Nos escabullimos hasta la ventana trasera, desde donde vimos a Joseph sentado en una silla siendo custodiado por cuatro guerreros, no tenía ninguna posibilidad de salir de esa casa. Así que Ethan y yo comenzamos a emplear nuestros viejos trucos, ralentizamos nuestros latidos cardíacos y nuestra respiración, luego controlamos nuestro aroma para que no pudieran olernos. Éramos verdaderos guerreros en ese momento, Ethan me enseñó cómo hacer todo eso y fue lo más efectivo que había aprendido.

Llegamos a la puerta trasera, pude escuchar a Jackson y Samuel en la otra habitación, sonaba como si las cosas se estuvieran calentando mucho. Entonces, entramos y nos arrastramos por el pasillo hasta donde tenían a Joseph.

Ethan empujó la puerta y fue una pelea pareja después de eso; dos vinieron por mí y dos por él. Supongo que los que vinieron por mí pensaron que sería un objetivo fácil, porque no eran muy fuertes en absoluto o al menos no para mí, pero tenía que recordar que necesitábamos ser lo m