Alison
Ya hemos llegado a la fiesta, y menudo estruendo. La música me estalla los oídos, hay gente besándose, otros bebiendo, otros bailando y un par vomitando en la calle. ¡Así son las verdaderas fiestas!. En California solía ir mucho de fiesta con mis amigos, habían muchas universidades cerca y siempre deban una fiesta todas las semanas.
-Bueno amigo, si ves a tu mate da un grito de guerra. Si te pasa algo chilla y si te quieres ir llámame- le expliqué las normas y asintió.
-Lo mismo te digo- sonrió. Nos separamos en la entrada y yo me dirigí directamente a la barra para beber algo.
-Hola guapa, hoy tenemos un reto. Si te tomas 18 tequilas seguidos te salen gratis- me dijo el camarero. Creo que no se ha dado cuenta de mi edad, pero no creo que pase nada. No había bebido nunca antes. Probé una cerveza con mis padres el verano pasado, pero sabía horrible.
-Qué es esto, ¿La oferta del supermercado?- reí irónica haciendo que él también se ría - está bien, me apunto-.
-Una chica ruda- sonríe y comienza a sacar todo lo que necesita. Me colocó los 18 vasos delante y empecé a beber. El líquido me quemaba la garganta a cada sorbo que daba, pero aún así seguí.
-8...9...10...11...- iba contando la gente. El sabor es horrible, es como un trago de colonia, no entiendo cómo le puede gustar esto a la gente. Cuando termino, respiro profundamente y levanto el último vaso como victoria.
-Uhhhh.... Bien, así se hace chica ruda. No pensé que lo conseguirías- volvió a hablar el camarero, pero ya no distinguía ni las formas. Caminé hacia la pista como pude y comencé a bailar al ritmo de la canción. Las luces se movían de un lado a otro, pero lentamente. Unas manos se colocaron en mi cintura y el sujeto se acercó más a mí, pero con tanto alcohol en el cuerpo no sabía como reaccionar.
-Acompáñame linda- me agarró de la mano y me arrastró hasta una habitación. ¿Qué clase de discoteca tiene habitaciones?, esto no pinta bien. Cierra la puerta y se acerca a mi tocándome el culo, tremendo error. Encima intentó besarme y eso no le ponía mejor las cosas a él. Estaré borracha pero tengo uso de razón, así que le di un rodillazo en sus partes bajas, dejándolo sin aire y salí de allí lo antes posible.
De camino a la salida vi a Lucas que hablaba muy animadamente con unas chicas así que no quise molestarle. Salí a fuera y comencé a caminar sin rumbo, luego volvería para buscar a Lucas e irnos a casa, ahora solo necesito tomar un poco de aire fresco. Después de caminar cinco minutos sentí que alguien me estaba siguiendo, así que aceleré el paso y cuando ví que él también lo hacía comencé a correr y me metí en un callejón a esperar que pasase.
En cuanto pasó por mi lado le di un puñetazo en la cara y otra en sus partes. Cuando cayó al suelo puede ver quién era el acosador depravado que me seguía gracias a la luz de la farola que teníamos encima. No era ni más ni menos que el estúpido tarado.
-¿¡Se puede saber por qué narices me estabas siguiendo!?- grité muy furiosa y algo alterada por la persecución.
-Yo... necesito unos segundos- dijo de rodillas con dificultad y aún con las manos en sus partes. El alcohol me ha subido bastante y me ha nublado los sentidos. En lo que Liam se recupera, yo también me tomo unos segundos para ubicarme.
-Puede que me haya pasado un poco, lo siento. Pero en mi defensa diré que no sabía quien eras y me estabas siguiendo-
-La culpa es mía, lo lamento-
- Y ahora explicame por qué me estabas siguiendo, y no digas que es que solo me viste pasar porque esa fiesta está muy lejos de tu casa- las palabras tardan en salir de mi boca.
- La verdad es... que no podía alejarme de ti, y no quería que te pasase nada así que... te seguí- y se sonrojó. Liam sonrojado es algo muy nuevo. No sabía que decir así que lo abracé y tardó unos segundos en reaccionar.
Liam
Alison me estaba abrazando, y me tomó por sorpresa porque pensaba que me gritaría o algo, pero me alegro de que se lo haya tomado bien.
