue cuando la ola expansiva se esfumó.

Aún así fue liberada, intentando ayudarla a ponerse de pie como era su deseo.

__ Necesitamos... Necesitamos llevarlas a un sitio seguro. - dijo el hombre de seguridad que las acompañó. Estaban afectados tambien, pero no podían ignorar el trabajo que les encomendaron.

__ Llamen a Joseph, él está en el otro edificio, puede que también...

Antes de que Keyla pudiera terminar de hablar varios hombres entraron, entre ellos su esposo y cuñados, quienes no esperaron en ir por ellas.

Leonardo exhaló al ver a Sara de pie, yendo a ella. Mientras Joseph acunó e
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