Daniela estaba en la biblioteca de la universidad, concentrada en sus estudios. Los últimos días habían sido un torbellino, y sabía que no podía descuidar sus estudios, o de no su beca podría estar en juego. Los bellos de su cuerpo se levantaron al sentir una mirada pesada sobre ella, así que cuanto más estaba segura de que era hacia ella, se preocupó más. Cuando sintió una presencia inquietante. Levantó la vista y vio a Damián, el viejo amigo de su madre, Andrea. El hombre que la ha estado acosando y perturbado todos estos meses. Andrea había confiado en Damián para que cuidara de Daniela mientras ella estaba en esa horrible clínica, pero últimamente, su comportamiento había cambiado de manera perturbadora. Ya no podía distinguir del buen hombre que en algún momento la llegó a tratar como a una hija más.Damián se acercó lentamente, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. Observándola atentamente, la belleza de Daniela era única y especial para él. —Hola, Daniela. ¿Puedo senta
Daniela y Paul sabían que era el momento de contarle a Andrea la verdad sobre Damián. Habían estado posponiendo esta conversación, temiendo cómo reaccionaría Andrea al descubrir que su viejo amigo había estado acosando a su hija. Sin embargo, sabían que era necesario para poder seguir adelante y proteger a Daniela.Esa noche, invitaron a Andrea a cenar en el apartamento de Paul. Querían crear un ambiente tranquilo y seguro para la difícil conversación que estaban a punto de tener. Andrea llegó con una sonrisa, feliz de ver a su hija y a Paul.—Gracias por invitarme a cenar,— dijo Andrea, abrazando a Daniela. —Me alegra pasar tiempo con ustedes.—Nosotros también estamos contentos de verte, mamá,— respondió Daniela, tratando de mantener la calma. —Hay algo importante de lo que necesitamos hablar contigo.Andrea notó la seriedad en el rostro de su hija y se preocupó. —¿Qué sucede, Daniela? ¿Está todo bien?Paul tomó la mano de Daniela, ofreciéndole apoyo. —Andrea, hay algo que necesitas
Daniela llegó al apartamento de Paul esa noche, todavía afectada por el encuentro con Damián. Sabía que tenía que contarle a Paul lo que había sucedido, pero temía su reacción. Paul la recibió con una sonrisa, pero su expresión cambió al ver la preocupación en su rostro.—Daniela, ¿qué pasa? ¿Estás bien?— preguntó Paul, tomando sus manos.Daniela respiró hondo y comenzó a hablar. —Paul, hoy me encontré con Damián en la universidad. Estaba esperándome y me dijo que no podía casarme contigo. Estaba muy alterado.La preocupación se reflejó en los ojos de Paul. —¿Te hizo daño? ¿Te amenazó?—No, no me hizo daño, — respondió Daniela, tratando de calmarlo. —Pero estaba muy insistente y dijo que esto no había terminado. Los guardias de seguridad lo sacaron del campus.Paul sintió una oleada de rabia y preocupación. —No puedo creer que Damián siga acosándote. Esto tiene que terminar, Daniela. No voy a permitir que te siga poniendo en peligro.—Lo sé, Paul, — dijo Daniela, apretando sus manos.
