GabrielaLevantarme en esta mañana para ir al entierro del hombre que asesinó a mis padres, me parece tan extraño, no sé cómo aré para comportarme o para decir un lo siento cuando desde el fondo de mi corazón no lo siento. Por un lado estoy contenta porque pese a todas las adversidades estoy con el amor de mi vida, pero por el otro, no sé qué tanto puede afectar la muerte de su tío a nuestra relación. No es que quiera ser pesimista ni nada por el estilo, pero el daño que causo dominó quedara grabado en mi memoria por el resto de mi vida. Mauricio lo sabe y por eso no toco el tema cuando hablamos anoche, aunque sentí que quería decirme otra cosa, pero prefirió callar antes de que la conversación llegara a ese punto.Camino hasta la pequeña maleta que me trajo mi tía con ropa y saco un vestido color negro no tan entallado al cuerpo, pero lo suficiente para moldear mi cintura. Quito mi toalla y rápidamente me lo coloco, para después buscar los tacones del mismo color y sentarme frente al
MauricioMi familia esta desbastada por el fallecimiento del tío Demetrio, principalmente mi padre que no ha estado muy bien de salud y esta noticia le está afectando más de lo normal, mi primo Carlos se enteró de la noticia pero decidió no venir porque no quiere recordar a su padre como un narcotraficante sino como la persona que siempre se mostró. Para colmo de males la prensa no es que este ayudando mucho, durante el sepelio no hicieron otra cosa más que tratar de ingresar para no perderse ningún detalle, afortunadamente la policía intervino y por nada del mundo permitió, que esto se convirtiera una feria de mercado. Es un momento íntimo de la familia y ellos tienen que aprender a respetar, ya Cristian se encargará de avisarles cuando se les dará la exclusiva.Mientras tanto nos dirigimos hacia mi casa para tratar de descansar, pero esto resulta imposible ya que hasta en la sopa están las cámaras persiguiéndonos. Una vez que pasamos por las puertas de la casa nos sentimos aliviados
GabrielaUn segundo tras otro corre cuando me lleva de la mano, hasta detenernos en el sofá de esta sala, sé que las palabras que dijo el médico lo dejaron pensativo y no solo a él, porque soy tan descuidada que en tres ocasiones se me olvido tomarme los anticonceptivos, pero pensé que no pasaría nada. Ahora el me propuso que tuviéramos un hijo y si en caso tal estuviera embarazada, que no creo porque hasta hace poco tuve el periodo escaso, pero lo tuve, y por lo general los embarazos suceden cuando la visita no llega, entonces ese no sería mi caso.De igual forma si llegara a suceder, el próximo mes nos vamos a casar y nuestros hijos nacerían en un matrimonio establecido como lo manda la ley de Dios ― ¿En qué piensa mi superhéroe? ―Me atrevo a preguntar y la sonrisa que se le refleja en su rostro es para morirse de amor.―En ti, en nuestro futuro, en nuestros hijos ―Comenta sin dejar de tocarme las manos con tanta suavidad.― ¿De verdad te gustaría tener un hijo conmigo? ―Indago sin
MauricioSi pensábamos que un rayo de luz iba alumbrar nuestra tarde nos equivocamos, tal parece que la vida se sigue ensañando en contra de Gabriela y esta vez es su tía la que está metida en graves problemas, desde que estuvimos en el pueblo de san francisco, sabía que esto no terminaría nada bien. Pero lo que aún no nos explicamos es si Alonso rincón está implicado en el envió de fotos o si hay otra persona detrás de todo esto.Estaciono el auto sin perder tanto tiempo, para luego bajarme y entrar de la mano con Gaby al departamento de la policía. Los medios de comunicación continúan persiguiéndonos y desde la distancia vemos como nos fotografían, sin embargo no prestamos mucha atención he inmediatamente nos dirigimos a donde está el comandante Raúl Orozco.―Comandante créame que se está cometiendo una injusticia con la tía de mi prometida, ella es inocente de todos los cargos que la están culpando, no me parece justo tenerla encerrada en una celda como si, ella hubiese cometido lo
