Se tomo todo lo que contiene la copa y me observó fijamente.
—Si —ella aún continuaba mirándome —. Y lo siento por eso, sé que enmendar las cosas en estas circunstancias son algo difíciles.
Yo simplemente la miró fijamente en silencio y me crucé de brazos.
—Por supuesto que es algo difícil, Emma —ladeé mis labios sin ningún tipo de expresión de alegría.
—Me gustaría que conocieras a Emmet, tu pequeño hermano —ella sonrió con dulzura.
—Encantada —le regalé una sonrisa —. Me imagino que a todos los demás también, les gustará conocerme.
Ella elevó sus cejas y abrió los ojos.
—Esto va ser un escándalo.
Veremos si lo harás.
En ese momento llegó la comida y tomamos asiento para iniciar.
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No hice ningún movimiento solo lo observé fijamente a sus ojos grises.—¿Acaso me tienes miedo? —pude ver qué curvo sus labios con diversión.Negué lentamente —Noo —sonreí son ganas.—Bien —relamió sus labios mientras me mira.—¿Qué? —lo observé.—Mina, necesito que por favor… —él sujetó mi mano con delicadeza —. Me toques, me siento mal —colocó mi mano en su cuello.Serás estúpida, Mina. Si eres mal pensada.Hice lo que me pidió toque su cuello y luego su pecho.—Estas normal —alejé mi mano —. Temperatura normal.Él se giró y se volvió a sentar en la cama.—Entonces tengo fiebre interna —comentó él.—¿Tienes termómetro? —inquirí mirándolo.—Si, ah… creo —miró a los lados.—Ves esas son las consecuencias de que te hagan todo —me crucé de brazos.Él se volvió a levantar y se adentro en lo que me imagino es su closet. Yo mientras observé al habitación. Paredes color gris y blanco, la cama es gigantesca, hay un estante lleno de trofeos y medallas. Así que me acerqué lentamente y los miré
Abrí mis ojos y tapé mi boca, mi rostro probablemente esté ya por ser algún fruto rojo.—Lo siento yo… —negué y comencé a caminar de vuelta al club.—¿Ahora a dónde vas? —inquirió él.Me giré y lo miré —Pues necesito aclarar todo. No voy a permitir que por mi culpa, por ser tan estúpida; un lindo compromiso se rompa.Él no dijo nada simplemente me miró y luego asintió —Bien, aquí te esperaré.Giré sobre mi eje y me fui en dirección al club. Tenía que aclarar eso, no quiero ocasionar una pelea por mi culpa y más si se van a casar.Pero que estúpida eres Mina. Bueno por lo menos me ya me enteré que es heterosexual. Pero probablemente esté enojado y me despidas.¡DIOS AUXILIO, PLIS!Caminé rápidamente hasta el lugar en donde me encontraba anteriormente, subí las escaleras y pude ver a Adam junto con Henri sentado y hablando. Pero el rostro de Henri es de enojo.Con todo lo que sucedió definitivamente no se para donde se fue todo el alcohol que ingerí.Me detuve frente a ellos quienes me
Kiev.Hace años atrás.—Para saber si una persona te está mintiendo —él se detuvo y luego tomo asiento en su sillón —. Debes observar su lenguaje corporal, hijo. Cuando habla aparte de prestar atención a lo que dice; debes también prestar atención a sus miradas y expresiones; los gestos que en ese momento aparecen en su rostro….Desde mi asiento lo miró directo a sus ojos verdes con atención.—Debes observar y luego de eso analizar todo. Y te darás cuenta de la diferencia entre una sonrisa fingida y una sincera. Entré las palabras llenas de mentiras y las que vienen con genuina verdad.Él agarró su vaso que está por la mitad de Whisky y tomo un trago.—Kiev. Leer muchos libros te puede ayudar a descifrar bien a una persona y también te darás cuenta cuando te mienten o no —hizo una breve pausa —. Pero recuerda el perfecto mentiroso siempre existe.Tragué con suavidad y acomodé mi cabello corto hacia atrás —Entendido, Papá.Él hizo una afirmación. Su ceño está muy fruncido —Bien. Entonc
Mina. Me levanté igual. Modo Zombie ya que ayer luego de traer a Milán a casa tuve ir a la universidad y salí a eso de las 3 de la madrugada. Pero bueno, cosas que se hacen cuando se estudia. Ahora estamos todos esperando a Kiev en el comedor. Sheila y Nicolle le hicieron un pastel de su sabor favorito, fresa con chocolate. Loan trajo una botella de Champagne para brindar, ya que según todos ellos, Kiev prohibió que le hicieran algún tipo de fiesta. Aunque no conozco mucho ha Adam pero seguramente le hará algo. Al escuchar los pasos lentos que se escuchan en dirección a la cocina, apagamos las luces del comedor y esté quedó totalmente oscuro. Y en lo que escuchamos que entró y se detuvo al ver que todo está completamente en oscuridad, Sheila encendió la luz. —¡SORPRESA! —gritamos todos al unísono y Milán sonó un pito de fiesta que carga. —¡Feliz cumpleaños, hermano mayor! —exclamó él niño con alegría y al mismo tiempo pegando briquitos. Kiev nos miró con algo de sorpresa y una dim
