"Espero disciplina de todos los miembros de mi manada." Demandó.

"Disciplina. Bueno, entonces estoy jodida." Dije mirando por la ventana delantera.

Al oírme, me miró de una manera extraña. No podía entender qué pasaba por su cabeza en ese momento, pero me observaba de una manera que nadie más lo había hecho antes.

"Está bien, solo trato de entender por qué la gente acude a ti en busca de ayuda." Dijo.

"¿De qué estás hablando?" Pregunté, mirándolo con curiosidad, realmente no sabía a qué se refería.

"Supe de tu existencia hace una semana y desde entonces, he estado hablando con todos los que fueron al colegio contigo y con aquellos con los que tuviste contacto antes de que tu madre te enviara lejos, al parecer eres la persona a la que todos recurren cuando necesitan ayuda."

"Porque odio a los matones. Lo siento, sé que eso no es lo que quieres escuchar porque obviamente disfrutas intimidando a la gente, pero odio a los matones y todos saben que no tengo miedo de defenderme a mí misma