Con la orden de restricción en vigor, Daniela y Paul comenzaron a sentir un poco de alivio. Sabían que aún debían estar atentos, pero la amenaza inmediata de Damián parecía haber disminuido. Decidieron aprovechar este momento de tranquilidad para enfocarse en su futuro juntos.Una tarde, mientras paseaban por un parque cercano, Paul tomó la mano de Daniela y la miró con una sonrisa. —He estado pensando en nuestro futuro, y creo que es hora de empezar a planear nuestra boda.Daniela sonrió, sintiendo una oleada de felicidad. —Me encantaría, Paul. ¿Tienes alguna idea de cómo te gustaría que fuera?—Quiero que sea algo especial, algo que refleje nuestro amor y todo lo que hemos superado juntos,— dijo Paul. —Podríamos tener una ceremonia íntima con nuestros amigos y familiares más cercanos.—Eso suena perfecto,— respondió Daniela, imaginando el día en su mente. —Podríamos hacerlo en un lugar al aire libre, rodeados de naturaleza.—Me encanta la idea,— dijo Paul, besándola suavemente. —Vam
La atmósfera en la lujosa fiesta de gala estaba cargada de tensión. Daniela, ahora esposa de Paul, observaba desde un rincón mientras Sasha, la joven actriz del momento, se movía con gracia entre los invitados. Paul, siempre atento, estaba cerca de Sasha, asegurándose de que su equipo de seguridad mantuviera todo bajo control.Daniela no podía evitar sentir una punzada de celos. Sabía que Paul solo estaba cumpliendo con su deber, pero la cercanía entre él y Sasha la inquietaba. Sasha, por su parte, parecía disfrutar de la atención, consciente de la mirada de Daniela.—Paul, ¿puedo hablar contigo un momento? —dijo Daniela, acercándose a su esposo con una sonrisa tensa.Paul asintió y se disculpó con Sasha antes de seguir a Daniela a un lugar más privado.—¿Qué sucede, amor? —preguntó Paul, preocupado.—Es Sasha —respondió Daniela, tratando de mantener la calma—. No puedo evitar sentir que hay algo más entre ustedes. Ella parece demasiado cómoda contigo.Paul suspiró y tomó las manos de
La decisión de Paul de reasignar la seguridad de Sasha a otro miembro del equipo fue recibida con alivio por Daniela, pero también con una mezcla de incertidumbre. Sabía que Sasha no se rendiría fácilmente.Unos días después, mientras Daniela y Paul disfrutaban de una tranquila cena en casa, el teléfono de Paul sonó. Era un mensaje de Sasha.—Paul, necesito hablar contigo urgentemente. Algo extraño ha estado sucediendo y no me siento segura. Por favor, ven a mi casa lo antes posible.Paul mostró el mensaje a Daniela, quien sintió una punzada de preocupación.—¿Qué crees que deberíamos hacer? —preguntó Paul, buscando el consejo de su esposa.Daniela suspiró, sabiendo que no podían ignorar una posible amenaza.—Ve a ver qué sucede, pero por favor, ten cuidado. No confío en ella.Paul asintió y se dirigió a la casa de Sasha, dejando a Daniela con una sensación de inquietud. Al llegar, encontró a Sasha visiblemente alterada.—Paul, gracias por venir —dijo Sasha, su voz temblorosa—. He est
Paul asintió, sintiendo el peso de la situación. Sabía que debía actuar con cautela para proteger tanto a Sasha como a su matrimonio con Daniela. Decidió que era hora de tomar medidas más drásticas.—Voy a hablar con el equipo de seguridad y asegurarme de que Sasha esté protegida sin que yo tenga que estar directamente involucrado —dijo Paul, su voz firme—. También voy a investigar más a fondo estos mensajes. Algo no me cuadra.Daniela asintió, sintiendo un alivio momentáneo. Pero sabía que Sasha no se rendiría tan fácilmente.Mientras tanto, Sasha estaba en su casa, planeando su próximo movimiento. Sabía que Paul estaba tratando de distanciarse, pero no podía permitir que eso sucediera. Decidió que era hora de revelar una parte de su pasado que había mantenido oculta.Esa noche, Sasha llamó a Paul de nuevo.—Paul, necesito hablar contigo. Hay algo que no te he contado y creo que es importante que lo sepas —dijo Sasha, su voz temblorosa.Paul, aunque receloso, decidió escucharla. Se d
Paul y Daniela, junto con el equipo de seguridad, llevaron las pruebas a las autoridades. La policía comenzó una investigación formal, y Paul se sintió aliviado al saber que estaban tomando el asunto en serio. Sin embargo, sabía que aún había mucho por hacer.Esa noche, mientras Paul revisaba los documentos en casa, recibió una llamada de Sasha.—Paul, he recibido otro mensaje. Esta vez es una amenaza directa. Dicen que si no hago lo que quieren, revelarán mi pasado a la prensa —dijo Sasha, su voz temblorosa.Paul sintió un nudo en el estómago. Sabía que debían actuar rápidamente.—Sasha, no te preocupes. Estamos trabajando con la policía y vamos a resolver esto. Mantente en casa y asegúrate de que las puertas estén cerradas. Enviaré a alguien para que te vigile —respondió Paul con firmeza.Al día siguiente, Paul y Daniela se reunieron con el detective encargado del caso. El detective les informó que habían identificado a un sospechoso: un antiguo socio de Sasha en el caso de fraude f