El día siguiente era sábado, por lo que decidí levantarme temprano, cambiarme y salir a correr por el pueblo, mientras los guerreros entrenaban. Al regresar, tomé una botella de agua fresca de la nevera y subí a descansar en mi habitación.

Luego de ducharme y vestirme, bajé a la cocina, que estaba desierta. Me preparé el desayuno y me senté a comer en la isla de la cocina mientras leía un libro.

"Pensé que eras una adolescente, ¿lo es común no es que duerman hasta tarde los fines de semana?" Preguntó Jackson al entrar, vestido solo con un par de shorts.

"Siempre he sido de levantarme temprano. En la Manada Río Rico, me tocaba el turno de la mañana los fines de semana, supongo que ya es un hábito." Respondí sin apartar la vista de mi libro.

"¿Qué estás leyendo?" Inquirió, echando un vistazo a la portada.

"Un clásico." Respondí secamente.

"Orgullo y Prejuicio. Nunca he tenido la paciencia para ese libro ni para la película." Comentó mientras se acercaba a la encimera.

"Es que no entie