Era tan inevitable necesitarlo, tan urgente la pasión, que casi dolía bajo la piel.Estaba metida en un triángulo que trastornaba demasiado su cerebro racional humano, ese del que siempre se había enorgullecido, pero que para su parte animal, influenciada por la Luna, era normal y natural.Estaba tan destinada a ser la compañera de Erik como la de Gabriel y eso… era enloquecedor para la mujer que había en ella. Había crecido lejos de todo conocimiento sobre su propia naturaleza lobuna, ocultándola lo más posible, y ahora ese instinto empujaba por tomar el control y convertirla en una bestia insaciable.Estar embarazada y llena de hormonas confusas, no hacía que fuera más fácil. No podía pensar, mientras el gran licántropo de cabello blanco se metía lentamente en su interior, abriéndose paso, reclamando una posesión que también le quitaba la razón porque, aunque era mayor que ella y conocía bien las costumbres y los misterios de su raza, era la primera vez que estaba junto a su verda
El híbrido siguió el rastro, inconfundible para él, y llegó a escasos metros de una cabaña de madera enclavada en el medio de un pequeño claro del espeso bosque.Se detuvo, aspiró el aire y se inmovilizó.Sabía, por su olfato, que Selena no estaba sola, y que otros tres licántropos rodeaban la propiedad.El olor de ella era intenso, poderoso, acrecentado por efecto de la ansiedad que lo invadía. Pero se mezclaba con el hedor de su rival, el alfa blanco, al que, pese a todo, no lograba odiar.Eso erizó el cabello en su espalda.Si avanzaba más, los demás licántropos lo atacarían antes de que lograra cruzar la puerta de entrada, ya que estaba en desventaja. Además, luego de haber sido quienes la rescataran de su prisión, poniendo en riesgo sus vidas, sabía que no dudarían en eliminarlo a cualquier costo. Entonces se agazapó en las sombras, y esperó.No estaba seguro de qué era lo que planeaba o lo que debería hacer. Era imposible enojarse con su compañera, después de todo no era otra
Erik intervino, molesto por el tono del híbrido:-Siéntate, Gabriel. Tenemos que hablar.La tensión entre ambos licántropos de sangre alfa, era palpable.Pero la curiosidad y el deseo de saber lo que pasaba, era mucho mayor, así que el más joven obedeció, apretando los dientes y a punto de gruñir.En medio de la intensa lucha de auras, Selena se friccionaba las manos impaciente.Todo su futuro dependía de una conversación que no deseaba tener y una decisión que no tomaría ella.Sintió náuseas de sólo pensarlo, pero apoyó una mano en su vientre y se contuvo.Miró al licántropo de cabello blanco, que permanecía sereno y con los brazos cruzados y luego a Gabriel que se sentaba con lenta parsimonia.Un silencio los envolvió mientras cada uno ordenaba sus ideas.Al fin, fue Selena la que comenzó a hablar, con una voz apenas más alta que un susurro:-Respondiendo a tu pregunta, sostengo lo que te dije hace un momento: no sé quién es el padre de mi cachorro. Por lo que entiendo, podría ser t
Gabriel la miró a los ojos, verdes con brillos dorados y se olvidó de que Erik también estaba allí. Dio dos pasos amplios, llegando hasta ella y la abrazó por la cintura que comenzaba a ensancharse, llenándose de su olor, aspirando con verdadera necesidad.Gruñó al responder, apoyando su frente sobre la de ella y cerrando los ojos:-No. No quiero rechazarte. No puedo… Intentaré lo que dices. Si es lo que quieres, seremos esa extraña familia que creen que es posible… No lo sé, no entiendo mucho de todo esto y para mí es demasiado nuevo… Aún siento que despertaré de pronto y seré tu socio en tu empresa exitosa… Ahora, todo eso parece lejano, irreal… No puedo pensar con claridad, pero sé que no debo confiar en Kairon. Baltic es diferente, pero no se rebelaría contra su alfa… Jamás te pondría de nuevo en peligro. Cometí un error y lo siento… Pero te juro que no volverá a pasar…Ella respiró aliviada. Los amaba demasiado, a ambos, y esperaba con ansiedad el momento en que ellos la marcara
