«No es extraño que el proyecto se perdiera.»

Juan se puso sombrío, mirando a María con indiferencia, —¡Basta! No tienes que meterte más en este proyecto. Ni puedes tocar más proyectos.

María se puso rígida al instante, —¿Por qué? No fue mi culpa. Fue Lorena quien era astuta. ¿Por qué me culpas?

Juan se levantó, con el aura fría, —¿No sabes lo que te pasa? Si no sabes qué es un negocio, vete. No eres rival para Lorena. ¿Crees que la relación es todo? ¡Estúpida!

María casi estaba a punto de llorar, se tapó la cara y salió corriendo, «¿No soy rival para Lorena? ¿Por qué todo el mundo piensa que Lorena es mejor que yo?»

El responsable del proyecto estaba preocupado, —Lo siento, Sr. López, es mi culpa. Iré a buscar a la señora Gómez para disculparme, a ver si hay remedio.

—¿Eres tan estúpido como ella? Fuera. —dijo Juan

Juan siempre se tomaba en serio su trabajo, así que ahora estaba cabreado.

No le importaba competir con Lorena en los negocios, pero creía que perder de una manera t