Hans, quien había acompañado a Andrea a descansar, veía ahora a su mujer, más madura y aunque han pasado casi 20 años seguía siendo una mujer hermosa, aunque su cara demacrada y un poco pálida le hacía doler el corazón, tenía el sentimiento de haber encontrado el tesoro que hace tiempo había perdido.—Sigues siendo igual de hermosa de cómo te recordaba— susurró para él mismo mientras le hacía cariños a la mujer, estaba en esa paz que se sentía, soltó un suspiro, y se acomodó a la fuente de calor que le proporcionaba la mano de Hans.Carolina estaba de vuelta, una leona en furia, puesto que no sabía cómo sus planes se podían venir abajo por esa mujer. Tenía que hacer algo y lo tenía que hacer ahora, no podía esperar a que todos los años de triunfo se viniera abajo como el lodo por culpa de Andrea.—¡Ah! Debí matarte cuando pude— exclamó para sí mismo en la habitación mientras tiraba de las sábanas de la casa, no podía hacer ruido o vendrías los idiotas de los padres de Hans y se darían
—¿Por qué tuvo que pasar esto ahora?— pensaba, mientras el agua fría le ayudaba a despejar un poco su mente. —Debería estar con ella, no aquí, pretendiendo que todo está bien. La presión de mantener su beca y continuar con sus estudios se sentía como una carga insoportable. Sabía que su madre quería que siguiera adelante, pero la culpa de no estar en el hospital la consumía. Cada paso que daba hacia la universidad se sentía como una traición a su madre. —Tengo que ser fuerte,— se repetía una y otra vez, tratando de convencerse. Pero la verdad era que se sentía débil y perdida. La preocupación por su madre y el miedo a perderla la mantenían en un estado constante de ansiedad. Cuando Paul le preparó el desayuno, Daniela intentó sonreír, pero la tristeza en sus ojos era evidente. Agradecía el esfuerzo de Paul, pero no podía evitar sentirse sola en su dolor. Cada bocado de comida se sentía insípido, y aunque sabía que necesitaba comer para mantener sus fuerzas, apenas podía tragar.
Después de la impactante noticia, Hans y Daniela se enfrentaron en una interminable conversación. Mientras tanto, Paul había salido de la habitación, dándoles un poco de privacidad y haciendo algunas llamadas para algunas averiguaciones.Esta noticia también lo había dejado un poco impactado, nunca se imaginó que se reencontrarán tan pronto y menos con la situación con la que se encontraban. Solo esperaba que las cosas no se complicaran tanto ahora.Lo siento tanto, Daniela. No sabía… —dijo Hans, con la voz quebrada.Andrea, con lágrimas en los ojos, se acercó a Hans y Daniela.—Sé que es mucho pedir, pero espero que podamos encontrar una manera de ser una familia, a pesar de todo lo que ha pasado.Daniela, aun en los brazos de su padre, levantó la mirada hacia su madre.—Mamá, papá… quiero intentarlo. Quiero conocerte mejor, mamá. Y quiero que estemos juntos, como una familia.Hans asintió lentamente, sintiendo que su corazón se ablandaba ante las palabras de su hija.—Está bien, D
Mientras tanto, en la oscuridad de una mansión se encontraba una mujer, perdida por la desdicha, desesperada por encontrar a la única mujer que podía arrebatarle su sueño, su gran amor y la gran vida que hasta el momento llevaba. Carolina no encontraba maneras para saber dónde estaba esa mujer. Había notado a Hans un poco extraño, mucho más raro y menos conversador con ella, podía notar en su mirada, que él anheló, y cómo salía de su hogar muy temprano y regresaba a casa después de que fueras las doce de la noche, eso la había estado haciendo dudar.Quería seguirlo, pero siempre su suegra la interrumpía, y la necesitaba para algo, pero esto no será lo mismo hoy, ella tenía que descubrir qué era lo que estaba pasando.Sin hacer mucho ruido, se levantó temprano de la cama donde siempre dormía, en una habitación separada de Hans, pues este le había dicho que no le gustaba el contacto físico, pero ella sabía que todo era mentira. Con Andrea nunca fue de esa manera. A ella la llenaba de m
