"Soñamos a encontrarnos"
Elías.
Tambaleo la taza de café caliente sobre mis manos, mis padres miran de Evan a mí y luego a Elza como quien va a decir la primera palabra. Por suerte la gótica no ha salido con ninguna de sus bestiales frases o comentarios y solo se concentra en degustar del chocolate que le di y de comer con decencia las galletas.
—Bien. —Dice, parece que agradecí a Dios demasiado rápido. —Lamento ser la que de la primera palabra pero enserio... ¿Nadie más va a comer galletas?
Olvide mencionar que mis padres y mi mejor amigo cuidan su figura más que la vida misma. Los tres la observan y Paul niega con media sonrisa en los labios.
—Entonces... —Coloca cara de cachorrito herido en mi dirección y se ve tan malditamente bien que cedo ante su insinuación.
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"Soñando despiertos"Elza.Golpeo una última vez el rostro de Evan antes de darme cuenta que John está escondido tras el sofá, Jack y Carlos cubriendo sus genitales y los padres de Elías junto a él están cerca de la puerta pareciendo que iban a escapar.— ¿Qué? —indago.—Na... nada. —Tartamudea Elías, entonces Jack como no sabe cerrar su bocota habla.— ¿Como que nada? ¡Llegamos y tenía una sonrisa de horror! ¿No vieron cuando le salto encima como una bestia? ¡Le faltó poco para que fuera un espectáculo paranormal! —culmina colocando una mano sobre el hombro del castaño, —mi sentido pésame amigo.— ¿Y ellos son...? —pregunta Paul mirando con cautela en la dirección en la que estoy, me pongo en pie y dejo
Elza."Amores de mis amores"— ¿Creen que pierda la memoria? —Indaga John, colocando una pose aristócrata.Carlos y Jack continúan jugando cartas, los padres de Elías se marcharon hace unos veinte minutos a reuniones diferentes para finiquitar el plan de la clínica.Evan se marchó en cuanto noto que nadie podría salvarlo de mis hermosas garras. Y yo, bueno aquí a un lado de mi novio el inconsciente que tiene un enorme chichón en la frente y no parece querer despertar.Un teléfono suena y Jack se pone en pie.—Me marcho, sino llego para la cena me castran. —Carlos se ríe mientras recoge las cartas, ahora que lo veo marchar solo quedamos tres. De los cuales ya uno se coloca los audífonos y coloca en teléfono para mirar videos en youtube.—Em, ¿qué tal estas? —Carlo
Elías."Mejor que los sueños"Seis meses más tarde.Estos meses han sido de locos desde que empezamos con el proyecto.Tener dinero es bueno en ciertas formas, como por ejemplo el que pudiéramos comprar y arreglar un edificio viejo, que se encontraba a la venta reforzando la estructura. Pero también malo, porque atrae los periódicos y revistas que no siempre están a favor de ayudar, sino, de publicar tanta basura posible para vender.Llegando al punto de exponer la situación económica de la gótica para avergonzarla, cosa que lo único que logro fue causar empatia en las personas quienes se acercaban a ella para preguntar acerca de sus logros.Por otro lado, con los chicos fue casi lo mismo. Solo que con John bueno...Terminaron destapando la olla acerca de su sexualidad y ni Elza lograba asimilar tanto en tan
Elza.— ¿Por qué no se lo dices?Miro a John por sobre mi hombro antes de resoplar.¿Por qué todos creen que es tan sencillo dar ese tipo de noticias a las personas? Digo, sé de antemano que no es culpa de nadie, más que nuestra, que es parte de la vida lo que esta sucediendo. Pero, no por ello es fácil comentarlo a voz pública.— ¿Como crees que lo tomará Elías en cuanto se lo diga? ¿Crees que saltará de alegría? Porque, yo no lo creo así. No estaba en sus planes nada de esto...—John toma asiento sobre una de esas sillas de cuero negro que desde lejos se ve que son incomodas.— Lo que tú creas o no, no va a afectar en lo que él piense. Mira Elza, se supone que entre todos siempre eres la que no tiene pelos en la lengua y suelta la sopa sin pensar en los sentimiento
