Por alguna extraña razón, a pesar de que me estuviese negando a ver o tener algo con Nathaniel, me encontraba en mi casa limpiándole y curando sus heridas, lo cual no resultaba muy congruente con mis deseos.—Maeve, siento mucho lo que sucedió aquel día en el barco.—¿Qué es lo que lamentas? ¿Haber perdido el control o el hecho que terminé en el hospital…? ¿O el que me dejaste sola en el hospital?—Siento mucho todo, absolutamente todo lo que te hice y he hecho… —se sinceró Nathaniel, abrazándome en la cintura.—No te preocupes. En vez de enojarme, prefiero alejarme de ti y dejar que seas feliz en otro lado, eres mucho mayor que yo Nathaniel, eso lo sé… pero prefiero vivir debajo de un puente feliz, que en una mansión de envidia añorando mi felicidad. —le murmuré en un tono melancólico.—Por favor dame una segunda oportunidad Maeve, pequeña… sé que te falle, pero te prometo que lo hare mucho mejor, porque la gente no cambia porque se lo pidan… y yo quiero cambiar para ser mejor para m
Unos hermosos ojos azules me observan fijamente, sentía que mis mejillas iban a explotar… En eso, me doy fijo mi vista en todas partes. Creo que para Nathaniel y para mí, es imposible evitar sentir esa atracción y esa clase de necesidad que teníamos el uno por el otro, hasta se podría decir que fue casi imposible con caer en la tentación. En la cabeza hay unos globos de diferentes colores, que me imagino que son luces para la noche, una gran mesa con diferentes aperitivos los que podía ver a simple vista era: cupcakes, cocos partidos, frutas picadas. Frente a esta mesa había una manta y sobre esta una pequeña mesa con un hermoso arreglo floral, una botella de Vino Espumoso Rose Ice Edition Jp chenet x y dos copas para servir el vino. —Vamos, sentémonos. —Nathaniel toma mi mano y me guía a la sabana que está tendida en el suelo. Antes de sentarnos, nos quitamos los zapatos y nos sentamos una frente del otro. —¿Quieres vino? —me pregunto nervioso, ocasionando que una sonrisa aparec
Después de aquella locura de reunión, volví a la mesa un rato después, hablamos un poco todos, menos mi padre quien se había levantado de forma grosera de la mesa. Eso causaba una gran vergüenza en mí, aunque todo el camino de vuelta a casa Nathaniel me juro que todo estaba bien… pero igual me sentía mal. Esa misma noche Nath y yo nos despedimos de un caluroso beso para que él después se fuera a su casa, muy a mi pesar, ya que tenía una reunión muy temprano al día siguiente. Y yo continuaba corriendo por el parque mientras escuchaba música, fue en ese momento cuando recordé a una persona: Romy. ¿Qué habría sido de él? Me debe de estar odiando por haberlo dejado tirado sin despedirme… Aunque tampoco me podía poner sentimental, solo fue un oral y nada más. Cuando llego por fin a mi casa muerta del cansancio veo el auto parqueado de mi madre frente a mi casa. —Hola, mami —la saludé cerrando la puerta detrás de mí. —Ven, vamos a hablar. Asentí confundida para después seguirla hasta
No sé en qué momento mi vida se volvió una completa miseria, cada vez que pensaba en el hecho de que el esposo de mi madre intento abusar de mí y que tenía un padre que me quería conocer hacía que me quisiese volver loca.Con solo pensar en eso, sentía una extraña punzada en el pecho, Nath seguido a mi lado mientras superaba mi etapa de tristeza inmensa hasta que tuve que ir a una sección de fotos y eso me animo muchísimo, aunque muy a mi pesar se tuvo que ir al trabajo.Cepillo mi cabello mientras me miraba al espejo, fue en ese momento cuando escuché que alguien tocaba mi puerta y al abrirla me encontré con la persona menos esperada del mundo.—¿Romy? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo encontraste mi casa? —se le veía tan sexy apoyado al marco de la puerta para después pasar a subir la comisura de sus labios en una clase de sonrisa falsa, pero que para cualquiera resultaría moja bragas.—Hola muñeca, Simón, me dio la dirección de tu casa. Eres muy mala, me dejaste abandonado en aquel lugar.—Si
