Camila pestañeo varias veces al escuchar aquella pregunta, ella iba dispuesta a meterse en la cama con Gordon, con tal de anteponerse a las consecuencias de un embarazo obtenido por acostarse con Richard irresponsablemente, pero ahora que este buen hombre le hablaba de matrimonio no pudo evitar emocionarse al punto de lágrimas y dijo por respuesta:— ¿Estás seguro de querer casarte conmigo Gordon? Sabes tan poco de mí. — ¡Claro que estoy seguro mi amor! Lo poco que sé de tí me encanta, deseo compartir mi vida contigo— dijo él emocionado— antes, por estar casado aun no me atrevía siquiera a proponer que fuéramos novios, pero ahora estoy libre de ataduras y deseo unirme a tí, si tu me aceptas. Ella lo miró con ternura y respondió:— Antes deseo contarte algunas cosas, si después de eso aún deseas casarte conmigo, gustosa caminaremos hasta el altar y me convertiré en tu esposa. — No es necesario, pero si eso te hace estar más tranquila, adelante, dime todo lo que desees— dijo él con u
La vió venir, ella le había dicho que caminaba hasta su casa desde la oficina, porque era relativamente cerca, había tenido temor de que saliera con Gordon, pero la estaba sola, la siguió muy de cerca, ella vivía a dos cuadras de la empresa. Apenas vio que entraba en un edificio se apresuró a detenerse y la llamó con voz fuerte. Ella de inmediato se volvió y se quedó pálida y fría al ver quién era quién la llamaba. El aprovechó la confusión de ella para acercarse. — ¿Qué haces tú acá?— preguntó confundida. — Necesitamos hablar— dijo él. —¿ Hablar? No tengo nada que hablar con usted señor McIntyre— dijo ella solemne. — Camila por favor, ven conmigo busquemos un lugar para que hablemos— rogó Richard. — No pienso caer en tu trampa nuevamente, su quieres hablar, subamos a mi departamento— dijo ella. Él apretó la mandíbula y se dispuso a seguirla, ella vivía en el tercer piso, en el ascensor Richard intentó retomar la conversación y ella con su mano le detuvo diciendo:— En mi casa
Ella asintió con la cabeza. — ¡Ven a sentarte cariño! Estás pálida, voy por un poco de agua. Camila permaneció allí sin moverse, pronto su madre le acercó el vaso con aagua y ella lo tomó a pequeños sorbos. Pronto Gordon estuvo al lado de ella y preguntó qué estaba sucediendo. — Creo que se bajó el azúcar— dijo Alba ocultando la verdadera razón de la contrariedad de su hija. — Voy a buscar algo suave para ti cariño, por tu estado no puedes ingerir licor— dijo Gordon. Algunos que estaban cerca escucharon y pronto hubo un murmullo y se acercaron hasta donde estaba Camila. — ¿Estás embarazada? Ella se dio cuenta que ya aquello eran del aaañdominio público, solo asintió y muchos sintieron y comentaron:—¡Ahora entiendo lo rápido de la boda picarones! Se comieron el pastel antes de la fecha; ¡Felicidades! Es usted un duro Gordon Taylor! El hombre cuando escuchó a los presentes felicitarlos entonces anunció a todos:— Bueno mis amigos ya que algunos ya saben lo que sucede les infor
— Bueno abuelo, acá está tu heredera universal, no puedes negar que es toda una Callister— dijo ella con voz pomposa. —Si estoy satisfecho con lo alcanzado por tí y Bruce, aunque un hombrecito hubiera sido más acorde— dijo Gerrit. — ¿Eres machista abuelo?— preguntó ella altiva. — Para nada, una mujer es tan capaz de llevar un buen negocio como cualquier hombre— dijo Gerrit— sino que lo diga Camila Sánchez, ¿verdad Bruce? Astrid se incorporó al escuchar aquel nombre que le revolvió los recuerdos y preguntó:— ¿Quién es Camila Sánchez? Bruce fue quien respondió a la pregunta de su esposa. — Una mujer increíble mi amor, trabaja en las empresas de Richard MacIntyre, ha hecho logros insuperables para la empresa de mi primo, de hecho ahora es la esposa de Gordon Taylor. La admiración en la voz de Bruce no pasó inadvertida para Astrid quien respondió:— ¡Caramba, parece que admiras mucho a la tal señorita esa! — Mi amor, no te pongas celosa, claro que la admiro, es una mujer de negoc
