En ocasiones, la mirada puede transmitir sentimientos no expresados con palabras, amor, ternura, comprensión... irá... decepción...por eso es que los ojos son llamados los espejos del alma... Altair ahora mismo, se encontraba rodeado de miradas acusadoras, odio, resentimiento, pero también sorpresa y tranquilidad...el supremo líder del Legado de los Huesos se enfrentaba a aquellos que se habían atrevido a desafiar el poder de su línea de sangre, y estaba dispuesto a terminar de una vez por todas las disputas generadas debido a su falsa muerte...sin duda, aquellos que tan solo esperaban roer los huesos que creían, quedaban como únicos restos de su poderoso linaje, habían visto su oportunidad al darlo erróneamente por muerto.
- No puedes llegar y hacer como si nada hubiese pasado, perdiste ante Draco Billinhurst, has perdido tu derecho a ser nuestro líder, demostraste no tener lo suficiente para
- De todas las cosas y probabilidades...jamás imaginé que un idiota como tú en realidad sería el líder del famoso Legado de los Huesos...pude haber muerto cada vez que te hacía enojar! ¡Carajo, es espeluznante! - chillo André mientras de abrazaba a sí mismo después de que un escalofrío atacará su espalda.- No es para tanto - respondió Altair con simpleza.- Que no es para tanto?! dios, eres un jodido mercenario, no! ¡Mejor dicho, eres EL jodido mercenario! ¡Te cargaste a dos viejos y un gigante cercenando su cabeza...tendré suerte si logro dormir en los siguientes meses, y más suerte aún si lo logro sin tener pesadillas! - chillo de nuevo André.- Pues que te puedo decir...ese es literalmente mi trabajo...- Altair se encogió de hombros.André lo miro serio, en realidad su amigo no disfrutaba de aquello, o si?
- Zara se encuentra en alguna de las viejas alas de la mansión Relish, me lo dijo antes de que Draco le arrebatara su celular, sé que no planeaba moverla de allí, la necesita cerca para tenerla vigilada y como Sebastián lo ha traicionado, no confía en nadie para ocuparse de lo único que tiene para manipular a Andrómeda - soltó Caleb.Amelie le había contado como ese desalmado hombre intento violarla, ya se encargaría personalmente de la araña si Charles dejaba alguna parte de el para destrozar, su tío estaba más que furioso por lo que el hombre intento hacer a su única hija, ese sujeto ya estaba muerto, lo único que le hacía falta era encontrarse con su destino.La charla fue interrumpida por Sophie quien regresaba junto a Jacob, se veía agitada.- Te ocurrió algo Sophie? - pregunto Nereida preocupada por su amiga.- No es nada imp
Se dice qué los huracanes dejan total devastación a su paso, arrasan ciudades, personas y todo lo que en su camino se encuentre...la ira que Draco Gastrell sentía en estos momentos era tan terrible y destructiva como la fuerza misma que un huracán prometía...el amor de una hermosa mujer, la manzana de la discordia de este cuento que parecía no tener final, Andrómeda Miracle era la Helena de Troya...y el que se consideraba su legítimo dueño, movía cielo, mar y tierra para reclamarla de vuelta.- No has encontrado nada? - exigía saber el cruel rubios.- No mi señor, sin embargo, le aseguro que hoy mismo tendremos noticias - respondía Sebastián con una sonrisa cínica.El cruel rubios golpeó con frustracion el muro de concreto de su estudio, ya no importaba el poder, no, tan solo deseaba tener a Andrómeda a su lado...nada más.- Te enc
- Que es lo que quieres a cambio de no lastimar a mi hija? - preguntó con frialdad el joven rubios.- Veo que lo has entendido, aunque es terrible que pienses que soy capaz de lastimar a mi pequeña y dulce sobrina- dijo con malicia el cruel rubios.- Se muy bien que eres capaz de hacer eso y más - respondió Edward.Las risas de Draco llenaron el lugar, ¿como podía estarse riendo? Había ordenado la muerte de la madre de su hija, aún estaba la sangre caliente salpicada en sus ropas y el suelo... ¿acaso era un maldito psicópata? Se preguntaba Edward sobre su hermano.- No te confundas Edward, la mujer no me interesa y sé que a ti tampoco, sin embargo tu hija es diferente, es una Gastrell, no le haría daño, no soy tan terrible como crees que soy...sin embargo, si deseas verla, entonces me darás lo que deseo - demandó el cruel Draco.Edward se sent&i