Maeve DaniellDespués de degustar una deliciosa copa de vino, escuche como tocaban la puerta de mi casa. Me levanté de la silla donde estaba sentada, dejando la copa de vino en una pequeña mesa a mi lado, caminé hacía la puerta encontrándome con Nath.—Nath, que hac-- —ni siquiera me deja terminar de hablar cuando Nath me abraza y pone su cabeza en mi cuello.Por alguna extraña razón lo sentía tan diferente, como con odio, hasta de sentir eso sentía que me estaba lastimando.—¿Paso algo? —pregunto.—Eso te lo debería de preguntar yo, ¿Por qué me hiciste eso Maeve? —me pregunta intentando no perder el control alejándose de mí.—¡¿Me puedes decir que se supone que hice?!—¿A caso ya se te olvido lo que hiciste con Romy?Ya para eso, caí en cuenta de lo que pasaba, alguien le había dicho lo que paso en aquel baño y Nathaniel creía que le había sido infiel… Cuando eso pasó cuando estábamos separados.—Todo tiene una explicación Nath, escúchame por favor —le suplico.Tenía tantas ganas de
—Pasajeros con vuelo N.º 5774567 a con destino a Londres por favor abordar rápidamente... Pasajeros con vuelo N.º 5774567 con destino a Londres por favor abordar rápidamente—Repitió. Abrazo a mi madre y a Simón, quienes eran los únicos que habían venido al aeropuerto, ya que mis hermanos no podían venir por su trabajo y por eso habían ido a despedirse el día anterior.—Hijita, a penas quieras venir, solo llámame, si el idiota de tu padre te dice algo de mí que no sea lo sexi que son mis curvas golpéalo por mí, ¿está bien?—Está bien mami —le digo secándome las lágrimas.—Mae —sí, simón solo me llamaba al privado Zorrón—, No perdamos el contacto, ok, te iré a visitar pronto, te quiero muchísimo zor- Maevy.—Nos vemos pronto.Tomo mi maleta y camino hasta la en el aeropuerto donde esperabas el avión, pero entre de una vez al avión.***Al bajar del maldito y cansado avión, me encontraba más que mal.Tenía muchísimo mareo y había vomitado varias veces, hasta los tripulantes de cabina e
Después de aquella gran noticia, el señor Menéndez me llevo al mi nuevo apartamento, era un aparta-estudio, donde me quedaría los próximos días, lo que más había agradecido de Devid fue la privacidad que me estaba dando, igual hoy sería el día del gran paso, el día donde conocería a mi verdadero padre. Eso me tenía más que nerviosa, pero intentaba no pensar en eso. A decir verdad, tenía más estrés en mi vida que felicidad. En primer lugar, estaba Nathaniel, y mi mente imaginándolo junto a nuestros hijos con una gran sonrisa en el rostro. El hecho de pensar en que él se lo tomaría mal me ponía enferma. Y en segundo lugar ¡cómo le diría a mi familia sobre mi embarazo! Al igual estaba muy ansiosa del futuro, de traer al mundo a mis dos únicos amores de mi vida. ¿Cómo los iba a llamar? ¿serán niños o niñas? ¿Dónde iba a vivir y criar a mis hijos? De lo que si estaba más que claro es que iba a luchar por mis hijos, por darles una excelente vida y luchar porque el pedante de su padre no
Semana 12 de embarazoEstas semanas se me habían pasado rapidísimo, entre ver a Nath trabajar desde casa, me sentía tan rara al decir que este pent-house era nuestro.Nath se la pasaba muy ocupado con eso de seguir con su idea ambiciosa, llegaba, ya estaba dormida y a la mañana siguiente me medio despertaba para darme y beso y despedirse de mí.Ahora mismo me encontraba haciendo unas deliciosas galletas y es en ese momento cuando siento unas manos sobre mi barriga.—¿Qué cocinas amor? —me pregunta Nath sobre mi oído haciendo que mi piel se erice.—Galletas.—Perfecto… ¿Hoy tienes la cita con la nueva ginecóloga?—Sip.Es allí cuando suena el horno avisando que ya era tiempo de sacar las galletas.—Huele delicioso —susurro, es alli que con cuidado tomo una y se la ofrezco a Nath—, Come. Eres mi nuevo conejillo de laboratorio, si te intoxicas no las como.—Eso es trampa.—No me pueden medicar, tendrían que sacar a los bebes de emergencia.—Está bien —Nath toma la galleta que le ofrezco