-Vamos, si quieres te llevo a casa- le propuse.
- No puedo, le dije a mis padres que dormiría en casa de Lucas, y no puedo volver porque pensarán que les mentí y mucho menos podré ir con tanto alcohol en mi organismo- y como no, tenía que aparecer ese idiota de Lucas en esta historia. Me pone de los nervios. Como vea que le pone una mano encima a mi Alison juro que se las arranco de un tirón.
-Bueno pues te llevaré a mi casa-
-¿No se preocuparán tus padres?-
-No, se han ido a pasar unos días con la familia, los chicos tienen vacaciones-
-Está bien, vamos a la aventura- camina fijándose mucho en el camino, parece mareada.
-Te ayudo- con un hábil movimiento, la cojo en brazos y la llevo hasta el coche.
(...)
Alison
-Sube a la habitación que voy a preparar una cosa- obedecí y subí las escaleras con cuidado, por lo menos ya no estoy tan mal, se me está bajando un poco. Al llegar a su habitación me fijé en que no me había dado cuenta de como era la última vez. La verdad es que es muy ordenado, su habitación es muy grande, hay una estantería con libros y una cama enorme. Toda su decoración es bastante sencilla y los colores son simples y combinan entre ellos.
Al sentarme en la cama y ver el vestido, recordé que había dejado toda mi ropa en el coche de Lucas. Va a ser muy incómodo dormir con él esta noche, puede que si lo llamo me lo traiga, pero no quiero causarle problemas. Cojo el móvil y le escribo un mensaje: "Al final no voy a poder pasar la noche en tu casa, me he tenido que ir. Lo siento , disfruta de la noche". Poco después de enviarlo, aparece Liam con dos tazas de chocolate. Una de ellas, tenía pequeñas nubes de azúcar cubriendo toda la parte de arriba y haciendo una pequeña montaña sobre la taza.
-He traído algo para calentarte un poco y ayudarte a dormir, siempre me ayuda tomar una taza de chocolate- se acerca muy sonriente y me pasa la taza que no tienen nubes. Me quedé mirando la taza fijamente y Liam, al verme, empezó a reírse.
-¿Se puede saber lo que pasa?¿Tengo algo en la cara?-
-No, es que me hace gracia la cara con la que miras la pobre taza. Si las miradas matasen, ya la habrías destruido. En realidad esta es la tuya- me cambió la taza haciendo que una sonrisa surcara mi rostro.
-Por cierto, no puedo dormir con el vestido, será muy incómodo en la noche. Pero es que me he dejado la ropa en el coche de Lucas y no quiero molestarle para que venga solo por eso-
-No pasa nada, a ver qué tengo que te pueda servir- se acercó a un cajón de donde sacó una camiseta y de otro sacó unos pantalones cortos- Espero que esta te sirva, sino iré a tu casa a buscar tu pijama-. Entré al baño para cambiarme y afortunadamente la camiseta me llegaba por debajo de los muslos y los pantalones no eran demasiado largos, estaban perfectos.
Salí del baño y lo primero que veo nada más salir es a un Liam sin camiseta y con unos boxers.
-Ohh, venga tápate un poco pervertido- me acerqué a un cajón, saqué unos pantalones de pijama y se los pasé- ¿Si tenías pijama por qué no te lo has puesto?, y, ¿Cómo es posible que no tengas una sola camiseta de pijama?- dije rebuscando en el cajón.
-No me gusta dormir con pijama y mucho menos me gusta dormir con camiseta. Y no me digas que no te agradan las vistas- dijo levantándose y señalándose, ya con los pantalones puestos, a lo que yo rodé los ojos y cogí mi chocolate con nubes. Me senté en la cama y encendí la tele. Pasando los canales encontré una serie de misterio y ficción que me encanta.
