Amber esperó un par de minutos, en realidad no podía decir si fueron pocos o muchos. Salió del cuarto de baño y caminó hacia la puerta para poner el seguro.Volvió sobre sus pasos y miró a Thiago dormido en el incómodo sillón. La muchacha lo miró por un largo tiempo antes de arrodillarse para verlo más de cerca.Thiago tenía ojeras y solo ahora podía ser capaz de verlo, había estado tan concentrada en querer hablar con él, y luego en su discusión que no había reparado en lo pálido de su rostro. Pero eso no era en realidad lo más importante ahora. ¡Thiago no se había ido con Nicky! Ni siquiera se habían despedido de beso y nada de esas cosas que hacían los amantes.Amber sonrió sin poder evitarlo y antes de que pudiera detenerse, sus dedos recorrían el rostro de Thiago.La muchacha deslizó sus dedos con ternura sobre aquellas duras facciones, mientras lágrimas brotaban de sus ojos. Amber no podía negar que le había hecho daño y que la manera de Thiago de tratarla era justa, pero ella n
Amber entró al piso de Thiago, se sentía terriblemente cansada y deliciosamente dolorida. El problema era que tenía que trabajar y solo le quedaban alrededor de tres a cuatro horas para volver a la oficina… —¿Se puede saber dónde estabas? —Amber pegó un brinco al escuchar la voz de Andy en medio de la oscuridad. —¡Maldita sea, Andy! ¿Quieres matarme? —preguntó. Amber encendió la luz para ver a su amiga sentada en el sillón de la sala. —Estaba preocupada —alegó Andy. —Se nota, ¿Félix está aquí? —preguntó Amber caminando hasta ella. —Se ha marchado desde hace mucho tiempo, pero no es eso lo importante. ¿Dónde estabas? —insistió. —En la oficina. —¿A esta hora? —Andy achicó los ojos y la miró con suspicacia. —Sí, no voy a mentirte, Andy, estuve en la oficina de Thiago. Quería hablar con él sobre su relación con Nicky y sobre nosotros —dijo. —¿Hablaste con él? —preguntó la muchacha acomodándose mejor en el sillón. —Llegó tarde y se quedó dormido —explicó Amber, quería irse a la ca
Amber sonrió ante las palabras de Thiago y no pudo más que sentirse mucho más enamorada y arrepentida por su proceder. Ese mismo día Amber volvió a ocupar su puesto como asistente de Thiago y volvió a perderse en la oficina unas cuantas veces al día. —¿Qué fue lo que pasó aquí? —preguntó Lucero frunciendo el ceño. —¿Qué pasó, de qué? —Amber prestó atención a su compañera. —Nicky fue trasladada a contabilidad y tú estás de regreso con nosotros. ¿El jefe y ella ya no son nada? Amber se puso de pie lentamente y sin apartar la mirada de Lucero dijo: —Nunca fueron nada. De hecho, ya él contrató el servicio de un experto en informática para bajar esas falsas noticias de la red y también llamó a su abogado para interponer una demanda por calumnia. —Entonces, ¿no eran nada? —volvió a preguntar y su rostro era un poema de decepción. —Nada —respondió Amber. —¡No puede ser! —dijo con frustración—. Aunque te confieso que me gustas mucho más para nuestro jefe —soltó Lucero. —¿Qué? —Eres
Thiago se quedó con esa sensación extraña en el cuerpo, pero se olvidó de todo al entrar a su piso y ver a Amber sentada en la sala.—Hola —saludó, mirándola con sospecha, ella estaba vestida para matar dioses.Amber se levantó y caminó hacia él con una sonrisa pícara en los labios.—Te extrañé, no pienso quedarme otro fin de semana sin ti —respondió Amber antes de besar los labios de Thiago con pasión.Aquella noche visitaron El Inframundo y se divirtieron, se olvidaron del mundo y se dedicaron únicamente a ellos.A esa noche le siguieron muchas en las que Félix y Andy también dejaron en claro lo serio que era su relación, pese a los miedos de la joven italiana y a la fama de Félix.Amber se sentía feliz luego de tres meses, no sabía nada de su madre y hermana, y de cierta manera agradecía ese silencio, por supuesto la muchacha no podía imaginarse lo que se cocinaba detrás de aquel silencio sepulcral por parte de las mujeres. El silencio debió ser una advertencia para ella, sin embar
