Capítulo 538
Lorena volvió a su habitación y videollamó a José.

Ella no dijo nada de que Fernando no la ayudaba, solo que todo iba bien.

A José entonces se le cayó el corazón a los pies.

—¡Ten cuidado con todo, en cuanto intuyas algo malo, huye, no seas tonta ahí!

—¡Entiendo!

Lorena se rio y habló un rato más con Fiona antes de colgar para darse un chapuzón.

Ella no contestó a ese texto, como Urso había pretendido.

No podía mostrar ansiedad, para evitar que se encontrara en una situación pasiva.

Al menos tenían que tomar la iniciativa y dejar que la otra parte siguiera preocupada antes de poner al descubierto las grietas.

Amaneció el día siguiente.

Lorena se levantó confiada y llegó al colegio, al despacho de Urso, a primera hora de la mañana.

Vio a Urso tomando café con su profesor Mario.

Inmediatamente se acercó, miró a Mario con una sonrisa y le saludó.

Mario miró a Lorena, sonrió y le dijo: —Me he enterado, estás metida en un gran lío, es un honor conocer a Urso.

Lorena respondió inmediatamente
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