GabrielaSu reacción me parece tan rara, es como si prácticamente hubiésemos salido corriendo de esa mesa, para huir de algo que resulta muy confuso para mí. Mauricio ha venido muy callado., durante todo el camino no me ha querido decir que es lo que le pasa o si le molesto algo en medio de la conversación que tuvimos con Orestes san Llorente. Y digo que fue desde allí, porque antes de hablar con el abogado él estaba de los más de tranquilo.Salimos del elevador hasta llegar a la puerta del apartamento y lo observo sacar las llaves del bolsillo para abrir ―Adelante ―Me dice cuando la abierto y prosigo a pasar sintiendo sus pasos tras de mí.Giro mi cuerpo para salir de esta duda ―Mau… ¿sucede algo? ―Pregunto mientras lo veo colocar las llaves en el portallaves.―No ―Responde pero no le creo absolutamente nada. Lo tomo de la mano para guiarlo hasta el sofá que hay en este apartamento y nos acomodamos llevando mi brazo hasta su rostro ―Mentiroso ―Soy capaz de decirle haciendo que me mir
MauricioEsto era lo que le faltaba a mi vida tenerla de vuelta en nuestro pequeño refugio de amor, para amarla y consentirla de todas las formas posibles. La veo vestida con una de mis camisas preparando el desayuno y solo me dedico a contemplar lo preciosa que es mi futura esposa, tiene una piel tan delicada, tan suave que provoca acariciarla por el resto de mis días y ese cabello de tono rojizo en conjunto de sus pequeños labios, hacen la combinación perfecta para enloquecerme.Sale de la cocina, dando una pequeña vuelta con ese andar que me cautiva mientras trae en sus manos los platos del desayuno ―Buenos días ―Susurra con una sonrisa en el rostro colocando un plato en mi lugar y el otro en el suyo, para después sentarse en mis piernas dándome un casto beso.―Buenos días ―Respondo con una sonrisa.―Hice unas deliciosas arepas con queso y te aseguro que no están ni quemadas ni saladas ―Me molesta y solo me la quedo viendo fijo.―Te estas burlando de mi ―Indago y niega con una risa
GabrielaEstar de regreso en el pueblo de Dunedin, es como si mirara 5 años atrás cuando estuve con mi tía Rosiris, y muy amablemente una persona nos tendió su mano para que pudiéramos llegar a la ciudad de Miami. Miro las casas, el mercado, la gente y siento como si nada de lo que viví hubiese pasado. Es más, creo que si no estuviera con mi superhéroe al lado pensaría que nada de lo que experimente en esa cabaña, con dominó existió.Mauricio sigue mis indicaciones y estaciona el auto frente a la iglesia del pueblo, para después bajarnos con intenciones de entrar, pero nos percatamos que están en misa, y debe ser porque salimos muy temprano con el fin de regresar temprano, pero como van las cosas hasta la hora del almuerzo nos cogerá en este lugar.―No seas tan desesperada solo quedan unas cuantas personas ―Me dice Mauricio señalando el personal, que hay en la iglesia mientras camino de un lado para el otro.―La paciencia no es una de mis virtudes, y eso lo tengo más que claro, te con
MauricioEs angustiante esta situación que estamos pasando, pero por fortuna tenemos el testimonio del padre Belisario que será de mucha ayuda cuando lleguemos a la ciudad de Miami florida, y eso da una pequeña luz a mitad del camino. Solo esperemos que los medios de comunicación se hayan dispersado de mi casa y del centro de salud Buenos Aires, lo que menos quiero es tener que regresar haya y me persigan para darle una entrevista. Afortunadamente Cristian se está encargando de eso mientras que mis pacientes están en pausa debido a la licencia que me dieron por la muerte de mi tío, cosa que agradezco sino el tiempo seria corto para ayudar a Gaby con esta situación de su tía.―Alberto buenos días ¿Cómo has pasado? ―Pregunto teniendo mi teléfono celular al oído.―Un poco ocupado tratando de investigar el caso del señor Javier García ya que ese día no pude acompañar a dominó y por eso no encuentro la manera de cómo ayudar a la señora Rosiris ―Me hace saber y siento que Alberto se está pr
