Alison
Cuando la clase terminó, me escabullí y salí de la clase lo más rápido que pude, asegurándole a Lucas que le vería más tarde. Todo esto es solo para que Liam no me pillase al acabar la clase.
Se ha puesto muy intenso antes y eso no me ha hecho ninguna gracia. No pasa nada por que sea sobreprotector, estoy acostumbrada a eso en mi casa, pero con Liam puede ser algo muy agobiante. Durante toda la clase pude notar como no me quitaba la mirada de encima y cada vez que Lucas me tocaba se le oía gruñir desde la parte de atrás.
Me recorrí los pasillos en busca de un buen sitio en el que esconderme durante un tiempo, pero todo eran aulas o baños. Finalmente, después de girar varias veces, vi a lo lejos una vieja puerta de madera, muy grande y que parece no haberse abierto en mucho tiempo. Al entrar, el polvo de la puerta se esparció por el aire haciéndome estornudar. Parece ser la biblioteca del colegio, pero está demasiado desolada. Las estanterías están llenas de libros, pero también hay muchos de ellos en el suelo. Cajones, carritos y algunos muebles volcados por todas partes. Todo está lleno de polvo, es como si no hubiese entrado nadie en este lugar en varios años. Me quedé mirando el lugar por un rato, pero en cuanto sentí que alguien abría la puerta, corrí a esconderme.
-Alison sé que estás aquí, puedo olerte perfectamente- grita enfadado. Maldigo para mis adentros el olfato que tiene e intento avanzar por el lugar en silencio. Mientras avanzo agachada, veo a lo lejos una ventana, justo lo que necesito para escapar de esta situación. Abrí con mucho cuidado la ventana y me senté en el bordillo.
-Que ni se te pase por la cabeza la idea de saltar, lo único que conseguirás es hacerte mucho daño. ¿Es que acaso estás loca?-
-Solo son dos pisos, no es nada-
-¿Que no es...?, madre mía. Puede que para los lobos no sea nada, pero tú sigues siendo humana y dos pisos de esta altura pueden ser demasiado para ti-
-No me queda otra opción-
-Claro que sí, baja de ahí y quédate conmigo-
-No puedo hacerlo. No está bien lo que haces, ¿Sabes?. No puedes tener todo lo que quieras siempre que quieras-
-¿Por qué no?-
-Haciendo las cosas de esa manera lo único que consigues es que los demás se sientan mal e incómodos contigo. ¿De verdad que no te importa lo que sienten los demás?. No te gusta el contacto con las demás personas. Si al final acabamos juntos para siempre, no te va a gustar tenerme cerca siempre... ¿En qué lugar me deja a mi eso si tampoco te va a importar lo que sienta?. Yo no quiero un futuro así- le miro por última vez y me armo de valor para saltar.
-¡Ali, no!- fue lo único que escuché antes de llegar al suelo. Afortunadamente caí de pie, miré hacia arriba donde ya no veía a Liam así que supuse que estaría bajando y no me quedaba mucho tiempo. Miré a mi alrededor distintos modos de escapar y corrí hasta llegar a la parada del bus donde uno estaba a punto de arrancar, entré justo antes de que se cerrasen las puertas y todo el mundo se me quedó viendo.
-¿En dónde la dejó señorita?- preguntó el conductor. Miré por las ventanas y vi a Liam corriendo hacia donde me encontraba. ¿Sabéis qué es lo que más me cabrea de toda esta situación?, que por muy enfadada o disgustada que esté, no puedo hacerle pasar por este mal rato.
-Siento mucho las molestias, ¿Puede abrir de nievo las puertas?- le pregunté y asintió extrañado. Abrió las puertas del bus y me dirigí a donde estaba Liam a esperar la bronca, pero en cambio, me dio un abrazo.
-Me tenías muy preocupado, creí que te había hecho daño- apretó más su agarre consiguiendo un "ohhh" por parte de los pasajeros del autobús.
-Lo siento- y le correspondí al abrazo. En cuanto el conductor vio que no nos íbamos a subir, se marchó y nosotros hicimos lo mismo.
(...)
-Al final no te he visto esta mañana, te he traído los deberes- dice Lucas nada más abrir la puerta.
-Digamos que me escapé-
-Me da miedo preguntar el por qué- dijo riéndose.
-Hola chicos, ¿Queréis que os prepare algo de comer?- interrumpió mi madre.
-¿Podrías hacer tortitas con sirope de moras, porfa?-
-Está bien cariño-
-Lucas, ¿Tú ya has encontrado a tu mate?-
-Ya me gustaría, pero lo cierto es que no. Podrían pasar años y años hasta encontrarla, tienes mucha suerte, ¿Sabes?-
-No sabría decirte la verdad- repaso mentalmente todas las charlas que he tenido con mis amigas- Vámonos de fiesta. Mis amigas siempre decían que en las fiestas es donde más posibilidades tienes de ligar y donde se conoce a la gente más divertida. Vámonos a encontrar a tu mate-
-¿Lo dices en serio?-
-Totalmente-
-¿Te quieres quedar a dormir en mi casa?, así podremos estar hasta tarde-
-Claro, me apunto-
-Bien, iré a casa a cambiarme de ropa y luego vengo a buscarte-
-Está bien- una vez que se marcha, hablo las cosas con mi madre para que me deje ir. Después, me preparo de arriba a abajo y me quedo esperando a Lucas.
-¿Conoces algún sitio al que podamos ir?- pregunta una cuando entro en el coche.
-No conozco muy bien esto, no he salido mucho desde que me mudé-
-No pasa nada, yo conozco un buen sitio, aunque está un poco lejos de aquí-
-No pasa nada, tú arranca-
-Está bien, pongámonos en marcha- arranca el coche y nos vamos hacia una discoteca.