Veo a Lea entrando con una mesita rodante y sobre esta un plato que imagino contiene la sopa.
“Querida, espero que te recuperes pronto, porque nos está quedando muy difícil continuar con el proyecto de los Devereux, sobre todo porque Nil no ha vuelto de su luna de miel y Travis no desea que Lorenzo se ocupe de su cuenta” — Me muevo en la cama y un recuerdo vago se me viene a la cabeza
¿Le dije algo a mi padre sobre lo que pasó en realidad con Lorenzo?
— Papá, ¿Has permitido que Lorenzo se ocupe de mis cuentas? — Pregunto un poco alarmada, no quiero que lo haga, ni ahora, ni nunca ¿Acaso no le confesé lo que pasó con él?
“Por ahora Lila se ha encargado de casi todo, pero con la cuenta Devereux tuvimos algunos problemas, no te preocupes, como te he dicho, Travis se negó categóricamente a que Lorenzo se encargara provisionalmente
YO EN MODO: “FLIPANDO EN COLORES”Todavía no me siento cien por ciento bien e ir de reunión en reunión está acabando con mis fuerzas y mi paciencia.— Nosotros también somos socios y soy excelente en mi trabajo, así que no considero justo ni equitativo el hecho de que las mejores y más importantes cuentas se las entreguen a Zoa — La voz de Lorenzo me provoca dolor de cabeza, si estuviera en mejores condiciones, lo golpearía.— Lorenzo, cada quien tiene las cuentas por las que puede responder y absolutamente todas son importantes.— Por supuesto señor Bellerose. Es por eso que estamos como estamos. Zoa a descuidado las cuentas más importantes y a pesar de su irresponsabilidad sigue a cargo de ellas — Muerdo mis labios al escuchar sus palabras. A pesar de que estuve algo distraída, lo he dado todo para sacar adelante cada cuenta, he trabajado hasta tarde y cuando ha sido necesario hasta los fines de semana y hasta ahora he cumplido con todos los compromisos. — No te excuses en mi
— ¿Lo has matado? — Pregunto inclinándome y acercándome a su pecho — Tenemos que comprobar que sigue vivo, pásame un espejo, Travis — Le pido con urgencia, pero el solo me mira mientras levanta una ceja.— ¿Para qué necesitas un espejo? — Se cruza de brazos sin hacer el mínimo intento de buscar un espejo.— Para comprobar que respira. ¿Sabes que a veces la gente se equivoca y han enterrado a muchas personas vivas? Lorenzo es un idiota, pero no me gustaría que le pasara lo mismo, eso es una especie de tortura y yo soy de todo, menos una psicópata y ni siquiera soy estadounidense — Le digo con calma, no entiendo por qué se queda ahí parado como si nada grave estuviese pasando.— Zoa. Está respirando, desde aquí puedo escuchar sus ronquidos — Me dice y toma mi mano y me hace poner de pie — Vamos, l
YO EN MODO: … ¿ES O NO ES?Suspiro y muerdo mis labios, la humedad de su lengua se desliza por mis pliegues vaginales y mi respiración se entrecorta, aprieto los dedos de los pies que enredan las finas sabanas de seda negra, los dedos de mi mano derecha se enredan en su cabello y tiran de estos con fuerza.— Bebé — Escuchar su gutural voz me pone a mil y una fuerte convulsión se apodera de mi cuerpo cuando su lengua golpea con fuerza acompañado de dos de sus gruesos dedos que se deslizan aumentando mi humedad y arrasando con todo en mi interior.Grito desesperada y sigo tirando de su cabello, el interior de mi cuerpo se llena de miles de espasmos y el sabor a sangre se apodera de mi garganta ¿Acaso no estoy soñando?— Buenos días niña rica, debo irme, te veo esta noche — siento el hundimiento del colchón y el leve roce de unos c&aacu
Paso todo el día encerrada en mi oficina, hoy no tengo reuniones y Travis tenía un almuerzo de trabajo, así que no podré escribirle o aparecerme por su oficina para pedirle que me quite el estrés, lo peor de todo es el remordimiento que me carcome en cada vez que quiero llamar a Lila para que me ayude con cualquier cosa. Hasta el momento no he logrado imprimir un documento que necesito con urgencia y de solo pensar en llamarla se me hace un nudo en el estómago.— ¿A qué diablos estás jugando? — Lorenzo entra como un toro furioso a mi oficina y tira una carpeta sobre mi escritorio.— En mi vida jugaría contigo, ahora es el favor de salir de mi oficina — Me pongo de piey paso por tu lado.— Tu padre me ha pedido entregarte esta cuenta, al parecer han pedido que tú la dirijas y sorpresivamente su director es amigo de tu ultimo levante — Observo con rapid