-¿Te gustan estas cosas?-
-Si-
-No es nada realista. Aparecen toda clase de criaturas, pero ninguna de ellas es así-
-¿Y tú cómo lo sabes?-
-¿Tengo que recordarte que somos lobos?, no nos parecemos en nada a los que ponen ahí. Además, yo he conocido muchas hadas a las que les ofendería ver que las retratan de esa manera. Las ponen muy dulces y delicada y que con una varita todo lo pueden solucionar, cuando en realidad son grandes guerreras que han protegido su pueblo durante siglos. Si es cierto que tienen una apariencia muy preciosa, pero nunca te debes dejar llevar por eso. Son fuertes y valientes, deberías conocer a alguna, seguro que te va a gustar-
-Me encantaría. Aunque yo ya sé que las criaturas mágicas que aparecen aquí no son reales, simplemente es ficción, no busco un modelo a seguir. Mis padres nos contaban muchas historias y nunca las describían como aparece en la televisión-
-Ya veo-
-Algún día, voy a enseñarte a la criatura más bella de todas-
-¿Y cómo vas a hacer eso?, yo ya las he visto a casi todas-
-Ya lo verás, te lo prometo-
-Vale, esperaré ansioso a que llegue ese momento-
-Dime una cosa, ¿Qué es lo que más te gusta de todo esto?-
-¿A qué te refieres?-
-A todo este mundo-
-Yo siempre he vivido en este mundo, todas las cosas son más o menos normales para mí-
-Pero eso no tiene nada que ver. Yo siempre he vivido como una humana normal y corriente, pero aún así hay muchas cosas que me fascinan de ese mundo-
-¿Para ti cuál es la cosa que más te gusta de este?-
-En el poco tiempo que llevo aquí, me he dado cuenta de que las cosas que más me gustaban de mi otra vida, son las mismas que aquí. Desde pequeña siempre me ha gustado mucho ir al campo, ver florecer las plantas... y eso es algo que hay en común en los dos lugares. Aquí hay muchísima naturaleza, las flores son preciosas y es como si el bosque en las mañana estuviese lleno de brillo, por todas partes-
-Son los Minx-
-¿El qué?-
-Así se le llaman a todas las criaturas mágicas que te puedes encontrar. Hay de todo tipo y tamaño y hacen cosas increíbles. Unas de ellas son las que se encargan de la naturaleza. Pasean por los bosques derramando una sustancia extraña por todas partes que sirve de alimento a las plantas y las ayuda a crecer, dejan un rastro brillante por todos los lugares que pasan-
-¿En serio?-
-Sí-
-¿Y dónde están?-
-Tú no los puedes ver, al menos por ahora no. Solo las demás criaturas mágicas pueden hacerlo-
-¿Los lobos si pueden?-
-Los lobos son un tipo de criaturas mágicas, pero no los podemos ver a todos. De la misma manera que no todos se pueden ver entre ellos. Es como si dentro de esta realidad, cada criatura viviese en su propio mundo sin saber de la existencia de las demás. Pueden estar unas al lado de las otras, pero nunca podrán verse-
-¿Y si se chocan?-
-Es como si algo por dentro supiese que están y tu cerebro las evita, aunque tú no te des cuenta de ello-
-¿Cómo es que sabes tanto sobre esto?-
-Recuerdo que me contaban estas historias de pequeño. Casi todas las cosas de mi pasado están muy difusas, pero por alguna razón sí puedo recordar esto-
-Me encantaría poder ver a todas esas criaturas, sería precioso-
-Entonces yo te prometo una cosa. Aunque sea lo último que haga, haré que las veas todas-
-Eso es imposible, has dicho que solo los dioses pueden verlas-
-Es una promesa y la haré realidad- es extraño, pero cada vez que miro a Liam me siento segura. A pesar de su carácter o de todas las veces que me pueda hacer enfadar, me siento segura a su lado, hay algo en él que me es muy familiar y está ligado a un bonito recuerdo. No sé de qué se trata, pero me alegro de poder sentirme así, es una sensación nueva que no me gustaría perder nunca.
-Está bien, confío en ti- sus ojos viajan por la habitación y se encuentran con los míos, dejando de fondo un enorme silencio, es un silencio agradable. Observo con detalle cada rasgo de su rostro, cada centímetro que nos separa.
Estiro el brazo y coloco con cuidado un mechón de su pelo que ha quedado alborotado después de ducharse. Sus ojos se abren de sorpresa por mi tacto y finalmente desvía la mirada nervioso.
-Lo que has hecho...-
-¿Qué?-
-La forma en la que me has mirado. No quiero que mires así a nadie más, deja que me quede con eso-
-Vale-