—No necesitas preguntar eso— dijo ella a la defensiva—¿no ves lo feliz que soy? Él se acercó un poco más hasta quedar respirando el aliento de ella. —¡Mentirosa! ¡Sabes que no eres feliz, es a mi a quien amas, con quien sueñas!— exclamó Richard rozando los labios de ella con uno de sus dedos. —¡Aléjate por favor Richard! Gordon es el mejor hombre del mundo y me da lo que tu nunca pudiste darme— exclamó ella enojada—¡Quítate de encima! Él entonces presionó su cuerpo contra el de ella y sin que ella lo esperara se posesionó de los labios femeninos, Camila no previó aquella invasión íntima, vio como su traidor cuerpo, reaccionó ante aquella caricia inesperada dejándola sin aliento, después vino la cordura a su cabeza y con todas sus fuerzas lo empujó lejos de ella exclamando agitada:—¿Te has vuelto loco Richard? ¿Qué hubiera sucedido si Gordon entra?— ¡Pero no entró! Va a tardar un poco— dijo Richard respirando agitadamente también y sarcástico— lo importante es que comprobé que a
— Estoy muy asustada— dijo Stella con voz temblorosa. Él pasó una de sus manos por los cabellos de ella y dijo con voz conciliadora:— Cálmate por favor, ya veras que todo estará bien. Diez minutos después llegó el doctor a revisar a la esposa de Richard. Después de revisar a la muchacha éste habló diciendo. — Debe permanecer de reposo, obviamente la caída ha puesto en riesgo el embarazo; ¿ te golpeaste el abdomen? ¿Cómo fué ? Ella describió cómo fue: — Me enredé con mis propios pies y caí hacia adelante, al principio no sentí nada extraño, pero una vez en la habitación ví sangre en mis pantys y me alarmé. — Te entiendo, debes permanecer en reposo por lo menos una semana, nada de acción sexual, una vez pasada esta fecha ve al consultorio para hacerte una ecografía— dijo el médico. — Gracias doctor— dijo Richard— me encargaré de que mi esposa cumpla con lo que usted ha prescrito. El médico salió del cuarto y Richard lo acompañó hasta la salida, mientras el médico le hacía algu
Los dos fueron pasando y pronto Gordon recibió el comunicado de que debía ir a un viaje de negocios donde estaría ausente por tres días, él se sentía. emocionado por este nuevo giro en su carrera profesional, Richard le había sugerido que contratara una asistente y así sería más llevadero el trabajo. Camila agradeció que ella no estuviera incluida en ese viaje de negocios, ya su embarazo empezaba a abultarse y prefería estar en la sucursal, ese había sido el acuerdo para evitar encontrarse con Astrid, las oficinas centrales de la empresa de Richard se encontraba precisamente en la ciudad donde vivía Astrid y allí si le daba temor a Camila. También el embarazo de Stella estaba avanzando, pero este tenía un tiempo de gestación de dos meses más que el de Camila, y aunque le habían aconsejado guardar reposo por la placenta previa, de vez en cuando tenía sus excesos, olvidándose por completo del bebé. Esa tarde después de haberse reunido con su amante había llegado a casa con dolor inte
Camila sintió un nudo en la garganta al escuchar la voz de tristeza de Richard, solo pudo decir:—¡Lo siento tanto! ¿Cómo está tu esposa? — Ella está delicada de salud, pero ahora sólo quisiera que tú estés acá; ¡me siento tan sólo mi amor!— exclamó él. — Sabes que eso no puede ser Richard, tengo un hogar, además estamos a muchos kilómetros para poder ir y consolarte— dijo ella. — ¡Tienes razón, soy un idiota que tiene la peor suerte en ésta vida!— exclamó con tristeza. —¡No hables así por favor! ¡Debe ser terrible perder a un hijo! De verdad que siento mucho lo que estás viviendo Richard— dijo Camila solidaria. — ¿Tú aún me amas mi amor? — preguntó él de repente. — ¡Richard por favor! ¿Qué pregunta es esa? Soy una mujer casada, vea descansar, mañana hablamos— dijo ella. —Camila, tú sabes que eres mía y que Gordon solo te está ayudando, ¡dime que me amas por favor!— suplicó Richard. — Voy a cerrar la llamada y pensaré que estás aturdido por la muerte de tu bebé— dijo ella— ¡Ad