GabrielaLos besos de mi súper héroe reconfortan un poco mi alma, me hacen sentir que no estoy sola, y que pese a las circunstancias que hemos vivido en estos días, su voz, sus palabras me alientan para que siga teniendo las fuerzas necesarias y no decaiga en estos momentos cuando mis pensamientos pretenden engañarme. En sus brazos encuentro la protección necesaria que necesita mi cuerpo para seguir viviendo, Mauricio me hace experimentar tantas sensaciones, que no sé, qué sería de mi mundo si el no existiera.Solo puedo perderme en esos ojos grises que se han convertido en la luz de mi vida, desde que lo vi en mis sueños y seguir regocijándome en su pecho con su tan exquisito perfume amaderado ― ¿Te sientes mejor? ―Pregunta cuando sus fuertes brazos me tienen rodeada y solo la gente observa esta espectacular escena.―Como no sentirme mejor, si estoy con la persona que más amo en el mundo ―le digo y una pequeña sonrisa se le dibuja en el rostro.―Tan así me amas ―Indaga y río suaveci
MauricioEl estar reunido con el abogado de la familia después de todos los inconvenientes que han pasado no está resultando nada sencillo, mil preguntas han pasado por la mesa incluso hasta de mi vida privada ya que uno de los medios informo que el psicólogo Mauricio Lescuyer de la vega, se encontraba en una situación comprometedora con la que parece ser una de sus pacientes, claro está, solo es un rumor por el momento. Sin embargo Orestes san Llorente me aconsejado que trate de desmentir esos rumores, antes de que sigan creciendo y puedan poner en riesgo mi prestigio en el centro de salud Buenos Aires.Agarro el pocillo de café para beber un sorbo mientras que Orestes continua explicando el proceso que se llevara a cabo con la tía Rosiris ―Tendrá que pasar la noche aquí ―Exclamo al escuchar lo que me acaba de decir y me pregunto cómo tomara Gabriela esta noticia cuando salga.―Desafortunadamente si… a la señora Rosiris la están culpando de un asesinato, que se efectuó hace 5 años d
GabrielaSu reacción me parece tan rara, es como si prácticamente hubiésemos salido corriendo de esa mesa, para huir de algo que resulta muy confuso para mí. Mauricio ha venido muy callado., durante todo el camino no me ha querido decir que es lo que le pasa o si le molesto algo en medio de la conversación que tuvimos con Orestes san Llorente. Y digo que fue desde allí, porque antes de hablar con el abogado él estaba de los más de tranquilo.Salimos del elevador hasta llegar a la puerta del apartamento y lo observo sacar las llaves del bolsillo para abrir ―Adelante ―Me dice cuando la abierto y prosigo a pasar sintiendo sus pasos tras de mí.Giro mi cuerpo para salir de esta duda ―Mau… ¿sucede algo? ―Pregunto mientras lo veo colocar las llaves en el portallaves.―No ―Responde pero no le creo absolutamente nada. Lo tomo de la mano para guiarlo hasta el sofá que hay en este apartamento y nos acomodamos llevando mi brazo hasta su rostro ―Mentiroso ―Soy capaz de decirle haciendo que me mir
MauricioEsto era lo que le faltaba a mi vida tenerla de vuelta en nuestro pequeño refugio de amor, para amarla y consentirla de todas las formas posibles. La veo vestida con una de mis camisas preparando el desayuno y solo me dedico a contemplar lo preciosa que es mi futura esposa, tiene una piel tan delicada, tan suave que provoca acariciarla por el resto de mis días y ese cabello de tono rojizo en conjunto de sus pequeños labios, hacen la combinación perfecta para enloquecerme.Sale de la cocina, dando una pequeña vuelta con ese andar que me cautiva mientras trae en sus manos los platos del desayuno ―Buenos días ―Susurra con una sonrisa en el rostro colocando un plato en mi lugar y el otro en el suyo, para después sentarse en mis piernas dándome un casto beso.―Buenos días ―Respondo con una sonrisa.―Hice unas deliciosas arepas con queso y te aseguro que no están ni quemadas ni saladas ―Me molesta y solo me la quedo viendo fijo.―Te estas burlando de mi ―Indago y niega con una risa