En mi vida solo he tenido dos borracheras, dos en la universidad y listo, la primera fue aburrida porque cuidé de Ellen toda la noche para que no se desnudara en alguna mesa borracha pero la segunda fue épica porque recuerdo manejar un carro que no era mío y beber de la botella de alguien y esas cosas locas que recuerdas en cuanto despiertas, bueno cuando desperté al día siguente de esas fiestas me sentía poderosa, loca, y con algo de náuseas.

Ahora, ahora siento que un carro golpeó mi espalda, que caminé millas sin parar y después alguien me tiró de un acantilado sin paracaídas.

Estoy en mi casa, la casa que comparto con Ellen, huele bien y tengo unas cuatro mantas encima mío.

-Katherine- veo la figura de Edward a mi lado, o lo que queda de él, aún tiene el traje de la fiesta pero solo el pantalón y camisa, una camisa muy arrugada, nada típico en él, bajo sus ojos hay grandes ojeras y su cabello perfecto está ahora tan despeinado.

-Edwm...- no logro pronunciar bien, apresurado me da