No pude evitar llorar al ver que Marco no me creía que no tenía ningún pretendiente, acababa de decirle que lo amaba y parecía que no le había importado. Me quedaba claro que iba a ser muy difícil que confiara en mí y que la señora vaca era muy inteligente. Las imágenes mostraban a un joven dañando las ventanas del chalet y ella fue muy astuta en asegurarse de que Marco estuviera con en ella en el preciso momento en el que ocurrió todo.
Me puse de pie para salir de ahí, me había herido en lo más profundo de mis sentimientos y no podía soportarlo. Tuve el impulso de romper el contrato y de olvidarme de él para siempre, aunque sabía que eso no iba a ser posible.
—Yo sé que no me crees, y no me voy a esforzar por convencerte. Será mejor que vuelva a la pensión no tiene caso seguir con este contrato señor Duran.
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Me sentía como en un cuento de hadas, Marco trajo un poco de ropa a mi chalet y pasábamos todo el tiempo que podíamos juntos y dormíamos abrazados todas las noches.A su lado me sentía protegida y escucharlo llamarme “mi amor” era como música para mis oídos. Tenía miedo de que todo fuera un sueño y que en algún momento tuviera que despertar.No había hablado con Melo porque había comenzado con las clases de inglés ya que el inicio de cursos se aproximaba y yo tenía que estar lista lo antes posible, así que pasaba todo el tiempo que Marco estaba en la oficina estudiando y practicando con mi profesora.Como era de esperarse Marco insistió para que las cases me las diera una mujer y yo accedí porque no quería darle motivos para que se sintiera inseguro, ya había notado que su nivel de celos era bastante alto y se deb&iacut
Estaba parado junto al altar esperando a que llegara la novia, mis invitados estaban a punto de presenciar el evento del año en Acapulco, mi boda iba a dar mucho más de qué hablar de lo que todos pensaban.Ricardo Fuentes, uno de los empresarios hoteleros y restauranteros más importantes del puerto, se casaba con una joven que bien podía ser su hija, pero no, no era de eso de lo que iban a hablar sabía que lo que iba a hacer sería un escándalo, pero después de lo que me enteré la noche anterior solo sentía rabia, vergüenza y un profundo rencor.Evitaba las miradas de mis invitados, solo los saludaba, pero no permitía que se me acercaran a conversar, tenía miedo de no ser capaz de llevar a cabo lo que estaba a punto de hacer.El sacerdote ya estaba listo esperando detrás del altar improvisado en la playa, los invitados habían tomado sus lugares y la novia
Escuché cómo Julián le reclamaba a Ana por no hacerle caso porque prefería estar con viejito millonario y mi corazón se rompió en mil pedazos. Las últimas semanas él decía amarme y querer enfrentar al mundo entero para que estuviéramos juntos, incluso esa noche yo estaba dispuesta a entregarme a él.Cada día me presionaba para que tuviéramos relaciones sexuales, y ahora yo entendía que eso era lo único que quería de mí, tirarse a a la gorda, satisfacer su ego consiguiendo que la chica de expósito le entregara su virginidad para después burlarse de ella.—Melo yo…— El rostro de mi amiga se desencajó al darse cuenta de que su pretendiente era el hombre al que yo amaba y que con tanta ilusión le había contado cada detalle de nuestro noviazgo.—No digas nada Ana, tú no tienes la culp