Los rayos del sol calentaban apenas cuando un par de vehículos negros y sin señas que los identificaran llegaron al hotel en que se alojaban Selena y Gabriel.El alfa blanco respingó apenas la nariz cuando la evidente marca territorial del híbrido sobre su compañera llegó a sus fosas nasales. No se lo reprochaba, habría hecho lo mismo de cara a lo que pasaría durante los próximos meses.Los observó atentamente y no pudo evitar preocuparse al ver a la mujer loba un poco más agobiada.El embarazo sería una prueba muy demandante para ella, y las evidencias estaban a la vista. Aguzó el oído, y también los escuchó.Dos cachorros… Era imposible no intentar imaginar cómo serían, aunque no pasaría demasiado tiempo para que averiguaran quién era el padre biológico de su primera camada como familia.Hasta ahora, mientras observaba a Selena y al otro dentro del automóvil, sumidos en sus propios pensamientos, parecía que todo salía según lo planeado. No había señales de los hombres de Kairon, p
Los autos se detuvieron a unos doscientos metros de su primer destino. La columna de humo ya era visible desde allí.Erik se bajó con cautela, observando alrededor para ver si estaban los hombres que había dejado a cargo de la vigilancia de la cabaña. Sin desplegar sus fuerzas, ordenó a uno de los choferes que investigara en sigilo.Más aún que la suerte de sus subordinados, le preocupaba que se hubiera filtrado información… ¿Quién era capaz de traicionarlo revelando la ubicación de ese escondite?No le quedaban muchas opciones.Selena aún dormía en el interior del vehículo, apoyada en Gabriel que miraba hacia afuera en estado de alerta.Apenas el alfa blanco se asomó, lo interrogó con la mirada.Erik susurró en voz muy baja:-Es claro que tengo un traidor en mi manada. Hasta saber quién es, habrá cambio de planes…-¿Qué cambios?Él señaló a la mujer embarazada y dijo con algo de culpa:-Tendrá que quedarse en mi casa… Y las cosas pasarán más rápido de lo que esperaba… Lo siento. Cre
Tras unos instantes, Nika se atrevió a hacer la pregunta que la inquietaba:-¿Quién es él?Erik se giró para ver a Gabriel que permanecía a cierta distancia con los brazos cruzados, analizando cuidadosamente la escena. Sobre todo, el comportamiento de Elan y su salida de la estancia.Erik pensó brevemente. En este asunto, aún no podía ser completamente honesto con la licántropa. Así que optó por una verdad a medias.-Es un híbrido. Lo conocí en mis incursiones al mundo humano y tomé la decisión de reclutarlo. Vivirá también aquí, y lo entrenaré casi en persona. Tiene potencial…Nika lo miró de arriba a abajo. Era imponente, masculino y fuerte. Vaya que tenía potencial. Pocos licántropos, aún entre los de Noche Nueva, serían capaces de enfrentarse a él.-¿Eso quiere decir que te ausentarás con menos frecuencia de nuestro territorio?El alfa asintió con la cabeza mientras respondía:-Sólo lo necesario para continuar algunos negocios… y la búsqueda. En realidad, sólo haré un viaje breve
-¿Mi hermana? Apenas es una adolescente… No… No es correcto…Kairon se puso de pie y se acercó amenazadoramente. Elan pudo ver que su cabello se erizaba. Su beta, Baltic, que había permanecido en silencio entre las sombras, también se acercó a la luz.-Creo que te olvidas con quién estás hablando. Fuimos nosotros los que invadimos tu manada hace años… ¿Olvidas lo que hicimos?Una oscura y cruel risotada resonó en la sala.-Si lo olvidaste, apuesto a que tu madre puede refrescarte la memoria…El joven dudó. Su ira crecía, pero apretó los dientes. No era capaz de enfrentarse al líder rival.-Yo… no me olvido… Pero eso… Eso no. Es un crimen contra la Diosa… El castigo es real… No son cuentos de miedo de los que se dicen para asustar a los jóvenes. Hay datos históricos que lo prueban, manadas diluídas en el tiempo…Mientras Kairon volvía a reír con estruendoso cinismo, Baltic no creía que fuera un invento de los ancestros. No era un secreto que su alfa carecía de descendencia, que el male