Paul y Daniela habían estado esperando este día con ansias. Después de una semana llena de responsabilidades, finalmente tendrían una cita romántica. Daniela terminaba sus clases en la universidad a las cinco de la tarde, y Paul salía de su oficina a la misma hora. Habían planeado encontrarse en el parque cerca de la universidad para comenzar su cita.Daniela salió de su última clase con una sonrisa en el rostro. Había estado pensando en Paul todo el día. Caminó rápidamente hacia el parque, donde lo vio esperándola con una rosa en la mano. Paul, con su traje de oficina, se veía tan elegante como siempre. Al verla, su rostro se iluminó.—Hola, hermosa,— dijo Paul, entregándole la rosa. —¿Lista para nuestra cita?—Más que lista,— respondió Daniela, tomando la rosa y dándole un beso en la mejilla. —¿Qué tienes planeado?—Primero, vamos a ver una película,— dijo Paul, guiándola hacia el cine cercano. —He oído que hay una nueva comedia romántica que te encantará.Entraron al cine, compraro
Paul y Daniela se sentaron en el sofá, listos para una conversación profunda. Paul sabía que era el momento de hablar sobre Sasha, la estrella de cine que había estado acosándolo y que formaba parte de su presente de una manera perturbadora.—Daniela, hay algo que necesito contarte sobre Sasha,— comenzó Paul, su voz llena de seriedad. —Ella es una actriz famosa, pero también es una persona que ha estado obsesionada conmigo durante mucho tiempo.Daniela lo miró con curiosidad y preocupación. —¿Qué quieres decir con obsesionada?Paul suspiró, recordando los eventos recientes. —Todo comenzó hace unos meses. Sasha apareció en mi oficina, diciendo que quería invertir en Tecnología Cass. Al principio, pensé que solo era una oportunidad de negocios, pero pronto se volvió claro que sus intenciones eran personales.—¿Qué ha hecho?—, preguntó Daniela, queriendo entender mejor.—Ha estado acosándome,— explicó Paul. —Me sigue a todas partes, me envía mensajes a todas horas y ha empezado a aparec
Daniela estaba en la biblioteca de la universidad, concentrada en sus estudios. Los últimos días habían sido un torbellino, y sabía que no podía descuidar sus estudios, o de no su beca podría estar en juego. Los bellos de su cuerpo se levantaron al sentir una mirada pesada sobre ella, así que cuanto más estaba segura de que era hacia ella, se preocupó más. Cuando sintió una presencia inquietante. Levantó la vista y vio a Damián, el viejo amigo de su madre, Andrea. El hombre que la ha estado acosando y perturbado todos estos meses. Andrea había confiado en Damián para que cuidara de Daniela mientras ella estaba en esa horrible clínica, pero últimamente, su comportamiento había cambiado de manera perturbadora. Ya no podía distinguir del buen hombre que en algún momento la llegó a tratar como a una hija más.Damián se acercó lentamente, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. Observándola atentamente, la belleza de Daniela era única y especial para él. —Hola, Daniela. ¿Puedo senta
Daniela y Paul sabían que era el momento de contarle a Andrea la verdad sobre Damián. Habían estado posponiendo esta conversación, temiendo cómo reaccionaría Andrea al descubrir que su viejo amigo había estado acosando a su hija. Sin embargo, sabían que era necesario para poder seguir adelante y proteger a Daniela.Esa noche, invitaron a Andrea a cenar en el apartamento de Paul. Querían crear un ambiente tranquilo y seguro para la difícil conversación que estaban a punto de tener. Andrea llegó con una sonrisa, feliz de ver a su hija y a Paul.—Gracias por invitarme a cenar,— dijo Andrea, abrazando a Daniela. —Me alegra pasar tiempo con ustedes.—Nosotros también estamos contentos de verte, mamá,— respondió Daniela, tratando de mantener la calma. —Hay algo importante de lo que necesitamos hablar contigo.Andrea notó la seriedad en el rostro de su hija y se preocupó. —¿Qué sucede, Daniela? ¿Está todo bien?Paul tomó la mano de Daniela, ofreciéndole apoyo. —Andrea, hay algo que necesitas