Me quedé muy preocupada por Melo y miré con indiferencia cómo Julián se iba del lugar, pero sin siquiera intentar ir tras ella. No cabía duda de que en el mundo había hombres que eran unos verdaderos patanes, no merecían hacerse llamar hombres. —¿Sucede algo mi amor? — Me preguntó Marco al oído y me puse nerviosa al pensar que quizá me vio hablar con Julián y pudo pensar mal de mí. No me gustaba esa sensación de tener que cuidar mis movimientos de Marco, aunque sabía que tarde o temprano lograría que confiara en mí y no pensara mal cada vez que hablara con un hombre. —Melo, mi mejor amiga acaba de descubrir que el muchacho del que está enamorada, es un patán que coquetea con otras. —Y supongo que esa otra eras tú ¿cierto? Lo miré y me encogí de hombros, no podía negarlo, pero tampoco me atrevía a admitirlo. —El tipo era novio de Melo e intentó acercarse a mí, mi pobre amiga sufrió una gran decepción. —Ven, vamos a sentarn
Así mojados y llenos de arena como estábamos, Ricardo me llevó hasta el aeropuerto, compró dos boletos de avión en primera clase y viajamos a la ciudad de México. Yo no tenía pasaporte y tampoco visa para salir del país, así que nos hospedamos en un hotel para esperar a que pudiera hacer los trámites necesarios.Ya en el avión no pude disimular mi nerviosismo, las piernas y las manos me temblaban porque nunca me había subido en un avión, Ricardo me tomó de la mano para transmitirme tranquilidad y yo me sujeté con fuerza. No pude evitar emitir un pequeño grito que s escapó de mi garganta cuando el avión despegó, ya luego todo volvió a la tranquilidad y casi no se sentía el movimiento.Solté la mano de Ricardo y mis dedos habían quedado marcados en sus manos por la fuerza con que lo tomé y sin pesarlo, pas
Me dieron de alta en el hospital cuando mi presión se normalizó y la actitud de Marco cambio conmigo por completo, en ese momento supe que a pesar de todos los problemas que pudieran surgir entre nosotros, el amor era más grande y siempre encontraría la manera de manifestarse.Lo vi realmente preocupado por mí, pude palpar la angustia que sintió al verme en estado de vulnerabilidad y su afán de protegerme y cuidarme se incrementó a la máxima potencia.Volvimos al chalet y él insistía en contratar a una enfermera para que me hiciera compañía, pero yo insistí en que no era necesario, ya me sentía bien, su amor y sus cuidados me devolvieron a la vida.—Perdóname por no haberte dicho todo sobre Connie — le dije.—No quiero hablar de eso, ya pasó y nada podemos remediar, no quiero que volvamos a discutir sobre el asunto.
Guardé la medalla porque pensé que podía ser importante para Melo, se notaba que la había puesto en ese alhajero como si se tratara de algo muy especial, aunque me extrañó que no mencionara nada al respecto en su mensaje.Las semanas pasaron y Melo todas las noches me enviaba una fotografía de algún lugar maravilloso que había conocido, nunca antes la había visto tan feliz, se veía radiante y hermosa. No se lo dije, pero yo pensaba que se estaba enamorando de Ricardo.En cada imagen sus mensajes siempre eran: «Ricardo es genial» «Ricardo es muy divertido» «Ricardo es muy dulce» Ricardo esto y Ricardo aquello, nunca antes me habló así de Julián, ni siquiera cuando más enamorada decía estar.—¿De qué te ríes? — Me preguntó Marco cuando estaba viendo las fotografías que me
La noticia de un posible embarazo de Ana me dejó en shock, siempre quise ser padre, pero a estas alturas de mi vida no sabía cómo reaccionar ante la posibilidad.Estaba enamorado de Ana, la amaba tanto que imaginar una parte de mí creciendo en su vientre me llenaba de ilusión, pero también me arrastraban las dudas. Ana era una mujer muy joven, casi una niña, tenía toda la vida por delante y odiaba la idea de que se quedara a mi lado solo por estar embarazada.Un hijo cambiaba todo el panorama de la vida que tenía planeada para ella, recién comenzaba con su carrera y el embarazo complicaría su desarrollo profesional y personal. Yo lo que más quería en el mundo es hacerla feliz, verla crecer como persona y que cumpliera todos sus sueños. No estaba seguro de que un hijo en este momento fuera lo mejor.La miraba de reojo y también podía ver las dudas en su