El viento, tan sutil, tan tranquilo, imperceptible para casi todos la mayoría del tiempo, aquel elemento que regala frescas ventiscas cuando el calor agobia, que refresca los cuerpos y mese con gentileza entre sus brisas los suaves cabellos y corazones de las personas...pero que también es capaz de arrasar con suma violencia y crueldad a los árboles desde su raíz, que azota ciudades y pueblos enteros cuando la madre naturaleza siente que hace falta un recordatorio de su gran poder...nada en este mundo es tan gentil y peligroso como el viento...Altair Sallow sentía la furia correr por sus venas, ese sería el día en que finalmente y después de tanto dolor, terminaría con el hombre que lo hizo conocer el infierno al intentar arrebatar de sus brazos a la única mujer que amo y amaría hasta el final de sus días...y se juraba así mismo hacer pagar cada una de las lágrimas que su amada
El sol se teñía de sangre, el pequeño pueblito deshabitado reinado solo por los ecos de disparos era mudo testigo de lo que estaba ocurriendo, mucho había pasado, heridas que aún no se cicatrizaban del todo, Altair meditaba al calor de la pelea el cómo había terminado en ese momento, aquella chica de melena cobriza, hermosa y tersa piel nívea, con una actitud que odio en un principio, de quien quiso vengarse y de quién terminó locamente enamorado... Andrómeda, Relish o Miracle...eso realmente no le importaba, la mujer que amaba y quién estaba dispuesto a ya no entregarle nunca más un amor egoísta, su imagen se dibujaba una y otra vez en su mente, deseando pasar el resto de su vida a su lado y entregarle todo de el tal cual ella le entrego todo de sí misma, finalmente comprendía que amar no era un acto de egoísmo o debilidad, era una entrega del uno para el otro, una sonrisa dibujada en su bello rostro y el fuego que brillaba intensamente en sus orbes de zafiro reflejaban que A
La oscuridad, muchos le temen, otros la buscan, las mil y una formas desconocidas que se dibujan entre las penumbras de una larga noche agitan los pensamientos y desatan una terrorífica imaginación que muchas veces hacen perder el rumbo y sumergen a las almas en el más puro estado de terror... ¿cuántos escenarios recorrían la mente de Altair Sallow y Draco Gastrell? ¿Cuántas veces el horror de perder a Andrómeda y no volver a ver sus sonrisas nunca más asalto sus más profundos miedos esa noche? La brisa mortalmente fría recorría los largos caminos llenos de árboles y tinieblas, Sebastián la tenía en sus manos, la vida de la hermosa cobriza pendía de un hilo.- Andrómeda está en manos de ese hombre cruel...siempre Andrómeda...cuando la conocí supe de inmediato que era diferente a todo lo que yo conocía, ella no sabía q
- Veo que ese engendro que llevas en tu vientre es todo cuanto te importa...el hijo del imponente Altair Sallow...- dijo con burla y saña la cruel araña. - por favor, no lastimes a mi hijo...- suplicaba la hermosa piel nívea, su labio sangraba, su bello rostro llevaba ya marcas de crueles golpes, aun se sentía mareada por lo que sea que hubiese utilizado el cruel Sebastián para adormecerla. Caminando hacia la figura inconsciente de Jayden pateo con crueldad el rostro del pequeño pelirrojo haciendo sollozar a la bella cobriza que intentaba moverse desesperadamente para alcanzarlo. Sebastián se burló de nuevo, tomando el delicado y hermoso rostro de la chica con brusquedad, beso sus sangrantes labios con una enferma pasión. - Sin duda alguna deberías ser mía Andrómeda, seré tu patriarca, tu serás mi mujer, y mientras tanto le haré pagar a Amelie Sallow por haberme despreciado, tener a las dos perras que representan el amor de los hermanitos traicioneros