GabrielaProponerle a mi querido superhéroe que no me tocara sino hasta la noche ha sido un verdadero dilema para los dos, primero porque el clima frio se presta para estos momentos, segundo porque estamos solos y tercero porque el amor tan grande que nos tenemos hacen que nuestros cuerpos se deseen a cualquier hora del día. Mauricio está sentado en el pequeño sofá que está en frente de esta cama y solo lo noto mirando el reloj que tiene en su brazo izquierdo, y podría jurar que está contando los minutos que hacen falta para saltar a la cama.―Las 7 pm ―Me advierte con una medio sonrisa levantándose del sofá, para colocar sus brazos en los postes de esta cama dosel.―Y ¿Quién pidió la hora? ―Pregunto mientras lo veo darse la vuelta para luego tomarme de la mano haciendo que en un leve movimiento queden enredadas mis piernas en su cintura.―Te voy a demostrar que ha este veterano todavía le funciona su amigo ―Me hace saber y no puedo creer que Mauricio se haya tomado enserio lo que le
MauricioRealizar la exhumación de un cuerpo, luego de 5 años de estar sepultado no resulta nada agradable, la administración del cementerio junto con el permiso que trajo Alberto agilizo los trámites para que se realizara hoy mismo. En un principio pusieron trabas y esta de lógica, algo así no se puede realizar de la noche a la mañana, sino que tiene que tener, por lo menos una semana anticipación.Sin embargo las influencias de Alberto han sido de mucha ayuda, y gracias a eso la libertad de la tía Rosiris puede estar segura ― ¿Faltara mucho para que terminen de sacarlo? ―Pregunta Gabriela estando en mis brazos con un pañuelo en la nariz, debido al extraño olor que emana en estos momentos.Volteo para donde está la tumba, notando que los sepultureros todavía están sacando la tierra ―No creo, pero si te sientes mal podemos esperar más adelante ―Propongo y me dice que si con un leve movimiento de cabeza.De inmediato la tomo de la mano para caminar unos metros más adelante, esperando a
MauricioLlegar a este restaurante en compañía de la mujer más linda de este mundo, me llena de orgullo, tomarla de la mano y ver cómo le brilla esa preciosa sortija en su dedo, es algo único he indiscutible de descifrar, Gabriela es sin duda el tesoro más preciado, que me a regalado la vida y esa mezcla entre dulzura e inocencia, me tienen sometido a sus encantos. Nunca pensé decirlo pero me encanta ser ese superhéroe que ella tiene en sus pensamientos, ese hombre que es capaz de enfrentarse hasta la misma muerte con tal de irla a buscar y quedarse con ella para siempre.«Dios mío que esta magia nunca se acabe» me repito una y otra vez debido a la conversación que he tenido que posponer, por culpa de las situaciones que se han salido de control, pero que tarde o temprano tendré que decir ― ¿Qué quieres ordenar? ―Pregunto sin dejar de mirarla porque me es imposible, ella es tan preciosa que me tiene idiotizado.―Mmm… quiero maza de cerdo al horno, acompañado de unas papas fritas, con
GabrielaNo sé si fue la comida o la emoción del momento pero lo primero que hice al llegar al departamento de policía fue dirigirme al baño, el mareo junto con las ganas de vomitar, me tenían mal, tanto así que la respiración me empezó a fallar en el auto. Pero por obvias razones lo disimule, no quería que Mauricio y el padre Belisario se dieran cuenta, de que me estaba sintiendo pésima.Abro la llave del lavamanos para echarme un poquito de agua en el rostro, mirándome al espejo ―! Hay Dios mío! ¿Estare embarazada? ―Me pregunto a mí misma ya que tengo los mismos malestares que tiene Camila, vomito, mareos, antojos todo el tiempo y las náuseas que me dan cada vez que como, los cambios de mi alimentación como lo son el jugo de cereza, que antes no me gustaba al igual que el cerdo y ahora si ―Uff Dios yo no puedo seguir con esta duda, mañana no podré ir al médico por la situación de mi tía Rosiris, pero pasado mañana sin falta, iré donde el doctor de la Barrera, le explicare que se me