Narra Emily.

Espero que Roberto y toda su familia se alejen de Maikel y de mí ya, eh tenido suficiente de ellos, no sé cómo tiene el descaro de exigir ver a mi hijo.

No se dan cuenta que con su insistencia lo están alejando más, sé que Maikel me pedirá ver a su padre se cómo sea él es su padre.

Producto de una violación o no lleva su sangre y ni siquiera con un hechizo puedo cambiar eso.

Pero mientras eso ocurre prefiero mandar a Maikel con los abuelos, así no está en medio de esta batalla sin sentido, lo voy a extrañar mucho, jamás me he separado de él, pero ha llegado la hora igual si lo extraño mucho puedo desplazarme e ir con él.

Hace unos segundos mi querido lobito se fue, creo que los dos quedamos encendidos, con ganas de explorarnos más allá de la tela que cubre nuestro cuerpo, no sé qué hacer con estas hormonas locas.

—Dieguito que te trae por aquí—. Le doy un abrazo.

—No me gusta que me digas así—. Se cruza de brazos. —Viene a dejar a Kimberly—. Me muerdo los labios. —No es