Andrew estaba parado sobre mí con una pistola en su mano listo para poner una bala de plata en mi cabeza y yo solo estaba allí tirada mirándolo. No me sentía asustada, realmente me sentía enojada y furiosa porque dejamos entrar a ese hombre en nuestra manada y le dimos todo lo que necesitaba.

"Hijo de puta. Te creímos y te dejamos entrar aquí." Dije tratando de alejarme de él mientras sostenía mi hombro que sangraba profusamente. Tenía muchas cosas pasando por mi cabeza en ese momento y no estaba segura de qué iba a hacer al respecto, en realidad no sabía cómo iba a salir de esto, solo seguí moviéndome hacia atrás en el suelo, alejándome de él a través de la nieve. Me estaba retirando hacia la casa, pero estaba lejos de la puerta y él tenía una sonrisa maniática en su rostro, como si hubiera completado algún plan fantástico que tenía en mente o algo así.

Una vez que alcancé la casa de la manada me apoyé contra la pared, sin embargo, él se acercó aún más y se paró justo frente a mí, inc