Kiev. En ese momento el teléfono de Mina vibró. Ella me hizo un gesto de que atendería y luego se alejó. ¿Por qué Mina diría eso de mi tío? Que yo sepa ella recién lo conoció. No debería hacerle caso a sus palabras porque conozco a mi tío Leonard desde que nací y nunca ha sido una mala persona. Miré nuevamente en dirección a donde se encuentra Milán, quién juega con un niño de cabello castaño y una niña de cabello rubio. —Creo que ya deberíamos irnos —musitó Mina llegando a mi lado. Asentí mirándola —Esta bien. Mina se acercó hasta el pequeño parque para luego regresa junto con mi hermano agarrados de la mano. Caminamos en dirección a donde se encuentra la camioneta, Milán subió y cuando fui abrir la puerta para subir, sentí su suave agarré en mi muñeca. Me detuve y la miré a sus ojos verdosos —¿Qué? Ella sacó del bolsillo de su vestido rojo una especie de pañoleta también de color rojo. Fruncí el ceño. Ella sonrió y mostró la pañoleta —Debes ponerla. —¿Dónde? —sujeté la pañ
Mina.Al llegar cerca de la mesa me detuve y está vez llene un vaso pero de Whiskey para luego tómatelo de una sola vez, arrugando un poco mi rostro por lo picante de la bebida.Uff la cosa está caliente.¡Dios! Él corazón se me va salir.—¿Quieres irte? —escuché que preguntó él.Me giré de inmediato y lo miré.—Si… pero necesito ir al tocador.—Esta bien, te espero.Me encaminé en esa dirección. Al entrar me fui de inmediato hasta el espejo y miré mi reflejo en el.¡Ay Por los cielos! Estoy más roja que la bandera de china. Tapé mi rostro con mis manos.¿Qué acaba de pasar?Quité mis manso de mi rostro y acomodé mi cabello al igual que mi vestido. Es inevitable que por mi cabeza se reproduzca el la cinta de lo que ocurrió. Aún lo estoy procesando.Solo fue un beso y ya Mina. No es nada del otro mundo.Después de recuperarme decidí salir y me fui en dirección a dónde se encuentra Kiev. Quien está mirando su teléfono con atención. Me detuve a su lado y lo observé.—Ya estoy aquí —avisé
Mina.Como todas las mañanas levantarme temprano para iniciar mi trabajo de cada día. Ya lista me fui a la habitación de Milán para que se arregle he ir al instituto. Cuando entré ya se encontraba despierto mientras mira a sus peces y les da comida.—¡Buenos días! —saludé detrás de él.Él niño se giró y me miró —Buenos días, Mina.—¿Cómo amaneces? —revolví su cabello.—Bien —sonrió.—Que bueno, Milo. ¿Ya no sientes picazón en tu cabeza? —inquirí.Él negó —No.—Eso es bueno —le regalé una pequeña sonrisa —. Bien, vamos debes arreglarte.Él asintió. Así que comencé arreglarlo y ya listo bajamos junto con nuestras mascotas para dejarlos en su zona de Confort. Después nos dirigimos hasta el comedor y tomamos asiento para iniciar la comida que después de unos minutos nos marchamos camino al instituto.Hoy debe ir a la casa de Evelyn ya que tenemos que hacer una especie de taller de tres personas ella, Harry —que es el otro de nuestro grupo—y yo. Ella me dio la dirección a si que me fui has
Mina.Sábado y eso significa descanso. Me levanté un poco tarde llegué a la casa en la madrugada y creo que Kiev no se dio cuenta, así que me salve de que me dejarán fuera. Antes de bajar a desayunar me fui a la habitación de Milán pero al entrar vi que no había nadie.Fruncí el ceño confusa ¿Para dónde y cuándo se fue?De inmediato marque al número de Kiev quien a los minutos respondió.Llamada.—¿Y Milán?—Hola, Mina. Buenos días. Yo amanecí bien, ¿tú?Hay Mina ¿Adonde se fueron tus modales?—Me alegro. Buenos días.—¿Milán está contigo?—Estamos con… bueno ya sabes y mi tío Leonard.Solté un gruñido de disgusto.—Ayer invitaron a Milán a un partido de fútbol. Así que en estos momentos estamos viendo a Emmet jugar ¿Necesitas algo?—No, no. Nada, que disfruten. Solo me pareció extraño…—Bueno, adiós. Colgué la llamada.Me fui en dirección al comedor y tome asiento para iniciar mi desayuno. Luego de comer me coloqué un traje de baño y junto con Pequeñin me fui en dirección a la pisci