Los padres de Hans No Entendían el silencio de su hijo pues es bien sabido que al hombre le gustaba siempre hablar con ellos.— ¿Hijo te pasa algo? — pregunto su madre Ana al verlo tan callado desde el espejo retrovisor.Hans igualmente la vio a ella.— Madre, no sé ni por donde comenzar, vamos aún lugar para hablar, los problemas con la empresa no están yendo por su mejor momento— Ana y Raúl, pudieron ver el gesto qué hizo su hijo, porque de alguna manera entendieron que lo que Paul tenía que decir era de suma importancia, ellos presentían que algo muy grande estaba a punto de cambiar.Después de un tiempo Hans aparco el automóvil en el estacionamiento de un café cercano a su compañía, pues los cafés de ese lugar, más su atención eran los mejores de ese lugar por la zona.Los tres entraron al café, tomaron asiento mientras una mesera Los atendía,— buenos días, Aquí les Entrego el menú cuando quieran ordenar por favor solo toquen el timbre y los atenderé enseguida.Después de un tiem
Paul condujo por un largo tiempo, y todo el rato le echaba un ojo a la mujer que tenía al lado, de vez en cuando acomodada su cabeza que se deslizaba hacia la ventana. Cuando por fin llego a su hogar estacionó el auto, después de un rato lo apago y salió, dio la vuelta y abrió la puerta donde se encontraba Daniela, desabrocho el cinturón y la tomo en sus brazos. Luego de que el personal abriera la puerta, continuó caminando para subir las escaleras hacia su habitación. Al acercar a Daniela a su cama, la colocó con mucho cuidado. Después de que Paul acostó a Daniela se sentó a su lado admirándola, con su mano suavemente acarició el cabello, después soltó un suspiro y se levantó camino hacia la puerta para salir y dirigirse abajo donde se encontraba el personal. —Puedes hacer un poco de sopa ligera, para cuando ella despierte, estaré en mi despacho atendiendo algunos asuntos. Me avisan cuando esté despierta. Después de dejar instruido lo que la cocinera tenía que hacer, se dirigió h
—Como es que esos idiotas aún no han podido encontrar a esa estúpida— Carolina estaba más que enfadada, pues la mujer en su desespero no se había dado cuenta de que se estaba exponiendo a quedar descubierta, ella tenía que hacer algo para volver a encontrar a Andrea y de una vez por todas acabar con esa mujer, pues eso era lo que debía haber hecho hace mucho tiempo.Hans había estado estudiándola y mandó a unos de sus hombres a seguirla, tenía que estar seguro de que esa mujer no haría nada encontrá de Andrea, no ahora que por fin la había vuelto a encontrar. Solo faltaba poco para volver a tenerla, volver a tocarla y verla, sus manos picaban por volver abraza a su mujer, la mujer que creyó que había perdido, pero que sabía que ahora la volvía a tener.Carolina salió esa misma mañana a encontrarse con uno de los hombres que había dispuesto a la búsqueda de Andrea, no sabía que la estaban siguiendo y que sus planes quedarían expuestos. —Andrea no puede volver con la familia, ella tien
Daniela y Paul no habían podido dormir bien en toda la noche, Daniela estaba tan preocupada por su madre que solo pudo dar vueltas por toda la cama, a media noche salió de la habitación hacia la cocina, quería un poco de leche tibia para poder conciliar el sueño. Paul estaba en la repisa de la cocina, se encontraba sentado y con un bol de cereal mientras revisaba Los balances de su empresa, toda la Situación con Daniela y por lo que estaba pasando la amiga de su madre lo tenía en un limbo. La verdad es joven, no sabía qué hacer. Soltó un suspiro y luego levantó la mirada al sentir que alguien lo estaba observando; era Daniela que con esa mirada perdida y con ojeras debajo de sus ojos estaba de pie en la entrada de la cocina. —¿Te sientes bien cariño? — Las palabras de Paul lograron sacar a Daniela del lugar en donde se encontraba. —Si solo he venido por un poco de leche tibia para poder dormir, mañana tengo que asistir a la universidad, después tengo que ir a hacer mis turnos al t