— Mi padre va a presionarte. ¿Recuerdas lo que te dijo hace una semana que nos encontramos con él por casualidad? Pensó que yo estaba embarazada y no hace más que hablar sobre eso desde hace algunas semanas — Ese día casi muero de la vergüenza en el restaurante.Mi padre estaba con unos amigos suyos y había bebido algunas copas, así que su tono de voz se había elevado algunos decibeles y todos nos escucharon.“Tienes razón, recuerdo al amigo de tu padre contándonos que por fin entendía porque habías comprado pruebas de embarazo farmacia, aunque no comprendía por qué el bebé no había crecido”Aprieto mis manos en el volante del auto y rechino mis dientes al acordarme del amigo de mi padre que encontré hace meses en esa farmacia, yo estaba convencida que no se había dado cuenta de lo que compraba, pero como me pasa seguido, estaba por completo equivocada— No me recuerdes ese día, casi pierdo la paciencia convenciéndolos a todos
YO EN MODO... ¡PUNTOS SUSPENSIVOS!Siempre me he preguntado si el destino existe, porque no logro entender como dos personas pueden llegar a conocerse por una casualidad y terminar juntas y enamoradas.No es que yo sea una persona cínica, para nada, solo que me cansé de ser una soñadora de la que todo el mundo se burla y decidí no creer en el amor, ni en el destino, para mí, ninguna de esas tonterías existe.Solo somos las marionetas de personas maquiavélicas y disfuncionales, en un mundo perverso y destructivo, lleno de envidia, de deseos insanos y de ambición.En realidad, detesto a las personas ambiciosas, que hacen todo lo que esté a su alcance por tener una mejor posición en sus vidas, hasta llegar a acabar con los sueños e ilusiones de las personas que las quieren.No sé cómo pasé de ser una chica tierna y soñadora a una mujer tímida y desilusionada de la vida. Bueno, si lo sé, solo que trato de olvidarlo y mentirme, es la mejor manera de hacerlo. Todo sucedió cuando Lorenzo me
YO EN MODO... ¡Y ESTO CONTINÚA!— ¡Hola! — Escucho la voz de mi asistente; es una chica muy dulce, muy parecida a cómo era yo hace algunos años y todavía no sé, si me gusta o no, aunque últimamente parece mi única amiga. — Dime ¿Sucede algo? — Espero que no vaya a decirme alguna tontería, el pecho me duele un poco por la sacudida que acabo de recibir. — La reunión, Zoa, tu padre me ha pedido que te lo recuerde — Vale, está claro que mi padre confía muy poco en mi puntualidad. — Lo sé, Lila, intentaré llegar lo más pronto posible —le digo haciendo un gesto de dolor.— ¿Qué quieres decir? ¿Qué debo decirle a tu padre? — Escucho el temor en la voz de Lila. Después de lo de la reunión fallida hace pocos días, la pobre se esconde de mi padre, a pesar de que ella no tuvo la responsabilidad.— Resulta que he tenido un accidente, pero no te preocupes, no es nada grave, firmo los documentos para la aseguradora y salgo para allá — Levanto la mirada al ver un par de piernas al lado de mi vent
Dos semanas antes YO EN MODO... ¡PELEA! ¡PELEA!— Zoa, ¿Qué haces? — Grito al sentir el calor del líquido que se derrama sobre mis manos y mis senos ¡Bendito sea! Le he dicho a esta chica que llame a la puerta antes de entrar, pero es como si hablara con una pared, tiempo perdido.— Te he dicho mil veces que no entres sin llamar antes a la puerta — Le digo con los dientes apretados, no voy a gritar ni a llorar por el ardor que siento, solo sé que esto duele una barbaridad.— Ven que te ayudo y además si no te has dado cuenta, he llamado a la puerta — Lila me quita la tasa de café de las manos y me acompaña hasta los aseos privados de mi oficina — ¡Que te has quemado mujer! Debes prestar más atención a las cosas — ¿En serio? Y yo que ni me había enterado.El agua fría alivia mi dolor. Aunque tendré que cambiarme de ropa y por fortuna, mi padre me enseñó que siempre tengo que tener un traje de cambio en la oficina. — Lila, gracias, creo que podré arreglármelas sola — Lila, deja de to