«No»«No estoy lista para esto»Félix miró a Andy y supo que su negativa no tenía nada que ver con él.Quizá el tiempo que llevaban juntos no podía calificarse como suficiente para llegar a conocerla. Sin embargo, Félix podía asegurar que la conocía muy bien y no hablaba de su cuerpo, sino de lo que encerraba su mirada.Andy era una mujer directa y expresaba lo que sentía cómo lo sentía. Pero su negativa de ese momento no estaba impulsada por nada de eso.En su mirada podía leer el miedo y sabía que tampoco él era la causa. Por lo que se puso de pie lentamente, mientras Thiago y Amber permanecían callados.—Andy…—Lo siento, Félix —pronunció antes de abandonar la terraza.Félix la vio caminar a paso lento hacia el pequeño jardín del restaurante.—Hablaré con ella —se ofreció Amber luego de unos minutos.—No, no es necesario, Amber. Lo haré yo mismo, —dijo antes de salir detrás de Andy.Félix no era estúpido y tampoco podía decir que no tenía experiencia en leer a la gente. Era un homb
La propuesta de Thiago estaba lejos de ser la más romántica del mundo, pero era totalmente sincero y eso era algo que la muchacha apreciaba por encima de todas las cosas.Thiago era más que el hombre que amaba, era su modelo a seguir. Era el hombre perfecto.La pareja disfrutó de su momento, bailaron y bebieron, mientras los novios compartían con los otros invitados y seguramente por el resto de la noche no los echarían de menos si decidían darse una escapadita.—Te deseo —susurró Amber un tanto achispada por la champaña en su sistema.—Solo espera a que la fiesta termine y Andy se marche a su luna de miel y sabrás lo que es bueno —le susurró Thiago al oído.La muchacha tembló y se sintió terriblemente excitada ante aquella amenaza.—Pues le pediré que se marche ahora —dijo Amber en medio de un gemido.Thiago dejó escapar una carcajada que para Amber sonó cómo a la más dulce melodía de amor.¡Estaba irrevocablemente enamorada de su prometido! Y se sentía realizada en más de una manera
—¡Date prisa, Thiago, o Andy es muy capaz de castrarte si te retrasas y perdóname, pero sin ese paquete en medio de tus piernas las cosas cambian! —gritó Amber desde la habitación, mientras Thiago se daba una ducha.—Pues lo siento por Andy, pero soy un hombre jodidamente ocupado. ¿Qué es lo que se traen entre manos ahora que han llamado de última hora? —preguntó Thiago saliendo del cuarto de baño.—Pues no tengo ni la menor idea, lo cierto es que me llamó y dijo que era importante y que no podíamos faltar. Se escuchaba muy feliz. Así que puedo pensar que no se trata de algo malo —dijo Amber.La muchacha se mordió los labios al girarse y ver el cuerpo desnudo de su macho alfa. El muy cretino solo traía una toalla alrededor de su cuello. Dejando a la vista toda su anatomía para tentarla, Amber sabía que era así.—No me mires como si fuera un maldito trozo de carne, Amber —pidió Thiago, sin embargo, Amber sabía que este era un juego sucio de su parte.¿Quién en su sano juicio no lo mira
Amber miró a través de la ventana del auto los edificios de la ciudad, el día era espectacular para salir de compras.—¿Espero por usted, señorita? —preguntó Ramiro minutos más tarde, cuando se estacionó en el parqueo del centro comercial.—No sé cuánto tiempo voy a demorar, Ramiro. No me gustaría hacerte esperar, te llamaré para que puedas venir por nosotras —dijo bajando del auto antes de que Ramiro pudiera bajarse y abrirle la puerta.—Está bien, señorita Preston, por favor no dude en llamar si necesita algo —pidió el chofer.—Gracias, Ramiro —respondió con una ligera sonrisa.Amber caminó por el estacionamiento para reunirse con su mejor amiga. Siendo sincero consigo misma, jamás se imaginó que estaría con Andy comprando cosas para bebés. Es más, jamás imaginó a Andy casada y siendo madre. Pero no tenía ni una sola duda de que sería la mejor mamá del mundo.Lo sabía por la manera tan fiera con la que la cuidaba y defendía. Había sido así desde que se conocieron.—¡Amber! —gritó An