Hans, quien había acompañado a Andrea a descansar, veía ahora a su mujer, más madura y aunque han pasado casi 20 años seguía siendo una mujer hermosa, aunque su cara demacrada y un poco pálida le hacía doler el corazón, tenía el sentimiento de haber encontrado el tesoro que hace tiempo había perdido.—Sigues siendo igual de hermosa de cómo te recordaba— susurró para él mismo mientras le hacía cariños a la mujer, estaba en esa paz que se sentía, soltó un suspiro, y se acomodó a la fuente de calor que le proporcionaba la mano de Hans.Carolina estaba de vuelta, una leona en furia, puesto que no sabía cómo sus planes se podían venir abajo por esa mujer. Tenía que hacer algo y lo tenía que hacer ahora, no podía esperar a que todos los años de triunfo se viniera abajo como el lodo por culpa de Andrea.—¡Ah! Debí matarte cuando pude— exclamó para sí mismo en la habitación mientras tiraba de las sábanas de la casa, no podía hacer ruido o vendrías los idiotas de los padres de Hans y se darían
—¿Por qué tuvo que pasar esto ahora?— pensaba, mientras el agua fría le ayudaba a despejar un poco su mente. —Debería estar con ella, no aquí, pretendiendo que todo está bien. La presión de mantener su beca y continuar con sus estudios se sentía como una carga insoportable. Sabía que su madre quería que siguiera adelante, pero la culpa de no estar en el hospital la consumía. Cada paso que daba hacia la universidad se sentía como una traición a su madre. —Tengo que ser fuerte,— se repetía una y otra vez, tratando de convencerse. Pero la verdad era que se sentía débil y perdida. La preocupación por su madre y el miedo a perderla la mantenían en un estado constante de ansiedad. Cuando Paul le preparó el desayuno, Daniela intentó sonreír, pero la tristeza en sus ojos era evidente. Agradecía el esfuerzo de Paul, pero no podía evitar sentirse sola en su dolor. Cada bocado de comida se sentía insípido, y aunque sabía que necesitaba comer para mantener sus fuerzas, apenas podía tragar.
Después de la impactante noticia, Hans y Daniela se enfrentaron en una interminable conversación. Mientras tanto, Paul había salido de la habitación, dándoles un poco de privacidad y haciendo algunas llamadas para algunas averiguaciones.Esta noticia también lo había dejado un poco impactado, nunca se imaginó que se reencontrarán tan pronto y menos con la situación con la que se encontraban. Solo esperaba que las cosas no se complicaran tanto ahora.Lo siento tanto, Daniela. No sabía… —dijo Hans, con la voz quebrada.Andrea, con lágrimas en los ojos, se acercó a Hans y Daniela.—Sé que es mucho pedir, pero espero que podamos encontrar una manera de ser una familia, a pesar de todo lo que ha pasado.Daniela, aun en los brazos de su padre, levantó la mirada hacia su madre.—Mamá, papá… quiero intentarlo. Quiero conocerte mejor, mamá. Y quiero que estemos juntos, como una familia.Hans asintió lentamente, sintiendo que su corazón se ablandaba ante las palabras de su hija.—Está bien, D
Mientras tanto, en la oscuridad de una mansión se encontraba una mujer, perdida por la desdicha, desesperada por encontrar a la única mujer que podía arrebatarle su sueño, su gran amor y la gran vida que hasta el momento llevaba. Carolina no encontraba maneras para saber dónde estaba esa mujer. Había notado a Hans un poco extraño, mucho más raro y menos conversador con ella, podía notar en su mirada, que él anheló, y cómo salía de su hogar muy temprano y regresaba a casa después de que fueras las doce de la noche, eso la había estado haciendo dudar.Quería seguirlo, pero siempre su suegra la interrumpía, y la necesitaba para algo, pero esto no será lo mismo hoy, ella tenía que descubrir qué era lo que estaba pasando.Sin hacer mucho ruido, se levantó temprano de la cama donde siempre dormía, en una habitación separada de Hans, pues este le había dicho que no le gustaba el contacto físico, pero ella sabía que todo era mentira. Con Andrea nunca fue de esa manera. A ella la llenaba de m