Chris yacía inmóvil ante nosotros, prácticamente convertido en piedra. ¿Fue eso todo? ¿Habíamos al fin ganado? Parecía tan surrealista que en realidad ya había terminado. Ayudé a Noah a ponerse de pie, dándole apoyo mientras su herida sanaba. No parecía ser tan grave, por lo que no había motivo para
Retrocedí. Tenía que sacarnos a mí y a Noah de aquí. —Gracias, Aria —dijo Silas, inquietantemente gentil—. Ahora deseo recompensarte... con una muerte indolora. Levantó su gigantesca garra hacia mí, convocando una bola de inmensa energía oscura que drenaba toda la luz de la habitación. Cerré l
—¿Qué pasó con esa cosa? —Noah preguntó presa del pánico cuando recuperó el conocimiento, agarró su arma y apuntó hacia donde había estado Silas. —Está bien —dije despacio, colocando una mano tranquilizadora en su brazo y permitiendo que la energía curativa fluyera a través de él—. Él y Selene ll
—¡No! —Judith exclamó con incredulidad—. ¡Prometió que me ayudaría, prometió que Noah sería mío! Noah, por favor, no quise hacerte daño —le suplicó desesperadamente—. ¡Por favor, ayúdame! ¡Sabes que me preocupo por ti! —Quizás lo hiciste —dijo, —pero por otro lado, ciertamente pretendías que Ari
Le devolví el beso apasionadamente. Él estaba en lo correcto; Selene no había aparecido en mi vida antes de esto. Claro, tenía una parte de sus poderes, pero lo que más importaba era el hecho de que Noah y yo al final podíamos estar juntos sin ningún obstáculo. No debería permitir que mis preocupaci
Punto de vista de Aria: —Atlas —le comuniqué al contestador automático—, me indicaste que debía estar en Scarlet Moon a las diez de la noche, y ya son las 11:55. Aunque no me importa tomar una copa o dos, sabes que evito darme ese gusto mientras trabajo. Por favor, respóndeme lo antes posible o b
—¿Estás bien? —me preguntó con voz profunda y ronca. El hombre era indudablemente guapo. Cabello oscuro y bien cuidado, barba perfectamente recortada y piel tan suave e impecable... pero era su aroma lo que lo hacía destacar entre los demás hombres que frecuentaban este lugar, o cualquier hombre
Puse mi mano sobre su herida y permití que mi energía fluyera a través de él, disminuyendo su ritmo cardíaco y deteniendo el flujo de sangre. Me incliné hacia adelante, con mi nariz casi tocando su piel, y susurré un encantamiento de magia curativa. La herida superficial comenzó a sanar, pero