Elías.¿Cómo puede hacer eso? Tan siquiera... ¿Como puede pasarle por la mente perder a nuestro bebe?Digo, sé que la he tratado mal y toda la cosa al inicio de nuestra relación como amigos-enemigos, pero no creo que tanto como para crear en ella un odio irracional hacía nuestro dulce fruto.Una lágrima cae al suelo, estoy en nuestro sillón cama que por alguna razón Elza quiso en caso de que hubiera pelea entre ambos y la verdad, que tuvo mucha razón. Justo ahora es muy bueno en caso de que ella llegue y quiera darme una patada por el culo si entro a la habitación cuando este reposando.- ¡¿Por qué?! -Grito.No lo soporto. Pensé que ya pensaba mejores cosas de mí, no, un momento, no es por mí. Ella tiene algo en contra de nuestro hijo... ¡No puedo permitir que le haga algo! &iexc
Elza.Sexto mes.Ya parezco una vaca y lo siento. Lo sé, no deben venir con mentiras y más cosas que no interesan, subo las piernas sobre el escritorio. Las tengo hinchadas y la verdad me gustaría estar recostada en la comodidad de mi habitación mientras miro algún programa de moda y espero que llegue Elías para acabar con la paz del momento con sus "onde ta' bebe de papá" cosa que me hace replantearme el porque sigo con él cada que lo escucho.John entra con una caja enorme y la coloca sobre el escritorio.—De tú papá.—Alzo una ceja girando la cabeza como el exorcista y enseguida repara lo dicho.&mdas
Elías. Caminamos de un lugar a otro, en busca de eso tan especial. Carlos y Jack no paran de hablar acerca del partido de ayer y John por otra parte, no deja de mirar a los lados como si alguien más le siguiera. — ¿Me quieres explicar porqué estas así? —indago. El moreno resopla con cansancio antes de mirarme. —Dime loco, pero creo que engañar a Elza diciéndole que tendríamos una tarde de caballeros fue lo peor que pudimos hacer. Siento como si... Como si estuviera por aquí observándonos con su mirada de psicópata. Jack y Carlos se detienen unos instantes para mirar en todas las direcciones y realmente me gustaría decir que todos están paranoicos, pero no, no lo están. Yo también siento lo mismo que ellos, es como si mi querida novia tuviera ese tipo de aura que es capaz de ser percibida por quienes la conocen. —Miren, solo me van a ayudar a comprar un anillo de bodas, no creo que por eso se vaya a enojar con todos. La mirada de los tres presentes se posan en mí con enormes ojos
Elza.—¡Voy a matar a Elías! —gruño. Una nueva punzada me ha hecho sentir que el mundo se hace pequeño y que tengo unas ganas horribles de ir al baño a defecar. —Creo que... ¿Te quieres sentar? —Jack coloca una almohada sobre la silla de aluminio, lo hago a un lado tratando de poner mi hermoso culo sobre el material pero nada más de agacharme siento que alguien pincha algo dentro de mí y eso hace que me sobresalte y aleje caminando como bambi recién nacido. —Esto es un infierno— murmuro. Jack carraspea.—Ni has empezado como tal la labor de parto Elza, aguanta un poco más, al estar lo suficiente dilatada podremos entrar. —Lo miro por sobre mi hombro y él se echa hacía atrás aterrado. —No expliques lo que ya sé, explica mejor cómo le harás para llevar las flores al entierro de Elías ¡Esta es su culpa! —Chillo. —En realidad, —John aparece junto a Carlos, traen entre sus manos, mantas y ropa limpia. Supongo que son para cuando entre a la habitación y para el bebe. —Si te pones a pens